jueves, 16 de mayo de 2024

LINEA DE WALLACE




La línea de Wallace es una línea imaginaria que marca un límite biogeográfico a través de Insulindia y separa las regiones de Asia y Oceanía. La fauna, y en menor medida la flora, son notablemente distintas a cada lado, pese a la proximidad geográfica y la relativa similitud climática, reflejando historias evolutivas separadas. La línea pasa entre las islas de Bali y Lombok, al este de Java; continúa entre Borneo, que deja al oeste, y las Célebes y pasa al sur de Filipinas. Al noroeste de la línea la fauna es la característica del Sudeste Asiático; al sudeste es la australásica, que se extiende sobre Nueva Guinea, Australia y muchos archipiélagos del Pacífico sudoccidental.


Una observación superficial y contemporánea de la línea la hace parecer imaginaria, sin embargo se corresponde con un importante límite físico, la fosa de Wallace, extendida sima submarina producida por subducción cerca del límite entre las placas tectónicas de Australasia y la de Eurasia.

Durante las fases glaciales de la glaciación cuaternaria, regiones actualmente bajo el nivel del mar a uno y otro lado de la línea quedaron al descubierto, pero separadas por un largo estrecho sobre la fosa, que resultó así una barrera para la migración de poblaciones animales. Durante el último período glacial (generalmente conocido como würmiense), al oeste de la línea quedaba emergido el subcontinente de Sonda y al este el de Saul, separados ambos por menos de 100 km. Durante la expansión de los homínidos, tal fosa y tal línea resultaron un límite casi infranqueable hacia Australasia, superado inicialmente por formas modernas de Homo erectus (de las que derivó Homo floresiensis, descubierto en la isla de Flores, al este de la línea, en 2004) y luego por Homo sapiens — nuestra especie — al parecer unos 70.000 años antes del presente, utilizando para ello rudimentarias almadías o balsas de juncos.

El nombre honra a Alfred Russell Wallace, naturalista y geógrafo inglés que estudió el Archipiélago Malayo en torno a 1860, y fue junto a Darwin uno de los dos autores de la Teoría de la Evolución basada en selección natural.

Entre 1854 y 1862, el naturalista británico Alfred Russel Wallace viajó por los archipiélagos del Sudeste Asiático estudiando la flora y fauna del lugar. Después de años de observación, Wallace descubrió que en determinados lugares entre Borneo y las islas Célebes, los animales y plantas de las islas sufrían un cambio radical e inexplicable, pese a la proximidad y a la similitud de condiciones climáticas.

Esta línea imaginada por el naturalista, conocida hoy como la Línea de Wallace, se corresponde en realidad con un importante límite físico, una fosa submarina situada junto al límite entre las placas tectónicas de Australasia y Eurasia. Durante miles de años, la fosa supuso un muro infranqueable para los animales y plantas de ambos lados, lo que provocó que evolucionaran de manera separada y dieran lugar a las curiosas variaciones que observó Wallace.




La línea de Wallace

El nombre de Alfred Russell Wallace no suena tanto como el del Charles Darwin, y sin embargo es reconocido como uno de los coautores de la teoría de la evolución. Sus investigaciones en el archipiélago malayo, donde pasó 8 años estudiando flora y fauna, le llevaron a concluir casi exactamente lo mismo que concluyó Darwin. En el campo de la ecología evolutiva o biogeografía, hay una línea que lleva su nombre: la línea de Wallace.

Esta línea imaginaria, marca un límite biogeográfico real que cruza Insulindia y separa las regiones de Asia y Oceanía. Wallace se dió cuenta de que en cierto lugar la fauna (sobre todo) y la flora mostraban un brusco cambio, a pesar de la cercanía geográfica y la simillitud climática. ¿Cómo podía ser esto? Wallace intuyó que había algo “por detrás” de lo que vemos: una historia, una historia evolutiva.

La línea de Wallace no es un trazo rojo en un mapa. Se corresponde con una formación física real: la fosa de Wallace. Esta fosa está formada por subducción entre las places de Autralasia y Eurasia. Durante las fases de glaciación cuaternarias, en las que el nivel del mar bajó, a un lado y otro de la fosa quedaron tierras emergidas, mas la propia fosa resultó ser un estrecho profundo e infranqueable para fauna y flora. Es decir: las islas y tierras continentales a cada lado de la fosa intercambiaron poblaciones y recursos genéticos, mostrando una simillitud en flora y fauna que no existe entre un lado y el otro de la fosa.


Ese efectivo aislamiento hace que las especies sean muy diferentes a un lado y al otro, pese a vivir en condiciones similares. Y esas diferencias solo se pudieron comprender a la luz de la teoría de la evolución de Wallace.


Autor: Ricardo Paula Javier, 2008


Referencias

Wallace, Alfred Russel 1869 The Malay Archipelago: the land of the orang-utan, and the bird of paradise: a narrative of travel with studies of man and nature, London, Macmillan.


Obtenido de


Fuente

https://lasteologias.wordpress.com/2008/06/01/linea-de-wallace/



dp




1 comentario:

Anónimo dijo...

Un gran hombre, saludos.
Jose Marcos Pollach