Despidiéndose en el muro, 23 de agosto de 1961, Berlín. Obra de Horst Siegmann.
Detrás de esta fotografía se ocultó una extraordinaria historia que no se destapó hasta casi 6 décadas más tarde.
Las muchachas de la foto son Rosmarie y Kriemhild, dos amigas del colegio. Todos los días Rosmarie, que vivía en el sector este de Berlín, iba al colegio de Neukölln en el sector oeste donde vivía su amiga Kriemhild. En agosto comienza a levantarse el muro de Berln que separa el barrio de las dos amigas.
Desde el 13 de agosto no se habían podido ver. La ciudad estaba dividida. Entonces Kreimhild, desde el lado oeste del muro, aparece en la calle, Rosmarie la ve y se acerca. En el muro un guardia observa como las dos amigas se aproximan pero no hace nada por detenerlas. Se coloca cerca de ellas para evitar que la chica salte el muro.
Mientras las dos muchachas se dicen adios, aparece el fotógrafo Horst Siegmann y les saca una foto. Esta imagen se vuelve un icono y se cuelga en el museo de Treptow, el museo del barrio de Rosemarie. Allí, 57 años más tarde alguien que trabajaba en el museo la vio y se preguntó ¿quiénes son estas chicas? ¿qué fue de ellas? Con el visto bueno de sus superiores lanza su pregunta en un periódico "¿Quién son estas mujeres que se encontraron en la calle Harzer el 23 de agosto de 1961?"
Un antiguo compañero de Rosemarie ve el titular y contacta con ella.
- En Berlín te están buscando para que hables de la foto de despedida con Kriemhild.
Aquello no fue una despedida.
El 13 de agosto de 1961 comienza a construirse el muro de Berlín, y el padre de Rosemarie que trabajaba en el lado oeste decide quedarse en ese lado. Pero no renuncia a su familia, así que traza un plan para sacarla. Tenía que contactar con su mujer y su hija para contarles el plan pero ¿cómo hacerlo? En casa no había teléfono, mandar una carta era peligroso,… El contacto fue Kriemhild, la amiga de su hija.
Kriemhild quedó con Rosemarie para despedirse y como se ve en la imagen ampliada le pasa el plan de fuga que había ideado su padre.
A los pocos días del encuentro, Rosemarie y su madre tomaron las pocas pertenencias que tenían y salieron por la ventana trasera. Atravesaron patios y casas, hasta llegar a una ventana que daba al lado oeste. En la calle les esperaba una camioneta de la policía de Berlín occidental. Corrieron hacia ella. Un guardia del este las vio pero ya era tarde. Habían conseguido entrar en la camioneta, estaban salvadas.
Fuente: @Datos que no sabias
Nota de dp: siempre las huidas eran desde el sector oriental al occidental. Del comunismo a la libertad de occidente. Nunca fue al revés.
Los números de la osadìa: 239 muertos en el intento, 260 personas heridas, 3.221 personas apresadas
dp