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jueves, 26 de junio de 2025

MISTERIOSA ISLA



«El Ojo», como es conocida popularmente, apareció de un momento a otro en el Delta del Paraná. Se descubrió por casualidad gracias a un piloto de helicóptero que sobrevolaba la zona en el 2016.


Actualmente, esta misteriosa isla es todo un enigma para la ciencia por dos razones principales: la primera, es perfectamente circular. La segunda, gira sobre su propio eje.


El Ojo: la misteriosa isla


Está ubicada entre las ciudades de Campana y Zárate, en la provincia de Buenos Aires. Desde que surgió, varios científicos han intentado resolver el misterio de su repentina aparición y su forma totalmente circular.


Sin embargo, el misterio más grande El Ojo, es su extraña capacidad para moverse sola. La isla está rodeada por un anillo mayor de 120 metros de diámetro y en su centro, existe solo una delgada capa de agua.


Los expertos creen que podría tener más de 30 años. Sin embargo, aún es toda una incógnita el cómo se formó y, especialmente, desde cuando gira.


A pesar de que los habitantes de la zona conocían de su existencia, muy pocas personas del resto del mundo sabían de su existencia antes del 2016.


Esto ha provocado que el director de cine, Sergio Neuspiller, haya dado a conocer al público todos estos relatos a través de un filme de terror llamado «El Ojo».


Se sabe que esa zona fue lugar de un asentamiento de Querandíes, un grupo étnico del noreste de la región de Pampeana. En las orillas del río Luján, de camino a la isla, aún quedan restos de alfarería indígena.


También se han encontrado cementerios en esos pasajes. De hecho, los locales aseguran que existen sectores del campo donde las vacas no pastan.


También hay barcos cargueros de gran tamaño de los años 30 que terminaron hundidos en los pantanos del Delta. En la orilla de un río que no supera los 15 metros de ancho o los 50 centímetros de profundidad.


¿Cómo llegaron hasta ahí? Es otra pregunta que la ciencia no ha podido responder.


Posible explicación científica


El extraño movimiento, el cual se evidenció gracias a imágenes de Google Maps, es otro misterio sin explicación. Así como la porción de tierra que existe en el centro, el cual es firme y el agua que la rodea es fría y transparente. Algo que no sucede en esa zona.


Ahora es un enigma internacional, el cual diferentes especialistas de todo el mundo ha intentado entender.


Algunos expertos creen que se trata de un «embalse de vegetación»; formaciones que se desprenden, provocando pequeñas islas flotantes movidas por las corrientes de agua y el viento.


Esto también genera que se creen pequeños ecosistemas que podrían, en algunos casos, provocar que ciertas especies evolucionen de forma aislada.


¿Es un embalse de vegetación? No se sabe realmente, así como no se sabe de dónde provino, cómo se formó o por qué se mueve sobre sí misma. El Ojo actualmente es estudiado por varios expertos de todo el mundo, pero su enigma sigue vigente.


Por @Mr Roots




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domingo, 15 de diciembre de 2024

ARMAS PSIQUICAS




LOS ARSENALES GUARDAN ARMAS MUCHO MAS PODEROSAS QUE LAS BOMBAS NUCLEARES


Las armas psíquicas que todas las grandes potencias poseen, aunque nadie habla de ello


En 2022 publicamos este artículo con el título “Todas las grandes potencias conocen las armas psíquicas y las utilizan contra la población”. Por su interés y vigencia hemos considerado rescatarlo del archivo, actualizarlo y ofrecerlo nuevamente a los lectores.


Por MAGDALENA DEL AMO 




“La mayor astucia del Diablo es hacer creer que no existe”. La conocida frase del poeta Charles Baudelaire solía repetirla Alexandre de Marenches, director del Servicio de Inteligencia Exterior de Francia (SDECE) durante las legislaturas de Georges Pompidou y Giscard d’Estaing; asesor de Ronald Reagan y cofundador durante el gobierno de George Bush del Safari Club, un proyecto de cooperación de los servicios secretos de varios países. ¿Por qué Marenches hacía uso de esta frase? La sentencia es extrapolable a todo aquello que el siniestro Poder en la sombra que domina el mundo oculta a la humanidad, con el objeto de mantenerla sumida en la ignorancia, y así trabajar con total impunidad en proyectos lesivos que, oficialmente, “no existen”.

El desconocimiento de la realidad y la credulidad ciega en quien no merece nuestra confianza nos hace vulnerables y nos convierte en presa fácil a merced de los depredadores. La situación distópica de hoy es consecuencia de esta circunstancia. Por eso estamos viviendo momentos de incertidumbre, de miedo, de inversión de valores y de psicosis colectiva, sin entender el porqué. Pero lo cierto es que nadie sabe qué ocurrirá mañana, excepto “ellos”. Aunque no creo que, al final, les salgan las cuentas como esperan. ¡Esto no ha terminado y estamos en pie!

Se está librando una gran guerra mental y espiritual, pero la humanidad aún no es consciente de ello. ¡A pesar de las señales!

Los programas de dominio nos asustan con los virus, la economía, la energía y el cambio climático, diseñados ad hoc por los psicópatas que dirigen el mundo. La solución, por tanto, no puede provenir de los creadores del caos. En realidad, por extraño que parezca, la clave está en los ciudadanos. Sí, en nosotros, en el desarrollo de nuestra conciencia. Esto no tendrá solución si no caemos en la cuenta de que en este presente que nos ha tocado vivir, se está librando una guerra espiritual, psíquica, mental. Hay muchos indicios que apuntan a ello. Otra cosa es que desarrollemos la perspicacia suficiente para descorrer el velo y la valentía para afrontarlo.

El citado Alexandre de Marenches, en posesión de información privilegiada y conocedor de los programas en los que diferentes servicios secretos –su especialidad— estaban trabajando, aseguraba en 1988 que se estaba librando la Tercera Guerra Mundial, en la que aparte de las clásicas armas al uso: subversivas, psicológicas, ideológicas o climáticas, capaces estas últimas de crear a voluntad sequías, terremotos, ciclones o inundaciones a fin de desestabilizar el mercado de alimentos y castigar a naciones enteras –eso decía ya entonces—, aludía a la guerra psíquica, a la que calificaba de terrorífica, capaz de contaminar mentalmente a grandes estratos de la población.

¿Y por qué al ciudadano no se le cuenta esto?, se preguntan los ingenuos. La respuesta es obvia: porque las armas psíquicas son para utilizarlas contra la humanidad, como de hecho ya se está haciendo de manera amplificada con ayuda de la nanotecnología y la geoingeniería. En este campo, lo físico y lo psíquico se yuxtaponen y complementan. Lástima que sea para el mal.


La sociedad conoce los fusiles, las metralletas, las bombas, los misiles e incluso el napalm, pero desconoce todo sobre estos cañones de nuevo cuño, invisibles e intangibles, que aparentemente “no existen”, creados a base de algo que “tampoco existe”, relacionado directamente con nuestro cerebro y nuestra mente, expresado como “habilidades PSI”, es decir, clarividencia, precognición, telequinesia, telepatía, poder mental, y otras cualidades que escapan a la comprensión de nuestro universo tridimensional y a la lógica humana. Por eso a los grandes poderes les ha resultado tan fácil ridiculizar estas potencialidades y ocultarlas.

Los fenómenos extraños, el mundo del misterio, de lo inexplicado, de los ovnis, de la parapsicología, de lo no tangible, de lo insólito y de lo invisible es catalogado por  la ciencia oficial positivista como meros delirios mentales de personas desequilibradas, superchería, superstición, propio de personas poco desarrolladas e intelectos escasamente cultivados. Sin embargo, la  ciencia avanzada, cuyos descubrimientos se mantienen ocultos al gran público y a los propios científicos de a pie, dista mucho de este pensamiento.


Hace mucho tiempo que la gran ciencia conoce la realidad de estos fenómenos, y ha aprendido a reproducirlos, no para beneficio del ser humano, sino con fines de control, militares y bélicos. Eso sí, invirtiendo, a la par, cantidades ingentes de dinero público en propaganda y estrategias para que el pueblo siga creyendo que se trata de puro folclore y se avergüence incluso de hablar de ello o de contar vivencias personales en este campo. Los medios de comunicación han hecho mucho daño en este sentido.

El viejo sueño de unos y el temor de otros se está cumpliendo a los ojos de todos. El robot humano transhumanista es casi un hecho. El físico y experto en sociedades secretas y proyectos de control humano, Jacques Bergier decía: “… la posibilidad de dominar el mundo por medios psíquicos es un peligro mucho mayor que todos los que ha conocido la humanidad”. Y advertía a los gobiernos sobre ciertas armas que algunos científicos escondían, mucho más peligrosas que las bombas atómicas. En efecto, estaba hablando de las armas psíquicoespirituales.

A lo largo de las últimas décadas del siglo pasado se han ido filtrando documentos sobre el estudio de la parapsicología con fines militares. En plena Guerra Fría, el Comité de Inteligencia de la Cámara Baja de Estados Unidos aseguraba que las potencias que más invirtiesen en el estudio de la parapsicología aplicada y que primero desarrollasen esas técnicas no convencionales obtendrían una ventaja frente a otras.

Con el fin de investigar las posibilidades de las facultades paranormales, como las enumeradas: telepatía, telequinesia, clarividencia y otras, el gobierno de Estados Unidos creó el Proyecto Stargate. De paso, el programa servía de pantalla para la justificación de fondos que se estaban desviando a otros “menesteres” al margen de la ley. Secretamente, se estaba experimentando con microondas y ELF sobre los cerebros de personas aisladas y capas de población, y otros programas ilegales de manipulación y control bajo la denominación de MK-Ultra y sus subprogramas, entre ellos el “Control Intracerebral Radio Hipnótico” (RHIC, por sus siglas en inglés) y el “Disolución Electrónica de la Memoria” (EDOM, por sus siglas en inglés). Estos experimentos consistían en borrado de memoria, inserción de historias no vividas, estimulación eléctrica del cerebro, bombardeos de microondas y ultrasonidos y modificación de la conducta sexual y social.

En 2017 la CIA liberó miles de documentos sobre el tema, aparte de los que se habían desclasificado anteriormente, en virtud del Acta de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés). Esta información ayuda a comprender la dinámica actual de los campos electromagnéticos en todo el planeta y el internet de las cosas, máxime si adicionamos el complemento de ciertos adyuvantes de las inoculaciones –prohibido nombrar esto—, cuyo fin es la interacción y modificación de los circuitos neuronales, implantar pensamientos e historias ficticias y borrado de recuerdos. Es decir, los experimentos llevados a cabo en EE. UU. y otras potencias –por lo cual el jefe de la CIA tuvo que declarar ante el Senado— se están poniendo en práctica con toda la población. Pero estas armas no están censadas y, por tanto, no se necesita licencia para operar con ellas, ni existe ningún tipo de normativa internacional, porque “no existen”.



Alemania empezó la investigación psíquica mucho antes que Estados Unidos. Hitler era un forofo de esta temática y el Tercer Reich realizó numerosas investigaciones, así como búsquedas de objetos de poder, como el santo Grial, creación de prototipos ovni, o canalizaciones con otros planos. Debido a los aciertos de un vidente del führer sobre la guerra, Rusia profundizó en las investigaciones en este campo. De hecho, los rusos siempre estuvieron por delante de los estadounidenses, reconocido por ellos mismos en un documento secreto de la CIA.

El hecho quedó demostrado en el experimento internacional Kosmos Ziemia, que consistía en la comunicación telepática de psíquicos de todo el mundo con el astronauta Edgar Mitchel desde el Apolo 14. El ruso Avtandil Lomsadze fue el telépata mejor dotado. El informe sobre este experimento es muy detallado e interesante.

En 1954, los rusos ya estaban muy avanzados en el espectro de estas capacidades humanas. En el laboratorio secreto Academiah, próximo a la ciudad de Novosivirsk, científicos y unidades especiales de la KGB trabajaron activamente durante años en la investigación psíquica y avanzaron en la dermoóptica –en la que el desaparecido Jacobo Grinberg era un experto—, en la visión remota y en lo que más tarde se denominaría radiónica o actuación a distancia sobre la materia. También se hicieron ensayos con armas psíquicas para bloquear sistemas de radar. (En otra ocasión hablaré de la implicación de Andrija Puharich y un grupo de psíquicos, entre ellos Uri Geller, en la Operación Entebbe, para rescatar a los rehenes en el aeropuerto de Uganda, en 1976. Una misión llevada a cabo por las Fuerzas de Defensa de Israel, siguiendo las instrucciones del Mossad).

Y anterior a todo esto, en 1882, el físico William Barrett y otros eruditos de la Universidad de Cambridge habían fundado la Society for Psychical Research (Sociedad para la investigación psíquica), al que también perteneció el médico y fisiólogo, premio Nobel de medicina, Charles Richet, autor del famoso Tratado de Metapsíquica. Algo que se inició para descubrir las potencialidades del ser humano y utilizarlas para su evolución y desarrollo, se convirtió en un arma peligrosa en manos de los oscuros manipuladores del mundo.

Paradójicamente, mientras la ciencia oficial sigue catalogando el estudio y conocimiento de estas cualidades humanas como seudociencias, la  ciencia avanzada –que nunca dice todo lo que sabe— y los servicios secretos de las principales potencias, en conjunto con los organismos al servicio de la Defensa de los Estados respectivos, no solo conocen su realidad, sino que las utilizan como armas de guerra. Y esto es lo realmente grave.

“El único poder verdadero es el del espíritu sobre el espíritu”, decía John Buchan, seudónimo del prolífico escritor británico Lord Tweedsmuir, gobernador general de Canadá. Lo decía desde su visión objetiva sobre las guerras, su dilatada experiencia política y su visión del mundo.

Hablamos de guerra mental o psíquica y espiritual porque lo mental afecta a lo espiritual; todo forma un conjunto que debe estar conectado y en armonía. Estas armas no solo pueden destruir los átomos materiales de los que está formado nuestro cuerpo físico, sino producir desajustes vibracionales en los niveles atómicos más sutiles y romper el “puente” que une el alma con nuestros cuerpos inferiores, convirtiéndonos en meros “cascarones” vacíos, zombis, muertos en vida. Por eso es tan importante mantenernos conscientes y cultivar nuestra parte divina.

Muchas veces me preguntan si quienes nos dominan en estos tiempos de distopía y se apoderan de nuestras mentes, podrían también arrebatarnos el alma. Estoy lejos de conocer la verdad última, pero puedo asegurar que NO, aunque sería muy largo argüir ahora las razones. Ahora bien, hoy más que nunca, sabiendo que están al acecho –tanto los humanos como los extrahumanos—, tenemos que estar alertas, cultivar y cuidar el alma, como nuestro gran tesoro; el bien más preciado que tenemos.


Fuente: https://www.periodistadigital.com/politica/opinion/20241212/armas-psiquicas-grandes-potencias-poseen-nadie-habla-noticia-689405043876/


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martes, 5 de noviembre de 2024

EL SECRETO DEL DR. GRINBERG



Dos décadas de investigaciones en su laboratorio de la Facultad de Psicología de la UNAM, reconocimientos mundiales como profesor y conferencista, creador de la Teoría Sintérgica; pero entre 1994 y 1995 al neurofisiólogo judeo-mexicano Jacobo Grinberg se lo tragó la tierra. ¿Conspiración? ¿Asesinato? ¿Abducción chamánica? El catalán Ida Cuéllar va en pos de este misterio sin resolver en su ópera prima "El secreto del doctor Grinberg", documental de estreno en el GIFF guanajuatense. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Su caso es aún un enigma. El neurofisiólogo y psicólogo mexicano Jacobo Grinberg-Zylberbaum desapareció el 8 de diciembre de 1994, a sus 47 años de edad, cuando se hallaba en la cima de su carrera y con más de 50 libros publicados e innumerables investigaciones. Este especialista de la telequinesia y la telepatía, quien recorrió México para estudiar con los chamanes, simplemente se esfumó. Su paradero ha suscitado muchas hipótesis y teorías descomunales; como aquella de que se lo llevaron agentes del FBI (Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos), e incluso que lo asesinó su segunda esposa, Teresa Mendoza López, para también ella perderse sin dejar rastro. Todo sobre la inexplicable ausencia del creador de la Teoría Sintérgica (“existe un continuo de espacio de energía pero el humano común sólo puede percibir una parte de éste”) es narrado por el documental El secreto del doctor Grinberg (España, 2020), ópera prima del barcelonés Ida Cuéllar, que se estrena en México. La cinta compite en la sección oficial de la 23 edición del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, en inglés), la cual empezó virtual y físicamente el 18 de septiembre y finalizará el 27. Cuéllar (Arenys de Mar, 1977), asimismo músico, cuenta en entrevista por Zoom que creó el filme no para personas a quienes les interese la ciencia, la filosofía o el chamanismo, sino porque simplemente deseaba ofrecer una historia interesante: “Anhelaba que atrapara como película. Me gustaría que las personas que no conocen estos tópicos se abran a ellos, o al menos estén al tanto. Nos hallamos en un momento en el que cada vez más necesitamos encontrar un sentido a la vida. Nuestra sociedad se ha ido hacia el lado materialista. Y deberíamos entender que el mundo no sólo está hecho de materia, sino que hay una parte psíquica, espiritual y emocional tan importante como la material y racional”.


Cuéllar creó el filme de 91 minutos para dar a conocer al científico: “Jacobo es muy importante en la ciencia mexicana del siglo XX, e igual para el mundo. Entonces me interesaba mucho rescatar su figura y que la gente pueda acceder a este personaje para mí fascinante.” Y pronto, Ida Cuéllar enfatiza: “Este largometraje es un misterio. Como dice el escritor y filósofo inglés Patrick Harpur –a quien incluye en el documental–, los auténticos misterios no se resuelven, sino que hacen que vayas profundizando en ellos cada vez más y más, y al final eres tú quien se transforma. “Es decir, no das una solución al misterio, pero tú te transformas y empiezas a ver el mundo desde otra perspectiva.”


Viaje sin retorno

Estamos en México en diciembre de 1994, cuando acaba de ser investido presidente Ernesto Zedillo Ponce de León. Antonio Fernández González, entonces procurador General de Justicia del Distrito Federal, crea una fiscalía para buscar al científico –fundador del Instituto Nacional para el Estudio de la Conciencia, con financiamientos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)–. Al frente de la investigación va el comandante Clemente Padilla, director operativo del Ministerio Público. El largometraje discurre que Grinberg había anunciado que se iría de vacaciones de fin del año 1994 rumbo al Tíbet, aunque según las averiguaciones  nunca salió del país ni entró a esa región de Asia. En la misma pantalla, su hermano Jerry comenta que le avisó que “le tenía miedo” a su segunda mujer (Teresa Mendoza López). Su hija del primer matrimonio, la cantante Estusha Grinberg Arditti, cuenta que le habló por teléfono el 12 de diciembre para felicitarlo por su cumpleaños 48, pero Teresa le avisó que “ya se había adelantado al Tíbet”. Después, nada se supo de la segunda esposa. A los testimonios del comandante Padilla y de Estusha, en El secreto del doctor Grinberg se añaden los de: Jerry y David, hermanos de Grinberg; la pintora y psicoanalista Lizette Arditti, primera esposa del doctor; Hilda Etterman, prima del científico; Ruth Cerezo y Leah Bella, sus ayudantes; José Colastra, galeno en medicina natural y bioenergética; Amit Goswami, doctor en física cuántica; Tony Karam, presidente de la Casa Tíbet en México; Sam Quiñones, periodista de Los Angeles Times; José Rubinstein, amigo del psicofisiólogo; Juan José Sánchez Sosa, director de la Facultad de Psicología de la UNAM; el editor Fernando Solana Olivares, autor de los artículos El enigma Grinberg (2007); la comunicadora Tere Vale; Esperanza (médium), y Ramón Mansilla, último ayudante de la curandera y chamana de nombre Pachita. Cuéllar le dedicó 10 años de su vida a El secreto del doctor Grinberg, producida por Polar Star Films y PRIMO (“de 2010 a 2020 ha sido un ciclo en el que he tenido dos hijos”). La película se proyectó primero en el Sheffield International Documentary Festival, celebrado del 10 de junio al 10 de julio pasados en el Reino Unido. Después, en el Festival Internacional de Cine de Málaga, del 21 al 30 de agosto. El realizador rememora que en su primer viaje a México, en Tepoztlán, Morelos, una mujer le narró la desaparición de Grinberg y su relación con la curandera Pachita, cuyo verdadero nombre era Bárbara Guerrero: “Un día antes de esa charla, había comprado un libro pequeño de Grinberg, sin conocerlo. De ahí me surgió el interés de realizar el documental. La mujer conocía a su hija, Estusha, y me la presentó. Yo empecé a leer los libros del científico; me quedé fascinado y sorprendido con La batalla por el templo, su biografía que escribió tres años antes de esfumarse y en la que él mismo dejó un montón de pistas sobre su futura desaparición. Son como señales. Y me sumergí por completo en esta historia.”





Puertas de la percepción

El caso del académico de la UNAM, nacido en la Ciudad de México, fue cerrado por las autoridades mexicanas en 1996, y los familiares de Grinberg ya no localizaron al comandante Padilla; pero Cuéllar lo buscó y dio con él: “Clemente Padilla es un personaje maravilloso. Al principio nosotros teníamos una entrevista de 2003 que le hizo un estudiante de la UNAM, Ivanov Marmolejo. El comandante es un hombre muy entregado, tanto que tuvo que cambiar de chip. Él empezó a leer los libros de Jacobo, se metió a fondo en todos los temas que investigaba Grinberg para intentar comprender qué pudo haber pasado con él. “Para mí, Padilla parece una figura sacada del cine negro, porque se mete en una investigación y acaba como obsesionado, transformado por el caso, el cual es el más importante de su vida y el único que dejó sin resolver, aunque él apunta a una resolución que posee demasiadas zonas oscuras. “Es una solución que no la puede afirmar al 100%. Y si pudiera, llega hasta el punto en que un testigo le dijo que al científico mexicano lo bajaron de un avión en (las alturas de) Colorado (Estados Unidos). Pero más allá de eso, no sabe qué pasó, ni la causa. Todas son conjeturas.” En el pueblo mágico de Malinalco, el comandante Padilla accedió a hablar con Cuéllar para El secreto del doctor Grinberg: “Después del caso Jacobo Grinberg decidí retirarme e irme de la Ciudad de México. Me quise apartar de todas las cosas.” Se ve en la película que muestra las cintas de audio y video y el expediente del investigador desaparecido: “Cuando dimos a conocer la foto en la televisión (la cantante e hija participó en Siempre en Domingo y mostró la imagen de su papá para buscarlo), se recibieron miles de llamadas.” Hasta que hubo una, curiosa, de “el testigo Boulder” (Luis Carlos Ruiz Martínez). Él me dijo que trabajaba poniendo gasolina en Boulder, Colorado. Eran entre las 8:30 y 9:00 de la mañana cuando aterrizó una avioneta tipo Cessna, color blanco, y se estacionó a 15 metros de donde se encontraba esta persona. En ese mismo lugar se encontraban dos automóviles blancos, y cuando se paró la avioneta bajaron a dos personas, un hombre y una mujer. “El hombre, con más de 40 años y con barba. La mujer, de estatura baja, morena apiñonada. Al hombre lo subieron al carro delantero y a la mujer al carro trasero. Pudo reconocer a un agente del FBI, llamado Rick Howard, y a Marina Velasco, agente del servicio secreto norteamericano. Ella, güera, de 35 años. Los reconoció porque esas personas cargaban gasolina donde él trabajaba, por eso sabe los nombres.” Padilla comenzó a indagar en Boulder, a más de 1,600 metros de altura: “Salieron papeles del doctor Grinberg en Boulder. Nadie sabía que él colaboraba en la Universidad de Boulder y que daba conferencias. Él viajaba a Carolina del Sur y de ahí se desplazaba a Boulder, nunca llegaba a Boulder directo. Tomaba aeropuertos aledaños. Eso nos extrañó. Cuando solicitamos la intervención del FBI, nos regresaron la documentación, que sólo incluye la entrada de Grinberg el 1 de noviembre de 1994; iba a Nueva York. Solicité por otro medio la información y me llegaron tres páginas de entradas y salidas de Grinberg y Teresa Mendoza en el aeropuerto JFK (Nueva York), en el de Los Ángeles, en el de Atlanta, de todas las partes que habían visitado… “¿Qué quiere decir eso? O una de dos: O hay negligencia del FBI, o no hay intención de cooperar.”


Cabos sueltos

A Cuéllar se le comenta durante la charla con Proceso que es increíble que después de tantos años, el comandante Padilla tuviera todo el expediente de Grinberg, y detalla: “A Padilla lo expulsaron de la policía, supuestamente ya no ligado a esa investigación; pero lo sacaron del caso cuando empezó a tocar ciertos temas, y después lo echaron de su trabajo. ¡Él guardó todo! Se pensaba que las copias de las investigaciones habían desaparecido. Su hermano Jerry (Grinberg) poseía una copia del caso y años después las llevó a la policía y desaparecieron. Padilla guardaba todo en una mochila entera. Había descripciones de los testigos, fotos, en fin. Eso estuvo genial porque accedimos a la investigación completa. Y le pregunté si guardaba otra investigación más, y respondió que no. Era el único caso que conservaba.” En el largometraje se menciona que el doctor Grinberg estuvo obsesionado en brindar una explicación científica a las prácticas del chamanismo mexicano (“para los científicos era un chamán y para los chamanes era un científico, estaba entre dos mundos, lo cual fue muy difícil para Jacobo”, expresa en la cinta su hermano David, y la médium Esperanza apunta en el documental que Grinberg le dijo que “unos seres le ayudaban” y que cuando él ya no quiso su auxilio, “lo encadenaron en un espacio”). Cabe destacar que en amazon.es se venden los libros de Grinberg, entre otros Los chamanes de México (seis tomos), Curaciones chamánicas, Psicofisiología del poder, La construcción de la realidad y Los chamanes de México: Pachita. Cuéllar buscó dos veces a los papás de la esposa de Grinberg, Teresa Mendoza; pero se negaron a dar la entrevista. Leah Bella, ayudante de Grinberg, específica en la película: “Teresa resultó ser una mujer que no era Teresa. O sea, su historial no era el que ella decía que era. Ahí de entrada ya tenemos algo extraño. Tenía un título que no era su título; de hecho parece que ni su nombre era real (se muestra un documento que dice ‘Teresa López’)”. En 2017, la CIA estadunidense (Central Intelligence Agency) liberó 930 mil documentos clasificados por internet, lo cual daban 12 millones de páginas. Padilla encontró que la CIA sí tenía conocimiento de Grinberg, “entonces está trabajando con ellos, ahí está la verdad, en Boulder, pero se me volteó la familia”, manifiesta el comandante. La cinta muestra un artículo de Grinberg en el programa Stargate de la CIA. Al respecto, Cuéllar menciona: “No es tan extraño. Es normal que tengan todas las investigaciones que hay acerca de fenómenos extrasensoriales. El programa Stargate ha ido cambiando de nombre. En los años cincuenta se llamaba MK-Ultra. De los ochenta a 1995 era Stargate­ y es una sección que la CIA posee para investigar todos los temas de telepatía, de remote vision (visión remota), incluso fenómenos OVNI, telequinesis, de todos los tópicos de percepción extrasensorial. Es normal que incluyan artículos de investigaciones, al mismo tiempo también van a intentar contactar a los científicos, porque son de su interés. Él investigaba la conexión entre cerebros o mentes.” –¿Cómo es que hacia 2016 sacaron dinero de la cuenta de Grinberg? –Yo intenté indagar más sobre eso… Cuando pasaron los 20 años y pudo dársele por muerto, su hija Estusha ya pudo tener acceso a la herencia, y cuando quiso sacar el dinero que había en el banco, alguien más lo había sacado meses antes. Teóricamente la única persona que podía sacar dinero de ahí era Jacobo. Ella no llegó realmente a saber por qué ni quién había sacado ese dinero. Es un punto más de las cosas extrañas que hay alrededor del caso. Su primera esposa, Arditti, confiesa a cuadro: “Es muy fuerte este misterio, no se acaba nunca. No vez luz al final del túnel.” El cineasta Cuéllar termina reiterando: “El largometraje ayuda a reivindicar y recuperar la figura de Jacobo. Me producía mucha curiosidad por qué era tan desconocido aquí en México.” El secreto del doctor Grinberg participará además en la sección de Proyecciones Especiales de la 15 edición del DocsMX, Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México, que se efectuará del 8 al 25 de octubre próximos (año 2020)


Autor: Por Columba Vértiz De La Fuente



Fuente: https://www.proceso.com.mx/reportajes/2020/10/3/la-extrana-desaparicion-del-doctor-grinberg-250369.html




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