LOS GRANDES IMPERIOS HASTA CONTROLARON EL TIEMPO

 

Hubo muchos grandes imperios en la historia de la humanidad, pero unos pocos llegaron a reglar el manejo del tiempo humano según su propio criterio y como plena capacidad de control absoluto sobre la vida de todos.

Ni el fabuloso Imperio Romano, ni el Mongol, ni el Chino llegaron a tal nivel de ejercicio del control, apareciendo este en épocas más recientes y en un caso aún vigente en nuestros días.

El tiempo hasta es sometido a debate y muchos opinan sobre su relatividad desde la óptica científica o incluso filosófica y esto sucedió a lo largo de todas las épocas. Otros salieron a "comprar tiempo" al buscar las fuentes de la eterna juventud. Gracias a esta quimera se exploraron nuevos territorios o hasta se los conquistaron, caso España en América vía los "Adelantados" o simples y ambiciosos aventureros sin escrúpulos.

Desde el mal llamado descubrimiento de América y la conquista de las colonias por parte de los reinos de España y Portugal ya comenzó a insinuarse la tendencia del control del tiempo humano como una necesidad completa de sometimiento a su capacidad de tráfico marítimo y comercio internacional. Por ello existieron varias tentativas de establecer el famoso Meridiano de medición e imponerlo universalmente a todos aquellos que quisieran navegar y comerciar. Acoto que comercio, en muchos caso, es sometimiento de potenciales mercados en cualquier punto del planeta.

La firma del Tratado de Tordesillas entre España y Portugal tendió al reparto de las nuevas tierras conquistadas y fue el comienzo del establecimiento de una hegemonía novedosa nunca antes vista por la humanidad (1494, apenas dos años después del primer viaje de Cristóbal Colón). Ningún otro Imperio antes tuvo una visión tan globalizada de sus apetencias territoriales, aunque si lograron el éxito conquistador, pero todo centrado en el dominio de territorios que eran limítrofes unos con otros,  en cambio ahora se pretendían tomar posiciones en cualquier punto del globo, solo teniendo por parámetro de conquista la potencialidad comercial sin importar la logística para el mantenimiento de esos dominios.

La delimitación del Meridiano de Hierro, que pasaba al Oeste de las Islas Canarias fue un punto de perfeccionamiento de este proyecto imperial mundial, estableciendo el mismo en punto 0 (cero) del manejo de las distancias, las coordinadas de ubicación global, el trazado de mapas cada día más cercanos a la realidad y el establecimiento de una “hora mundial” a fin de mejor coordinar sus desplazamientos comerciales y militares.

Para el Siglo XVII ya muchas cosas fueron cambiando. España y Portugal habían alcanzado la cúspide de su expansión territorial y nuevos actores salían a disputarle su poderío en los mares y colonias.

Holanda, Francia, en forma incipiente el Reino Unido, percibieron la necesidad de forzar un reparto del tesoro mundial del comercio a como de lugar. Ya no iban a aceptar la hegemonía española y portuguesa así como así.

Este dato es fundamental porque incluso se sostenía mediante el control del tiempo humano un cuasi designio divino sobre el control de la vida misma. Esos reyes pasaron a ser dioses encarnados en la tierra, ya quien controla el tiempo controla la vida misma. 

Sumado esto al aval de la iglesia Católica dado a estos monarcas imperiales se hacía sentir el poderío puesto en sus mano como una delegación divina del control sobre la vida misma y sobre la trascendencia salvadora o condenatoria del ser humano luego de la muerte.

Otros monarcas percibieron la inmensidad de este poder delegado y sus consecuencias comerciales y de acceso a las riquezas.

Para 1634 se pusieron de acuerdo y decidieron cambiar de Meridiano administrador de lo antes expuesto, quitándole a la ya decadente España corrompida y dormida en sus laureles de gloria, el poder absoluto que ejercía. De esta forma el Meridiano 0 pasó a ser la línea imaginaria que une el Polo Norte con el Polo sur, pasando por la cima del Observatorio Astronómico de París, la conocida y famosa Línea Rosa.

Nació un nuevo imperio a escala mundial y se cambiaban por completo los mapas y el reparto del poder.

Dios se había mudado a La Ciudad Luz y con esto se despierta un nuevo polo de manejo político para el mundo, Francia.

Mientras esto pasaba en Europa otra nación percibió el cambio y aceleró su propio proceso imperialista en América, Africa y hasta en Oceanía, el Reino Unido.

Para ello debía ir contra los franceses y vio la oportunidad en la conmoción provocada por la revolución Francesa y el nacimiento del fenómeno de Napoleón y el expansionismo francés. 

Sabía que debía e ir contra esto porque de los contrato su proyecto se caía antes de lograr un éxito, aunque sea parcial.

Y fueron contra Napoleón y lo derrotaron y a partir de ahí se asumieron como los grandes Almirantes mundiales y en poco tiempo levantaron el imperio más extraordinario que conociera la humanidad, el Imperio Británico. (a principios del Siglo XX la extensión de todo el  imperio era de casi 31 millones de km2, con 500 millones de habitantes. Impresionante. La actual Rusia tiene 17 millones y parece inmensa: pues los ingleses tenían casi el doble de territorio bajo la suela de sus zapatos). 

Los reyes ingleses eran los nuevos dioses que hasta se dieron el lujo de romper la supremacía católica, imponiendo la anglicana, fuera de Roma. Deben de seguir agradecidos a Napoleón por haber empujado el poder Papal al abismo. Fue un gran cambio.

El 1884, un día Lunes 13 de Octubre, se reúnen 25 países en la ciudad de Washington, Estados Unidos, lugar que había comenzado a erigirse en nuevo faro referencial del mundo económico y financiero, que al poco tiempo formalmente controlaría el mundo completo, pero bajo la hegemonía administrativa y orientación política inglesa, como en verdad sigue hasta hoy en día.

Alemania, el Imperio Austro-Húngaro, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, España, Estados Unidos de América, Francia, Reino Unido, Guatemala, Hawai, Italia, Japón, Liberia, Mexico, Paraguay, Holanda, Rusia, Dominicana, Suiza, Suecia, Turquía y Venezuela, firmaron un tratado que establecía al Meridiano de Greenwich como la Línea 0, con el expreso agregado de la delimitación de los usos horarios en todo el planeta.

Control total, formal y absoluto que consagraba al anfitrión de Greenwich, el Rey inglés, como nuevo amo y dios encarnada sobre la faz de la tierra.

Manejar la más extraordinaria maquinaria de guerra marítima colonias sometidas en todos los continentes, comercio libre en todos los puertos, ejércitos de ocupación poderosos, control absoluto sobre su propia religión, imposición de la primer divisa monetaria (la Libra Esterlina) como primer moneda global, regulación de pleitos y administración del tráfico marítimo de todas las naciones, que aún siguen controlando vía el famoso Lloyds de Londres, expansión de fronteras con expediciones científicas a todas partes que terminaron que decidir que era aprovechable y que no a escala mundial, la aparición de la máquina de vapor y el relanzamiento de las industrias a escala masiva y de los barcos que ya no dependían de los vientos para llegar donde quisieran, la aparición y extensión de las comunicaciones, telégrafos, teléfonos, luz eléctrica, al poco tiempo el automóvil, el avión, la invención de instrumentos de medición precisos para facilitar la navegación, se consolidó a partir de 1884, pero que ya en 1871 evidenció el proyecto hegemónico nuevo, al proveer el nacimiento de la ya nombrada Corporación Lloyds.

Si que la tenían clara y sabían como y cuando hacer las cosas.

Y este modelo continuará por mucho tiempo más porque siguen controlando el tiempo y el tráfico marítimo y por lo tanto el comercio, la economía y las finanzas.

La historia continúa…la Reina a fallecido…Viva el Rey…

dp

Nota de dp: Comencé a pensar en este tema viendo por enésima vez la película el Código Da Vinci, donde se trata sobre la Línea Rosa, el viejo meridiano que pasaba sobre París. Un pensamiento desencadenó otro y así sucesivamente hasta llegar a este artículo. Creo que puede ser ilustrativo contar como se puede desarrollar una idea y como pasarla al papel.