viernes, 11 de marzo de 2022

REGRESO AL TERRORISMO

 


QUE SUENEN LAS ALARMAS



Hemos visto como sectores de izquierda, seguramente incitados por otros afines y que forman parte del actual gobierno peronista, han protagonizado hechos de violencia extrema en la Plaza de los Dos Congresos, frente a nuestro parlamento nacional una vez más, pero ahora con un agregado que regresa a la Argentina a 50 años atrás, con la aparición masiva de acciones terroristas concretas y que marcaron una escalada que cubrió de sangre todo el país.


Por primera vez en tantas décadas se vió el uso de las tristemente famosas bombas Molotov, elemento de ataque del terrorismo básico, de fácil fabricación, pero que infunde miedo certero a las fuerzas de seguridad. Estas, sin dudas, no estaban preparadas para la reaparición de esta táctica y  supongo que ya mismo deben de estar considerando acciones a futuro que tiendan a preservar su propia seguridad y contragolpear con nuevo elementos represivos.


Así se comenzó a armar el terrorismo en Argentina, desde momentos mismos del Cordobazo, hasta la escalada de violencia que se vivió durante casi 10 años, entre finales de la década de los 60, hasta casi finales de la década siguiente.

Este tipo de bomba, por ser tan básico, de fácil fabricación, es la introductora a explosivos o armas más sofisticados que luego se usan indiscriminadamente.


Pero este fenómeno, re estrenado en Argentina, está sustentado por actores políticos que coinciden en intenciones de oposición a los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional, desde el mismo oficialismo gobernante, con manifestaciones públicas de referentes del calibre de Cristina Fernández y su hijo Máximo Kirchner. 


Es insólito que desde un mismo gobierno de propicie un acuerdo y un grupo díscolo salga a combatirlo abiertamente. Esto no tiene explicación razonable, solo pura especulación ventajera que pretende hacer pagar el costo al otro. Se asumió en rol protagónico la carga de “echarle la culpa al otro”,  llevándola a una escala inédita en el mundo.




La Vice Presidente de la Nación y el Presidente de la bancada oficialista en la Cámara de Diputados son los opositores fácticos de un gobierno del que forman parte.


Pero esta escalada vine de la mano de antecedentes históricos que siempre trae el peronismo desde lo profundo de sus entrañas, y es el uso de la violencia para dirimir sus ideas antagónicas. No hace falta dar muchos ejemplos al respecto, solo recordar lo que pasó en los años 70.


La violencia extrema forma parte de los genes de esta agrupación política desde su nacimiento y vemos ahora como reaparece con este "primer paso Molotov". ¿Seguirá así? ¿Aunque los protagonistas ahora sean de grupos de izquierda no oficialista, pero funcionales a la reinvindicación del kirchnerismo inconforme?


No es casual que en torno al Congreso Nacional sucedan acontecimientos de violencia en gran escala, en estos tiempos. Recordemos las famosas catorce toneladas de piedras que se arrojaron a la Policía durante el gobierno de Macri, en nombre de una presunta defensa de los intereses de los jubilados, que luego son sometidos por el actual régimen a la casi indigencia, ante el silencio de gran parte de la sociedad y sus organizaciones vinculadas.


Ahora reaparece el primer síntoma de orquestación armada en actos terroristas básicos, pero con elementos nuevos y crueles, como las bombas caseras y en un escenario, la casa de los representantes del pueblo, que da el mensaje vinculado con la sedición que pretendió en el pasado, pero ahora renace en este triste presente, mostrar un camino que nos volverá a hacer caer en la anarquía absoluta.


En los 70 gobernaba una Presidente marioneta, Isabel Martínez Viuda de Perón, y ahora un Presidente marioneta digitado por Cristina Fernández, que abiertamente se puso en la oposición contestataria.


Esa debilidad política de las cabezas conductoras en los 70 y ahora es el mejor caldo de cultivo para fomentar la escalada de violencia y la anarquía general.




La vieja técnica de resolver las cuestiones internas del peronismo a regresado, camuflada por organizaciones políticas funcionales, que como verdaderos idiotas útiles se prestan a un juego por el cual la Argentina pagó un costó astronómico en destrucción, en vidas y hasta en una escalada que culminó con una guerra contra una potencia nuclear apoyada por la primer potencia de mundo. Una locura completa y algo complicadísimo de hacer entender a cualquier humano que quiera comprender a la Argentina y su derrotero político y social.


A prepararnos porque lo peor está por llegar y sobre los cadáveres de 120.000 personas que acabamos de sepultar, víctimas de la pandemia que este mismo gobierno manejó con desidia, irresponsabilidad y con prejuicios políticos que ahora, se supone, vuelven de la mano del apoyo o condena de un acuerdo económico internacional.


Una simple bomba Molotov nos hace retornar a 50 años de caos, decadencia y mucho sufrimiento teñido de sangre.




dp 







1 comentario:

Anónimo dijo...

FELICITACIONES.
Susana Fedurko