SIMÓN ITURRI PATIÑO
Por: Carola Pozo Cortez
Simón Iturri Patiño nació el 1° de junio de 1860 en el Departamento de Cochabamba, Bolivia. En 1889 contrajo matrimonio con Doña Albina Rodriguez Ocampo, cuando ella tenía 16 años y él 29.
Roberto Querejazu Calvo, en su libro “Llallagua (Historia de una montaña)", describe a Simón Iturri Patiño con las siguientes palabras: “de estatura mediana, cuerpo erguido y robusto, dando la impresión de estar firmemente asentado en el suelo. Espaldas anchas y cargadas. Rostro cuadrangular, frente amplia, ojos pequeños de mirar inquisitivo y desafiante, nariz recta, bigote grueso, boca regular, mentón redondeado pero sólido, cabello corto. Carácter ambicioso, ejecutivo y tenaz. Inteligencia natural e intuitiva. Actitud mental y física en permanente apresto, como de luchador. Temperamento vivaz y burlón del cual emergen, con igual facilidad, manifestaciones de impaciencia y cólera o una sonora carcajada”.
El 16 de Agosto de 1897, Patiño compra la mina La Salvadora, en la localidad de Uncía, Departamento de Potosi, Bolivia. Viviendo penosamente en una diminuta cabaña toscamente construida, en la cual trabajaba incansablemente con solo cuatro hectáreas, explotaba sin maquinaria a motor, sin otras herramientas que taladros manuales, martillos, picos y una chancadora a mano para moler el mineral. Después de esta operación, los trozos de mineral, separados también a mano, se cargaban en llamas que necesitaban tres o cuatro días para llegar hasta Challapata, la mas cercana estación en ferroviaria.
Logró comprar otras minas de estaño. En 1909, decide vender en forma directa sus minerales, con este fin, abre una primera oficina para la venta en Europa, concretamente en Hamburgo.
En 1910 adquirió Uncía Mining Company que estaba en manos británicas y para transportar minerales desde sus minas, construyó el Ferrocarril Machacamarca-Uncía en 1911.
En 1924 compró la compañía Chilena de Llallagua, dueña de los centros mineros de Uncía y Llallagua, y luego Huanuni, Japo y Kami. Los precios de los minerales en Europa lo llevaron a convertirse en millonario a nivel internacional. Logró también el dominio de los refinadores europeos y acabó teniendo el control de la mayor fundidora de estaño boliviano en el mundo, la Willams Harvey & Co. Con un capital de quince millones de Bolivianos estableció el Banco Mercantil de Bolivia.
Catavi y Llallagua, y especialmente Huanuni, son monumentos al genio y la inagotable energía del señor Patiño.
Asímismo, realizó inversiones en yacimientos mineros en Malasia, Canadá, etc. A fines de los años 30, más del 60% de la producción mundial de estaño era tratada en sus fundiciones.
En Oruro, Bolivia
A finales del siglo XIX, y gracias a la minería, Oruro se constituyó en el núcleo económico de Bolivia. Lo demostró así la construcción de la primera línea férrea del país y los florecientes negocios que aprovisionaban diariamente de material a todos los aventureros mineros.
Esa visión cosmopolita de la ciudad —habitada entonces por unas 15.000 personas— se hizo evidente durante 1900 en sus nuevos edificios, que adoptaron los estilos neoclásico, renacentista y manierista.
´Las máximas expresiones de aquellas tendencias se combinaron en una sola edificación: la residencia del "Rey del Estaño".
Empapelados franceses, muebles Luis XV, frescos en las paredes elaborados por artistas europeos, adornos en plata, mármol y oro, cortinas y alfombras bordadas a mano en Persia... Cada una de las más de diez habitaciones de la casa da cuenta de la magnitud que tenía la fortuna de Patiño, considerado uno de los diez hombres más ricos del mundo en el siglo XX.
Asentada en unos 2.100 metros cuadrados, la construcción de la residencia se inició en 1900 y tomó tres años. Y es desde esta edificación que el ambicioso empresario, nacido en Cochabamba, inició un imperio que con los años despertó admiraciones y resentimientos.
Su residencia en el exterior
Gracias a la Primera Guerra Mundial, que exigía más estaño y plomo, Patiño entraba definitivamente en el selecto club de los grandes millonarios del mundo.
En 1912, los Patiño viajan a Europa, para establecerse en París. . En 1914, las oficinas se trasladan al número 44 Avenue Gabriel, desde donde Patiño dirigía sus negocios. La residencia familiar se estableció en una casa situada en Rue Washington, y posteriormente a la Avenue du Bois. Ambas en un elegante barrio residencial cerca de los Campos Elíseos.
En 1918, su nombre aparecía en las revistas internacionales, entre los hombres más ricos del mundo; en 1920 su empresa poseía el 41% del estaño mundial. En efecto, Patiño supo integrar las operaciones mineras en un vasto conjunto empresarial y financiero, logrando controlar a los refinadores europeos.
Para tener idea de la riqueza de la familia Patiño, basta con comparar la renta bruta de Bolivia en 1925 (55 millones de pesos) con la de Patiño (50 millones de pesos).
En 1924, durante una visita a Bolivia, sufre un grave ataque al corazón tras el cual le resultará imposible regresar a Bolivia debido a que no podía vivir a 2.400 m.s.n.m..
En 1931, erigió la Fundación que lleva su nombre con el fin de formar técnicos bolivianos.
En 1939 se marcha de Europa y se establece en Nueva York. Hacia el final de su vida se afinca en Argentina, para estar más cerca de su país.
El Palacio Portales
Ubicado en Cochabamba en la zona denominada Queru Queru. El Palacio Portales edificado entre 1915 y 1927, fue diseñado por el arquitecto francés Eugène Bliault.
De estilo ecléctico, participaron, en su ornamentación, artesanos y artistas italianos y franceses. Mármoles y maderas preciosas fueron importados del extranjero.
Los elementos y estilos heterogéneos que lo caracterizan, se fusionan entre ellos, de tal manera que el resultado es un conjunto de gran armonía e integración.
La intención de Simón I. Patiño era vivir definitivamente sus ultimos años de vida en este lugar de ensueño, más la llegada de su muerte en Buenos Aires el 20 de Abril de 1947, no le permitió conocer esta maravillosa construcción arquitectónica.
Villa Albina, Mansión Señorial, Pairumani, Cochabamba, Bolivia
Patiño amó tanto su lugar de origen que su deseo de descansar para siempre allí se hizo realidad, más no pudo llegar a conocer en vida, el Palacio Portales ni la mansión "Villa Albina" que recibió sus restos, en 1947, como de un "Hijo Pródigo".
Cinco años más tarde, se reúne con él su esposa, quién fallece el 27 de marzo de 1953.
En vida, ellos habían deseado siempre estar juntos y su deseo también se cumpliría luego de su fallecimiento, porque hoy sus restos descansan en el mausoleo que tiene la familia Patiño en Villa Albina, esta elegante mansión señorial situada en Pairumani, al pié de la cordillera del Tunari, ubicado a 13 Km de Cochabamba, donde Don Simón mandó construir, entre 1925 y 1932, esta Villa de ensueño para su esposa Albina Rodríguez de Patiño.
Sus bisnietos al frente de la Fundación Patiño
Sus bisnietos de visita en la casona, vivienda de los Patiño y hoy convertida en museo en Oruro, Bolivia.
La Fundación Patiño fue creada en 1958 por los herederos del gran industrial boliviano Simón I. Patiño (1860-1947).
La Fundación Simón I. Patiño tiene como sede principal Ginebra, Suiza, la misma que concibe y desarrolla programas, tanto de investigación como de aplicaciones prácticas, en beneficio de América del Sur, y de Bolivia en particular, en los campos de la educación, la cultura, la investigación, la salud, la higiene, la nutrición, la agricultura y la ecología.
La Fundación desempeña sus actividades en varios Centros, propiedad de la Fundación Universitaria Simón I. Patiño, creada en 1931 en La Paz por el mismo Don Simón I. Patiño.
En Europa lleva a cabo varios programas en los campos de la cultura, a través de su editorial, con la finalidad de difundir la riqueza y la diversidad de la literatura de las diferentes culturas latinoamericanas. En Ginebra, su Centro universitario forma jóvenes ejecutivos para Bolivia.
Fuente: http://turisred.blogspot.com/2011/06/el-baron-del-estano.html
dp
Billete emitido por el Banco Mercantil, de propiedad de Patiño
2 comentarios:
Extraordinario personaje casi desconocido ahora fuera de Bolivia, pero en su época era mundialmente poderoso.
Juan Manuel Basualdo
Muy buena nota Daniel !!!
Rodolfo Petenello
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