viernes, 9 de septiembre de 2022

SARMIENTO: DEMOLIENDO A SUS DETRACTORES





SARMIENTO Y LA PATAGONIA


El soñador sigue soñándonos (Jorge Luis Borges)


                      Mucho se ha escrito respecto a que Sarmiento “quiso” entregar la Patagonia a los chilenos. Cierto es que a Sarmiento nunca le faltaron detractores, agresores profesionales de su memoria que “con falsedades tratan de enlodar su  figura intentando descalificar sus ideas, negando su firmeza de carácter, integridad, honradez y la pujanza de su inteligencia” (Martinez Estrada). Es que atacar su pensamiento filosófico forma parte de la identidad ideológica a la que suscriben, para justificar las mismas perdiendo de vista sin mayores escrúpulos, la objetividad y la imprescindible seriedad que todo trabajo historiográfico debe tener en la búsqueda de la verdad, sin contar aquellos enemigos vocacionales que tomando frases  sueltas que leyeron por ahí, y sin haber ojeado ni uno solo de los 112 textos compendiados en una monumental obra de 53 tomos, siempre citan las mismas frases. Muchos la cuentan desde su visión personal y otros tergiversan y distorsionan el hecho histórico con aviesa intencionalidad política. Del otro lado se ubican quienes, con rigor histórico, demuestran las falacias de los dispensadores del odio anti-sarmientino.

                    Armando Caro Figueroa escribió: “En estas dos miradas, una despojándose de su carnalidad y rebeldía, lo recluye en un silencioso panteón laico: es su jornal de veneraciones”, y la otra, atontando su genio y sus ideas, lo erige como clamoroso paradigma de lo extranjero y lo antinacional: es su jornal de injurias”;

                    Sarmiento no se encuentra solo en este podio que una visión sesgada de la historia lo ha colocado pero largamente ocupa el primer lugar. (Últimamente disputado por Roca). Al respecto, Rosendo Fraga señala: "el revisionismo histórico instaló un lugar común respecto a que Sarmiento quiso entregar la Patagonia a los chilenos, esto a partir de artículos publicados durante su exilio en Chile, sacando de contexto sus frases a partir de las cuales se construyó dicha afirmación”…(por el contrario…(es) el primer presidente que realiza una política de Estado referido a la Patagonia”. Algo que buscamos demostrar en estas líneas.                      

                       Rolando Hanglin advierte que Ricardo Font Escurra (1896-1955), autor del libro “La Unidad Nacional – Talleres Optimus 1939 y Co-fundador del INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTORICAS JUAN MANUEL DE ROSAS – 1938 -, furioso “anti Sarmientista", (“en este caso seguimos a Font Ezcurra con las reservas del caso porque siempre fue ferviente Rosista, acota Hanglin)” y que se constituyera en uno de los iniciadores de esa campaña de desprestigio del que abrevaron el resto de sus detractores publicando solamente los artículos referidos a “la cuestión Magallanes”. Hay que decir que en todo lo referido a la “Cuestión Magallanes”, la pluma de Sarmiento derramó mucha tinta justificando la necesidad que, ante la falta de recursos y principalmente de interés del gobierno de Rosas fuera Chile quien ocupara y controlara el Estrecho de Magallanes porque así se controlaba ambos Océanos habida cuenta de las intenciones Inglesas y Francesas en la región (¿recuerdan al Rey de la Araucanía y Patagonia Orellie Antoine I?) en el congreso de Paris de 1867 éste ofrecía la salida bioceánica para comercializar entre Europa y Asia … ”CALLESE CHARLATAN…¡USURPADORES, BANDIDOS! …a partir del año que viene yo me encargare de prepararles un calabozo en Tierra del Fuego… La Araucanía y la Patagonia son argentinas! Reaccionó Sarmiento (al año siguiente asumiría como presidente) quien se encontraba invitado a la gran exposición Parisina.

Pero leamos a Font Ezcurra: “de ser cierto que Chile, en 1843, fue el primer ocupante de Magallanes y su territorio, hecho que ocasionó su pérdida definitiva por Argentina, también es cierto que ha adquirido ese derecho gracias a la predica tenaz, a las incitaciones de toda índole y a las gestiones realizadas por D. F. Sarmiento. (…) alguien ha pretendido explicar esa campaña por su aversión a Rosas…otros atribuyen esta conducta a la secuela de la fiebre tifoidea,(…) En realidad Sarmiento…era un hombre genial, pero también discutible, claro” (…) puede aducirse que Sarmiento, llevado por su odio a Rosas, cayó en cierta desilusión  respecto a la Argentina (…) y entonces una palabra provoca la otra y terminan diciéndose cosas impensadas” 

                          Abunda Font Ezcurra:” …al asumir Sarmiento niega al comandante Luis Piedrabuena los recursos para impedir la penetración chilena en el sur”, algo que el rigor histórico mostrará en estas líneas tal falsedad. El mismo Font Ezcurra reconoce que los artículos publicados sobre la “Cuestión Magallanes eran anónimos (sin firmas). El revisionismo quiso adjudicar a Sarmiento el haber sugerido la anexión de Mendoza y San Juan a Chile, cuando en realidad fue José Luis Calle quien en carta a un funcionario chileno hizo tal sugerencia. Mariano Oropeza difama a Sarmiento “al indio habría que matarlo aun en el vientre de su madre”. Una falsedad que expliqué en un artículo anterior titulado “La teoría del Rumor”. En realidad fue el Marquéz de Caxias – Jefe de los ejércitos aliados en la Guerra de la Triple Alianza que en carta a Pedro II desde Tuyutué (1867) hiciera tal afirmación. (Chiavenatto 2011 y recogida por Juan Godoy en “la Brasa ardiente contra la cuádruple infamia”)

              Ahora bien, conforme a sus más eminentes detractores – y una pléyade de ignorantes escribas –  Sarmiento quiso entregar la Patagonia cuando en realidad no estaba en condiciones de hacerlo (era solo un joven periodista exiliado en Chile) pero cuando podía (Presidente de la Nación) la defendió a ultranza con verdaderos e incuestionables hechos que aquellos que lo saben, se cuidan muy bien de soslayarlos y los que no, por pura ignorancia repiten una y otra vez las mismas frases.





                     En efecto, en su segundo exilio en Chile (1839 – 1851), conforme a Font Ezcurra, pregonaba en el diario La Crónica la ocupación del estrecho de Magallanes por parte del gobierno chileno, luego utilizados por la diplomacia Trasandina como argumento incuestionable de las pretensiones sobre el Estrecho y toda la Patagonia perdiendo de vista que Sarmiento apenas era un simple periodista y no podía entregar nada a nadie además, esto se enmarcaba en su lucha por derrocar a la tiranía de Rosas (la famosa "Comisión Argentina" integrada por exiliados entre los que se contaba a Juan Gregorio de Las Heras, Domingo Oro, D.F. Sarmiento, Joaquín Godoy, Martin Zapata, José Luis Calle) cuestionando la desidia y falta de acción del gobierno argentino cuando Chile instaló el fuerte Bulnes en Punta Arena (1843) en la que algunos historiadores lo definen como “entredichos entre Sarmiento y Rosas”. En el fragor de la polémica, (Rosas solicitó dos veces su extradición para fusilarlo) llegó a afirmar que todo el Estrecho le pertenecía a Chile (La Crónica 1849). A la postre veremos como Chile se quedó con el Estrecho en base a su ocupación en el mencionado 1843 y por el que el Gobierno argentino recién iniciara débiles reclamos en 1847 y acicateados por la furiosa predica de Sarmiento. Para tener una dimensión, en su mensaje a la legislatura de 1847 Rosas le dedicó una página a la cuestión Magallanes y 18 a atacar al Sanjuanino (diario de sesiones de la Junta de Representantes – “política de Rosas” - D. F. Sarmiento)

Luego de los triunfos de Chile en la Guerra del Pacifico (1879-1883), los diarios chilenos comienzan a publicar maliciosamente lo escrito por Sarmiento, respecto del derecho trasandino sobre el estrecho de Magallanes e incluso sobre la Patagonia, aunque esto último es una interpretación forzada, lo que fuera utilizado por el embajador chileno Adolfo Ibáñez como prueba irrefutable de las pretensiones Chilenas sobre el Estrecho y la Patagonia, lo que motiva a Sarmiento a escribir al embajador plenipotenciario argentino en Chile, su disposición a “renunciar a mi puesto, y consagrarme a combatir las pretensiones de aquella gente” (véase campaña reivindicatoria 1878-1881 – Domingo F- Sarmiento). Sarmiento junto con el Alsinismo y los Avellanedistas propiciaban la firma de un tratado de alianza estratégica con Bolivia y Perú para frenar el expansionismo chileno tanto al norte como hacia el estrecho de Magallanes y que fuera bombardeado en el Senado por el Mitrismo que veía más beneficiosa una alianza con “La Inglaterra del Sur”.

                     “El rumor es la precaución que toman los hechos antes de convertirse en realidad…se manipula la historia cuando deja de ser lo que dijo y lo que hizo, y pasa a ser lo que dicen que dijo y lo que dicen que hizo”(Tomas Eloy Martínez - Santa Evita).

                    Ahora bien, es ejercicio saludable para entender el pensamiento Sarmientino, contrastar sus palabras como periodista y escritor  con las acciones de gobierno que llevó adelante como funcionario y como Presidente, sin perder de vista la época y el estado de cosas en un país donde estaba todo por hacerse, el que aún no tenia una identidad nacional y en el que  el dominio y control del empobrecido interior estaba en manos de caudillos locales que en fratricida lucha trataban de consolidar una noción de país federal, siempre en pugna con el centralismo porteño – aun en la Dictadura legal de Rosas –al fin y al cabo, “conservador liberal con resabios de colonialismo, centralista, estanciero y bonaerense” (Gerardo Bartolomé – “La conquista de Rosas”).

                                              Sarmiento escribió en "Argirópolis" (1850): "La República argentina es un país despoblado desde el estrecho de Magallanes hasta más allá del Chaco. En un folleto titulado "Emigración Alemana al Rio de la Plata" escribió “La parte de la América del Sur llamada Provincias Unidas del Rio de la Plata  en las cartas de geografía, o la República o Confederación Argentina se extiende desde el trópico de Capricornio abrazando toda la zona templada del sur hasta la Patagonia y el estrecho de Magallanes”. En "comentarios a la constitución de la Confederación Argentina expreso: "...la Patagonia cuya soberanía pertenece a la República Argentina…". En carta al ex embajador chileno Balmaceda (15 de Febrero de 1881) con énfasis reclama "...la política que debe seguir Chile después de su grande victoria en el Pacifico, es negarse ella misma su entrada al atlántico y tener el coraje de no tener razón en Magallanes y la Patagonia…””Chile, después de sus victorias debe evitar el contacto con nosotros de este lado de Magallanes y alejar la posibilidad de futuros frotamientos. Sea Chile del Pacifico, el atlántico le está vedado”-como se puede apreciar, es una defensa férrea de los derechos posesorios en el territorio austral.

                 Sarmiento fue el primer presidente que realizó una política de Estado referida a la Patagonia. Designó como embajador plenipotenciario en Chile al Dr. Félix Frías quien defendió con solidez y fundamentos los intereses argentinos, base sobre la que se firmó el Tratado de Límites en 1881. Durante su presidencia, Sarmiento implementa un cambio en los textos y mapas de geografía argentina incorporando a la Patagonia en los mismos. Hasta entonces, en el texto "catolicismo de geografía" (1856) ordenado en 73 capítulos  en en su capítulo 61° se enseñaba que la Patagonia era un Estado independiente de la confederación Argentina (ratificado en el capítulo 56° de dicho texto sobre los límites de la confederación). Como se ve, Sarmiento fue el primer presidente que se ocupa efectivamente de los derechos argentinos sobre la Patagonia. Presenta en el congreso el primer proyecto organizando los territorios nacionales en el que incluye a la Patagonia como parte de ellos. (Para una síntesis de los derechos argentinos sobre estos territorios - confr. Ruiz Moreno; Moreno Quintana; Estanislao Zeballos - "cuestiones de límites”). Realizó numerosos y efectivos actos posesorios entre los que se destacan la división de la Patagonia en dos territorios nacionales: el de la Patagonia hasta el rio Santa Cruz y el de Magallanes en el resto de la región austral. Otorgó concesiones para poblarla y colonizarlas y el Congreso de la Nación en 1871, sancionó la ley para la extracción de guano en las costas patagónicas. Protestó ante el gobierno chileno por la firma del tratado con los Pehuenches (1872) y sabiendo que para no ser ignorados y conculcados nuestros derechos en el territorio austral era necesario contar con una fuerza militar adecuada, es que creó  en 1872 la llamada “escuadra Sarmiento”; fundó la escuela de Náutica y en 1873 la Escuela de Marina de guerra, cuyo primer viaje de instrucción y vigilancia la realizó por las costas patagónicas. En 1874 envió la Goleta Rosales  para que tomara posesión de la región y la estudiara con instrucciones al perito Francisco Moreno de verificar la posibilidad de incorporar a los indígenas patagónicos a la vida de la república. Siendo senador nacional por San Juan (1874-1878) escribió en “El Nacional” entre el 15 de abril  y diciembre de 1878 una serie de artículos defendiendo el derecho argentino en la región austral, destacándose el art. del  19 de Julio TITULADO “LIMITES CON CHILE-CUESTION MAGALLANES” con un minucioso trabajo de compulsa de más de 200 documentos que se encontraban en el archivo de la Provincia de Buenos Aires (hoy Archivo Nacional) para probar que la Cordillera de los Andes era el límite entre la Capitanía General de Chile y el Virreinato del Río de la Plata.





                          Así es que escribió “…la cancillería argentina ha adquirido en estos últimos tiempos mil y tantos cientos de documentos administrativos del Estrecho,…que declaran y afirman que el estrecho era, antes de 1810, territorio y jurisdicción marítima del virreinato de nueva creación de Buenos Aires...”(…)“…son imaginarios los títulos que pretende tener Chile al estrecho y adyacencias”

                Sin dudas algunos dirán que la aparición de nuevos documentos de la época colonial lo hizo cambiar de parecer, pero lo cierto es que desde su viaje por Asia, Europa  y EE UU (1845-1847) en todos los países que visitó reivindicó el derecho Argentino sobre esa región.

                 Sarmiento fue un polemista por antonomasia,  nunca intentó quedar bien con nadie: ni con los gauchos (no trate de economizar sangre de gauchos,…la Sangre es lo único que esos salvajes tienen de humano – carta a Mitre luego del triunfo de Pavón – especula García Hamilton en “Cuyano alborotador “que en realidad se refería a J.J de Urquiza)  ); ni con los indios (“…por quienes sentimos, sin poderlo remediar, una invencible repugnancia”), ni con los estancieros (“los hacendados no entienden ni jota de este asunto, prefieren hacerse un palacio en la Avenida Alvear ante de meterse en negocios que los llenarían de preocupaciones, quieren que el gobierno que nosotros, que no tenemos ni una sola vaca, contribuyamos a duplicarles su fortuna, no quieren saber nada de derechos, de impuestos a la hacienda …millonarios que pasan su vida mirando como paren las vacas …” Milciades Peña “De Mitre a Roca”) y menos con el pueblo judío. “El pueblo Judío, esparcido por toda la tierra, acumulando millones, rechazando la patria en que nace y muere…” diario El Nacional  - Enero de 1888). Polemizó con Roca (¡¡Roca ha descubierto que en la Patagonia no hay Indios!! – luego de su campaña al desierto de 1878), con Mitre (Mitre propiciaba una educación superior para las elites mientras que Sarmiento bregaba por una educación común (“hay que ilustrar al soberano” para que haya paz en la República Argentina, para que los montoneros no se levanten, para que no haya vagos, es necesario educar al pueblo en la verdadera democracia, enseñarles a todos los mismo, para que todos sean iguales (…) para eso necesitamos que toda la República sea una escuela”). Sarmiento instituyo el uso obligatorio del delantal blanco en las escuelas “para igualar a todos, hijos de ricos y de pobres…”; y con Alberdi en sus duras “ciento un cartas” versus “cartas quijotanas”.  Su especialidad fue enemistarse con todos, buscando siempre instalar los temas de debate que a su juicio eran necesarios para construir la nación. Comprendiendo el espíritu filosófico del pensamiento Sarmientino, podremos entender a tan magno prócer.

                          Como escribió Jorge Luis Borges en su poema “El soñador sigue soñándonos “…Abstraído en su larga visión como en un mágico cristal que a un tiempo encierra las tres caras del tiempo que es después, antes, ahora. Sarmiento (sigue vivo) el soñador sigue soñándonos” (“Poesía completa” pág. 208 –De bolsillo-).

A modo de aporte para conocer en profundidad el pensamiento filosófico de Sarmiento se recomienda la lectura del libro de Francisco Goyana “Sarmiento-filosofía- Introducción a las ideas del prócer”; “El pensamiento filosófico de sarmiento” Daniel Gigena; “El pensamiento filosófico de Sarmiento- (escritura temprana – hasta Facundo 1845) tesis doctoral Universidad Complutense de Madrid presentada por Rogelio Meglioli Fernández (en PDF en la web).



Autor: Jorge Mario Santucho




dp 





3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Daniel por publicar. Abrazo ! ! !
Manuel D. Galvan

Anónimo dijo...

Felicitaciones !!!!
Marta Cassinera

Anónimo dijo...

Excelente!!!
Juan Manuel Basualdo