sábado, 10 de agosto de 2024

UNA OPINION SOBRE LO QUE TRANSMITO


Nota de dp: Me sorprendió encontrar este mensaje de WhatsApp que nunca leí, al quedar traspapelado entre tantos que recibo. Casi dos años después lo descubro y confieso que me hizo llenar los ojos de lágrimas. El Universo me lo escondió, solo para que lo lea en el momento que correspondía.

Infinitas gracias por estas palabras, que fueron escritas para compartir entre amigos, con el corazón en la mano y pura pasión a flor de piel.

Muchas gracias querido amigo Martín por darme la oportunidad de mostrar lo que puedo saber y transmitir y por ponderar lo que intento mostrar y legar.

Te abrazo con el alma.





Misticismo y Leyendas – El General.


Considero que estoy entrando en una edad avanzada, si bien estimo alrededor de la mitad de mi vida estoy experimentando cosas a pasos agigantados y reflexiono sobre varias cosas, estoy viendo que de grandes las personas alcanzan mayor sabiduría, esto es basándose en la experiencia y en los éxitos y fracasos de cada uno. 


En este caso estoy viendo que, si bien estudié en mi país, y tuve una moderada formación, no me quedó registro de legado cultural. En mi propio caso se muy poco de próceres, tango, cumbias, arte argentino en general, y un poco más de formación mundial, y acá es donde me encuentro con lo que me pareció uno de los paseos más enriquecidos para mi mente, alma y cuerpo (dado que son todo uno) que pude experimentar. 


Daniel Pena es argentino, librepensador, cronista, comentarista, periodista, investigador histórico, realiza visitas guiadas culturales: recorridos por Buenos Aires especializados en interpretación de símbolos, historia y sociedades iniciáticas. 


Como todo, sin pensar con que se encuentra uno, el sonido de las campanas irrumpió el silencio, era la hora indicada el día indicado y el lugar concertado, pero ahí solo tres soldados acudieron al llamado frente al mausoleo de nuestro General. 


Ansias de qué podría ser tan valioso como para tomarnos el día, en ver de qué se trata esta nueva parte de conocimiento. 


Nuestro Maestro por el día, de ojos pequeños pero mirada amplia, denotaba los desgastes de la vida y las miles de horas de investigación y lectura que ansiaba por compartirnos. Según nos relata el Maestro Daniel, la historia de la repatriación de los restos del Gral. San Martín comienza en 1877 cuando el Presidente de la República Dr. Nicolás Avellaneda crea la Comisión Pro Repatriación de los Restos del General, presidida por el Vicepresidente de la República Dr. Mariano Acosta. 


En 1880 los mismos llegan a Buenos Aires, previo desembarco en la ciudad de Montevideo, donde el pueblo uruguayo le rinde homenaje. Treinta años tardamos los argentinos en repatriar los despojos del Padre de la Patria. 


Para ello ya se había mandado a construir su mausoleo, encargado al mismo artista francés que construyó la tumba de Napoleón, Albert Carrier, para ser ubicado en el predio de la catedral metropolitana de Buenos Aires, cuestión que hasta el día de hoy provoca polémica, dado el carácter de masón del Gral. San Martín y la tradicional enemistad declarada de parte de la Iglesia hacia esta organización fraterna. El mismo parece estar edificado a un costado de la iglesia y no debajo del mismo techo, son detalles que se almacenan para tener presente. 


Cuenta la leyenda que nos ocupa hoy develar que al momento de llegar el sarcófago de San Martín y proceder a abrirlo, para así depositar sus huesos en su tumba definitiva, se encontraron con la sorpresa que el cuerpo del General estaba en estado de momificación, e incluso vestido con una levita negra perfectamente conservada, mis brazos comenzaron a erizarse, en perfecto estado de momificación, fue a propósito? ¿Tenía algún fin? Que grandioso que eso sea así, estilo faraón de Egipto, ¿o será que después de la vida que tuvo era importante su tratamiento como un personaje de categoría elevada, mas allá de lo mundano? 


La tumba que se le había construido en la catedral, con forma de sarcófago, en verdad solo disponía de una pequeña cavidad apropiada para recibir huesos y es en este punto que se planteó el gran conflicto: ¿Cómo hacer para sepultar a nuestro prócer? La solución que se encontró fue rápida, aunque no sencilla. Se dispuso desarmar la parte baja del monumento que sirve de base del mismo y depositar ahí el cajón con el cuerpo de San Martín en perfecto estado de conservación según explica nuestro Maestro. Es decir, San Martín no está en la parte superior del monumento, sino prácticamente apoyado sobre el piso, de pie y levemente inclinado, y acá se paró el tiempo. 


En voz muy baja centrándose en medio del grupo, dijo Daniel: “donde ponga mi mano yace la cabeza del nuestro General”. A lo mejor cualquiera pierde el hilo de la narración, pero a ese nivel de detalle me estremeció el alma. 


Al acercarnos se puede apreciar dos granaderos custodiando el mausoleo, nada del otro mundo para cualquier persona. Y aquí dentro de una leyenda entra otra, en 1826 regresaban a Buenos Aires, los últimos 76 granaderos de la cruzada independentista. No los recibieron con loas ni nada. Volvían andrajosos, enfermos, tras 10 años de no ver a su familia ni su terruño. Rivadavia días después de la llegada de éstos, decide DISOLVER el cuerpo de granaderos. 54 años más tarde, el 28 de mayo de 1880, llega al puerto de Bs. As. el vapor Villarino. Traía los restos del Gral. San Martín a su morada final. Por entonces, tantas décadas después, solo quedaban SIETE GRANADEROS vivos. Y sin ponerse de acuerdo, se visten con sus andrajosos uniformes, guardados con cariño y respeto. Marcharon a caballo a recibir a su General, y lo acompañaron hasta su tumba y se quedaron, en guardia, toda la noche. 


Don José había vuelto a la Patria. Todos lo vieron, todos supieron que eran ESOS granaderos. Al alba, dejaron su guardia y no los volvieron a ver. Jamás supieron los nombres, jamás se los preguntaron. ¿Tanta frialdad tenemos en la vida? ¿Será que pasan por nuestro lado gente formidable y no nos damos cuenta? ¿Estamos ciegos, dormidos o no nos importa nada? ¿Qué nos dirían esos siete granaderos? Cierro los ojos y solo imagino su templanza, sus rostros marcados por el tiempo, pero con un único código aprendido. 


Años después, Roca, firma el decreto que crea al regimiento de Granaderos, pero Figueroa Alcorta los nombra como escolta presidencial, y desde entonces, todas las mañanas, marchan SIETE granaderos, desde la Casa Rosada hasta la catedral. 





El nivel de angustia anudó mi corazón, mis ojos se emocionaron al punto de derramar un par de lágrimas de agradecimiento y pensé en tomar un sable y salir corriendo a defender a la patria, eso es lo que representa la energía del relato. Hoy busco mi sable entre tintas y páginas blancas y tengo la necesidad de compartir el sentimiento para que salgamos y defendamos lo que es nuestro, la buena familia ,la cultura, las buenas costumbres. 


Nuestro Maestro por un día da unos pasos, quien no presta atención, no ve que son tres pasos, el primero con la izquierda, nos quedamos esperando su señal, y al llegar reposa su mano y agachando su cabeza como haciendo reverencia, nos indica donde reposa el General. 


Me agarró un frio por el cuerpo, mucha emoción, me acerqué de la misma forma, y repetí lo acontecido. El mármol frio de la sepultura, las estatuas, la bandera, la misticidad de todo creaba un ambiente en el que se podía oler la pólvora de las carabinas de aquellas batallas, el humo en el campo con docenas de cuerpos descansando en el frio suelo como ese mismo mármol que pisábamos. 


La elección no fue arbitraria. Seguramente responden a un mensaje simbólico que la mente de Adolf Carriere Belleuse (Nota de dp: que también es autor de la obra del Mausoleo de Napoleón Bonaparte) quería dar a la posteridad. La calidad de masón de San Martín, tal cual lo indica su firma en muchas obras, inspiran esta idea de leer o interpretar su obra. El mármol "blanco" aplicado a las 3 naciones nuevas, puras, recién nacidas a la faz del concierto internacional. El mármol "rosado", o mármol rojo de Francia, su lugar de residencia por largos años, el mármol "rojo" imperial, similar al usado en la tumba de Napoleón, a quien admiraba, y que también fue adoptado por ser el material usado por los faraones egipcios, representación de inmortalidad. Por último, el sarcófago es de color "negro" belga, país donde vivió mucho tiempo y asociado al luto, extraído de la página blog del Maestro Daniel Pena dando gracias y crédito a Miguel Angel Martínez por este valioso aporte sobre los mármoles usados.


A veces no le damos importancia a las cosas más relevantes de la vida, y esto es un claro ejemplo para quien le pueda servir esta humilde opinión, no te pierdas más estos paseos que pueden cambiar tu visión de los procesos más escondidos del sentimiento, la emoción de los relatos, estoy muy orgulloso de haber podido atestiguar este paseo, no puedo más que expresarlo de esta forma y que aquel que me escucha o que leerá esto en el futuro aproveche. No sabemos cuánto perdurará este investigador histórico de la patria en este plano, espero que por mucho mas para las nuevas generaciones.


La crónica de la época en que fueron repatriados los restos de José de San Martín a la Argentina, 1880, indican que "el presidente argentino Nicolás Avellaneda, visiblemente emocionado, comenzó su alocución invocando una frase del célebre orador romano Quintiliano: “Pocas palabras ante tan magno hecho”. Luego expresó: "La obra de la glorificación es completa. Ved ahí, la estatua del primer soldado de la América, montado sobre el caballo de batalla que mayor espacio haya recorrido en la tierra después del de Alejandro,

Señores”. 


La carrera pública del General José de San Martín, concluyó con la abdicación de gobernante de Lima y no hizo sino atravesar su país dilacerado por las facciones.


¡Cuánto cuesta el adiós a la Patria en medio de la vida! 


Es más doloroso que el adiós a la vida misma y los hombres más fuertes puedan apenas arrancar de su pecho un gemido supremo. 


San Martín tuvo un único pensamiento: la independencia de América.


Y ese pensamiento gobernó su conducta.


La América mostrará, entre sus monumentos, el sepulcro del primero de sus soldados.


La República Argentina guardará los despojos del más glorioso de sus hijos.


Sombra del Gran Capitán, vuestro último voto se encuentra cumplido: ¡Descansáis en vuestra tierra!.


Levantaos para cubrirla...


Señor oídnos:

Las Naciones más poderosas están sometidas a trágicas vicisitudes y la historia de este siglo se halla llena de tristes ejemplos.


Seis naciones viven independientes dentro de las líneas trazadas por la espada del Gran Capitán.


Señor: proteged la independencia de nuestra Patria y la santa integridad de su territorio contra todo enemigo extraño.


Tendremos ahora a los pies de la estatua los despojos mortales del Gran Capitán, que vienen desde lejanas regiones conducidos por la gratitud de su pueblo.


Están cubiertos, no con el paño del sepulcro, sino con la bandera que su brazo tremoló victoriosa.


¡Qué vuestro brazo invisible trace murallas de fierro en las fronteras, para que la bandera que hicisteis flamear en las cumbres más excelsas de la Tierra, no sea jamás uncida al carro de un vencedor!".



Autor: Martin Di Pasqua




dp 




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy cierto.
Claudio Enrique Mottini

daniel pena dijo...

Totalmente de acuerdo!!
Sandra Lemus