JULIO VERNE Y LA SOCIEDAD DE LA NIEBLA
Este trabajo intentará desmitificar todas las cosas que se siguen diciendo respecto de la influencia de las Sociedades Secretas en el impacto futurista en el mundo.
En 1.828 nació Jean Jules Verne Allote, más conocido como Julio Verne. Pero,
¿sabemos realmente quién era Julio Verne?. Muchos, solo dirían que Verne, fue un
escritor muy famoso, autor de obras como “La vuelta al mundo en 80 días” o “20.000
leguas de viaje submarino”. Aquellos que hayan profundizado más en su vida y obra,
dirán que fue un visionario, un profeta o un vidente. Su legado refleja, que era un
hombre lleno de misterios y enigmas.
¿Por qué invirtió millones de francos en viajar a determinados lugares del planeta?
¿Por qué su lenguaje se puede traducir a números? ¿Por qué los nombres de los
protagonistas de sus novelas, tienen un significado oculto? ¿Cómo pudo describir
perfectamente el viaje a la luna, punto exacto de salida y reentrada, tripulación,
dimensiones, pesos, medidas, potencias…? ¿Tenía información privilegiada? ¿Por qué antes de morir, quemó sus archivos, más de 4.000 criptogramas, logogrifos y
anagramas, que tenía ordenado meticulosamente, y donde escondía las técnicas que
usó para los nombres de sus personajes o los mensajes cifrados en sus novelas?
Verne es famoso por mostrar en sus obras aparatos que aún no existían (sumergibles, helicópteros, naves espaciales, escafandras, ciudades con luz eléctrica, el pantelégrafo (fax), coches con motores de explosión, el metro, etc…), y todo ilustrado y explicado con gran precisión. ¿Cómo pudo, a mediados del siglo XIX, saber con todo lujo de detalles, lo que iba a ocurrir en el futuro? ¿Cómo sabía que un gran faro metálico, ubicado junto al Sena, alumbraría París (Torre Eiffel), y que las casas se iluminarían con luz eléctrica y no con gas? Es evidente, que Verne, fue capaz de saltar las barreras del tiempo. Pero ¿cómo?.
En sus obras “De la Tierra a la Luna“ y “Alrededor de la Luna”, Verne escribió
que, desde Cabo Town, (Florida), un gran cañón lanzaba un enorme proyectil a la
Luna. Las dimensiones y el peso imaginado por Verne para esa “bala”, eran
prácticamente las mismas que las del Apollo XI, lanzado desde el Cabo Cañaveral
(muy cerca de Cabo Town), 104 años después. Esa “bala” se llamaba Columbiad,
llevando tres astronautas a bordo, igual que sucedió con el módulo Columbia de la
misión Apollo. Verne decía que, dicho lanzamiento, sería observado por un gran
telescopio situado en las Montañas Rocosas, como así ocurrió.
Los sistemas de regeneración del oxígeno, la comida deshidratada, el tiempo
empleado en llegar a la Luna, el lugar del Océano Pacífico donde amerizó el módulo
Columbia, con sus tres astronautas Aldrin, Collin y Amstrong (en un mar de
162.000.000 km2), fueron descritos de forma demasiado precisa para considerarlo una casualidad, y el lugar exacto solo difería en 4 millas de la situación descrita por Verne.
Fijó la velocidad de escape en 11.000m/s (velocidad mínima con la que debe lanzarse un cuerpo para que escape de la atracción gravitatoria de la Tierra o de cualquier otro astro), cuando la cifra real son 11.200 m/s (aprox. 40.320 km/h), en el caso del planeta Tierra. ¿Cómo es posible que Verne conociera esas cifras?.
Verne era muy dado a los anagramas, mensajes ocultos o cifrados, acertijos,
logogrifos, etc. En el Viaje a la Luna, uno de sus tripulantes se llamaba Nicoll, y uno de los tres astronautas que fueron a la Luna fue Michael Collins. Este tipo de mensajes ocultos es una constante en su obra. Verne predijo que serían los EE.UU. quienes llegarían a la Luna, en una época donde Europa era la potencia, y el territorio americano, solo una gran extensión con vaqueros e indios, y que sería consecuencia de una guerra mundial.
Verne fue el primero en adentrarse en el posibilismo científico. Allí donde otros escritores anteriores a él, hablaron sobre viajes extraordinarios de forma romántica, Verne lo hizo con datos concretos, haciéndolo posible.
En su obra “Frente a la bandera“, publicada en 1.896, Verne escribió; “este aparato
estallaba, y su acción sobre las capas atmosféricas, era tan enorme, que toda
construcción, ya fuera una fortaleza o un buque de guerra, debía quedar aniquilado
dentro de una zona de 10.000 m2”, haciendo clara referencia a la bomba atómica.
Verne vivía en una época donde el poder armamentístico era muy limitado. Tal vez,
una mente aventurada científica de la época, podría imaginar armas más avanzadas,
pero jamás aseverar de forma tan explícita la creación de un arma tan destructiva como la bomba nuclear, sus efectos y su radio de acción.
En “20.000 leguas de viaje submarino“, el Nautilus (creado por Verne en 1.870), es
muy similar al primer submarino atómico construido por EE.UU en 1.955. En dicha
obra, el conocimiento sobre las criaturas marinas, cetáceos y diferentes especies de
peces, aún desconocidas o creídas ya extinguidas, se han demostrado con la
tecnología actual, que existen y que aún permanecen. Y las descripciones son
realmente asombrosas, para alguien que jamás pudo sumergirse en las profundidades de un océano, ni nadie tenía la tecnología ni la capacidad para hacerlo.
En los Los quinientos millones de la Begún de 1879 es una obra masónica donde
los constructores y arquitectos de la Ciudad de la La Plata se basaron para diseñar
dicha ciudad en diagonales. Aparentemente Pedro Benoit que trazo los planos de dicha ciudad tuvo un encuentro con Verne en Francia. En la obra aparece El bien y el mal.
Se anticipa a la 1 guerra Mundial. También Verne presenta en la novela algunas ideas raras o muy adelantadas para su época, pero que se han hecho realidad en el siglo XX:
En la ciudad del acero, las personas son tan sólo números, sin identidad propia,
obligados a vivir en un régimen totalitario similar al nazismo. También se presentan
las armas químicas (el proyectil hueco relleno de anhídrido carbónico). Aparece El
cañón de largo alcance, antecesor del Cañón de París alemán, capaz de lanzar un
proyectil de 240 mm de diámetro a 130 km de distancia y utilizado para
bombardear París en la Primera Guerra Mundial, mientras que Verne debió de
inspirarse en los bombardeos de cañones más pequeños durante el asedio a la capital francesa del año 1871. Hay bombas en racimo. Menciona un proyectil “que contiene 100 pequeños cañones simétricamente dispuestos, encajados los unos en los otros como tubos de un anteojo y que después de haber lanzado los proyectiles se vuelven cañones para vomitar sus pequeñas balas cargadas de materias incendiaria”.
Nos habla de un satélite artificial y una charla en teleconferencia. Viaje al centro de la tierra 1864 es una obra iniciática en fecha de solsticio cuyo número tres se repite en toda la obra.
En 1.870, Le Magasin Pittoresque, publicó un anuncio que decía; “Gracias a la
horadación del istmo de Suez, es posible ahora, partiendo de París, dar la vuelta al
mundo en menos de tres meses. El servicio para este viaje circular no ha de tardar en ser organizado”. El periódico reproducía el itinerario completo, incluyendo los días de duración de cada etapa del viaje. En total, concluía el artículo, se tardaría 80 días. Los argentinos nos vemos involucrados dentro de su obra El Faro del fin del mundo en la cual se destaca el farero argentino Vázquez que luchara con los piratas en la Isla de los Estados.
Lo que parecían simples novelas para jóvenes, el paso del tiempo lo ha convertido en auténticas profecías, en vaticinios inexplicables. ¿Cuál era el secreto de Julio Verne?.
Verne, está demostrado y probado, pertenecía a algunas sociedades secretas de la
época, en especial, a la Sociedad de la Niebla.
¿QUE ES LA SOCIEDAD DE LA NIEBLA?
La existencia de la Sociedad de la Niebla gira alrededor de un enigmático libro
titulado “El sueño de Polifilo”, editado en Venecia en 1499 y escrito supuestamente
por Francesco Colonna. En sus textos, escritos en varios idiomas (hebreo, griego,
latín, lombardo…) nos encontramos con una extraña historia de amor entre su
protagonista Polifilo y su amada Polia. Lo más extraño de todo es que también se
utilizan palabras aparentemente inventadas, así como innumerables juegos de
palabras, enigmáticas ilustraciones, acertijos y posiblemente mensajes codificados.
La Sociedad de la Niebla fue fundada por Sébastien Gryphe en el siglo XVI,
siguiendo los pasos de la “Nephes” griega (cuyo nombre significa “alma” en hebreo y
“niebla” en griego). A pesar de que la Sociedad de la Niebla estuvo inactiva durante
muchos años, volvió a retomar su actividad en el siglo XIX.
Según las investigaciones de Michel Lamy, publicadas en su libro “Julio Verne, el
Iniciado”, el prolífico y genial escritor fue uno de los integrantes de la Sociedad, junto
con otras figuras como Alejandro Dumas, Maurice Leblanc, Delacroix o Gastón Lerroux entre otros.
Julio Verne, quien decía de sí mismo que se sentía como el más desconocido de los
hombres, entró en la Sociedad de la mano de Alejandro Dumas, donde conoció a su
futuro editor Pierre Jules Hetzel. Un guiño que nos hizo Verne en su obra “La vuelta al mundo en 80 días” es nada menos que un juego de palabras con el nombre de su
protagonista: Phileas Fogg (Phileas=Hijo, Fogg=niebla). Este pertenece al selecto
club llamado “Reform Club”, otra vez queda patente el deseo de reformar o
transmutar, cuyas iniciales coinciden con las de la sociedad Rosa-Cruz además de
dotarle de una de las características de la alquimia: la inmortalidad, pues lo describe
como “un byron impasible que parece haber vivido miles de años sin envejecer”.
Por lo poco que se sabe, las reuniones de la Sociedad se centraban en la
interpretación del Sueño de Polifilo, buscando la más mínima pista acerca de los
mensajes ocultos que pudiera guardar, aparte de mantener interminables charlas sobre filosofía y política.
La Sociedad de la Niebla toma su ideología de la francmasonería y, al menos en sus
principios, pretende el conocimiento de Dios a través de la naturaleza y de sus leyes
reproduciendo la filosofía natural aristotélica, ideología compartida asimismo por los
gnósticos y rosacruces, resultando que la mayor inspiración de la Sociedad de la Niebla la encuentra en los Iluminados de Baviera, sociedad creada por Adam Weishaupt enel siglo XVIII y que, según George Sand, reclutaba a todos los instigadores que: “dirigen todas las cosas, deciden la guerra o la paz, castigan a quienes consideran perversos y hacen temblar a los reyes en sus tronos”.
Curiosamente, los Iluminados de Baviera defienden los ideales de Libertad,
Igualdad y Fraternidad, habiendo influido decisivamente en el advenimiento de la
Revolución francesa en 1.789.
Dumas fue notable como masón y libertario apoyando proyectos unificadores como
el de Garibaldi en Italia, en cambio su amigo el editor Hetzel se dejó notar como
activista político, aunque ambos han colaborado estrechamente en los mismos
proyectos. Dumas y Hetzel son decisivos en la Sociedad de la Niebla, pues mientras Dumas buscaba y captaba nuevos valores literarios a través de los cuales se podría propagar la ideología de la Niebla, Hetzel les editaba sus obras, se las distribuía y promocionaba como nadie.
CONCLUSION
Como podemos ver la Sociedad de la Niebla está ligada con los Iluminatti. Lo cierto es que el formato de trabajo y principios serán copiados a la masonería que viene trabajando desde más allá de los tiempos de los egipcios, lo único que esta
Orden se constituyó el 24 de junio de 1717 como La Primera Gran Logia de
Inglaterra.
Ahora bien la ¿Sociedad de la Niebla fue la influencia futurista en Verne? Yo creo
que no, Verne de una personalidad extraña respondía a los comentarios que hacían sobre sus obras que todo e podía calcular, en realidad él iluminado, era un don con el cual nació.
Lo importante es su obra, si la misma colaboró para un mundo mejor, mejor así.
En lo personal disfruto mucho releyendo sus obras y poder utilizarlas para trabajos intelectuales.
Muchos son los famosos que han aportado cosas desde el
mundo del arte hasta la comunidad científica. No hay otros famosos excepto
Leonardo da Vinci que tenga esa visión y el serbio Nikola Tesla “El mayor
inventor” del mundo hasta la fecha, que era Gran Maestro Masón grado 33 del Rito
Osharian, este fue iniciado poco antes de empezar el trabajo con George
Westinghouse.
Autor: PABLO CORREA
pacorrer_01@yahoo.com.ar
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Su tumba se halla en el cementerio «La Madeleine» en Amiens, Francia, una ciudad ubicada al noreste de París.