...cuanto patrimonio histórico perdido inútilmente, para presumir o lucrar sin límites....
Durante la época victoriana del siglo XIX, la conquista de Egipto por parte de Napoleón abrió las puertas de la historia de Egipto a los europeos. En aquella época, las momias no gozaban del respeto que merecían por parte de las élites europeas y, de hecho, se podían comprar momias a vendedores ambulantes (como se ve en la imagen. Original de 1875) para utilizarlas como acto principal de las fiestas y reuniones sociales que se celebraban en el siglo XVIII.
Las élites de la época solían celebrar «fiestas de desenvolvimiento de momias» que, como su nombre indica, tenían como tema principal desvestir a una momia ante un público inquieto, que vitoreaba y aplaudía al mismo tiempo.
Durante ese periodo de tiempo, los restos bien conservados de los antiguos egipcios se molían habitualmente en polvo y se consumían como remedio medicinal. De hecho, la momia pulverizada era tan popular que incluso instigó un comercio de falsificaciones para satisfacer la demanda, en el que la carne de los mendigos se hacía pasar por la de los antiguos egipcios momificados.
A medida que avanzaba la Revolución Industrial, las momias egipcias se explotaban con fines más utilitarios: un gran número de momias humanas y de animales se molían y se enviaban a Gran Bretaña y Alemania.
Otras se utilizaban para crear pigmentos marrones para momias o se les despojaba de sus envoltorios, que posteriormente se exportaban a Estados Unidos para su uso en la industria del papel. El escritor Mark Twain llegó a contar que en Egipto se quemaban momias como combustible para locomotoras.
A medida que avanzaba el siglo XIX, las momias se convirtieron en preciados objetos de exhibición, y decenas de ellas fueron adquiridas por ricos coleccionistas privados europeos y estadounidenses como recuerdos turísticos. Los que no podían permitirse una momia entera, podían comprar en el mercado negro restos desarticulados como una cabeza, una mano o un pie y llevarlos de contrabando a su país.
El comercio de momias con Europa era tan rápido que, incluso después de saquear tumbas y catacumbas, no había suficientes cuerpos del antiguo Egipto para satisfacer la demanda.
Así que se fabricaron momias falsas a partir de los cadáveres de los criminales ejecutados, los ancianos, los pobres y los que habían muerto de horribles enfermedades, enterrándolos en la arena o rellenándolos con betún y exponiéndolos al sol.
El marrón para momias se fabricaba originalmente en los siglos XVI y XVII con brea blanca, mirra y restos triturados de momias egipcias, tanto humanas como felinas.
Como tenía una buena transparencia, podía utilizarse para veladuras, sombras, tonos de carne y sombreados. Los artistas creían que cuando se utilizaba el betún y la carne momificada en la pintura al óleo no se agrietaba ni se secaba.
El marrón de momia dejó de producirse en su forma tradicional a finales del siglo XX, cuando se agotó el suministro de momias disponibles.
La momia es una sustancia utilizada en el embalsamamiento de las momias o un polvo hecho de momias molidas, utilizado como preparación médica. En la fabricación de momias en el antiguo Egipto se utilizaba en ocasiones el asfalto (persa: mumiya) como ingrediente para rellenar las cavidades vacías del cuerpo una vez extraídos los órganos.
En la Edad Media se creía que la resina que se utilizaba en las antiguas momias egipcias tenía un valor medicinal y químico superior al del asfalto normal, y la consiguiente demanda del ingrediente hizo que el término se aplicara tanto a los cadáveres necesarios para su recolección como al propio ingrediente.
Fuente: Rare Historical Photos
Publicado en: https://itongadol.com/internacionales/vendedor-ambulante-de-momias-en-egipto
dp