Con el inicio de la Era Meiji (1868) Japón comenzará un proceso de consolidación del estado-nación influenciado bajo el modelo eurocéntrico del siglo XIX. Una de las características de dicho proceso fue el expansionismo que llevó a tensiones con otros imperios regionales tales como el chino y el ruso. A comienzos del siglo XX se acrecentaron las diferencias entre Rusia y Japón por la región de Manchuria y la Península de Corea. Las disputas conllevaron a la Guerra Ruso-Japonesa (1904-1905). Previo a ello nuestro país colaboró a favor de Japón. Buscamos rememorar brevemente la misma.
Hacia fines del siglo XIX Chile y Argentina mantenían tensas disputas territoriales, lo cual impulsó la adquisición de modernos buques de guerra. En 1902 la República Argentina encomendó la construcción en Italia de los acorazados “Rivadavia” y “Moreno”. Ese mismo año se celebraron los “Pactos de Mayo” (durante la presidencia de Julio A. Roca). De esta forma se disipó la hipótesis de guerra entre las naciones trasandinas. Dado que los acuerdos impedían incorporar navíos de guerra a las flotas preexistentes, los buques “Rivadavia” y “Moreno” perderían relevancia para los intereses nacionales.
El denominado “efecto” del Tratado de Kanagawa (1854) conjurado con los ideales del período tales como «Fukoku kyōhei» (es decir, “Enriquecer el estado, fortalecer el ejército”) condujeron a Japón a manejarse bajo la lógica de imposición de acuerdos por la fuerza. Hacia 1903 una guerra entre Rusia y Japón era inevitable. En dicha víspera ambas naciones emprendieron un fuerte rearme, lógicamente interesándose por los buques argentinos y chilenos. El Imperio del Japón inició contacto a través de la empresa londinense Gibbs & Son (otrora proveedora de la Armada Argentina). Si bien Argentina mantenía relaciones con ambas naciones y buscaba la neutralidad, el hecho que el contacto se haya realizado vía Reino Unido inclinó la balanza a favor de Japón ¿Por qué? Bueno, recordemos que el Tratado de Londres (1902) estableció la alianza anglo-japonesa. Por otro lado, desde fines del siglo XIX hasta la irrupción del “Triángulo Comercial del Atlántico” (1918-1930), Gran Bretaña contaba con el status de “nación más favorecida” respecto de Argentina.
Foto coloreada digitalmente del acorazado Nisshin estacionado en el puerto de Kure, 24 de junio de 1905.
En diciembre de 1903, mediante instrucción del Ministerio de Asuntos Exteriores (Gaimushō), Kumaiichi Horiguchi, encargado interino de la misión japonesa en Brasil se dirigió a Buenos Aires con el objetivo de negociar la adquisición del “Rivadavia” y el “Moreno”. El gobierno argentino, labor mediante del Canciller Drago, aprobó la venta de ambos buques. Estos pasarían a la armada japonesa bajo los nombres de “Kasuga” (Rivadavia) y “Nisshin” (Moreno). El traspaso se completaría un mes más tarde.
La guerra comenzó en febrero de 1904, momento en el cual los buques se encontraban en el tramo final hacia Yokosuka. La colaboración argentina que permitió la adquisición por parte de Japón fue vital para la contienda. Ambos buques participaron en batallas trascendentales como las de Port Arthur (1904) y Tsushima (1905). Japón ganaría la guerra, generando enorme sorpresa al ser la primera nación extraoccidental en la historia moderna en derrotar a una de las grandes potencias europeas. El Tratado de Portsmouth (1905) pondría fin a la contienda, generando el reconocimiento ruso de Corea y Manchuria como zonas de influencia nipona. Esto le daría a Japón vía libre para el expansionismo en la Península de Corea, 5 años más tarde.
El proceso del cual Argentina formó parte conformó un hito relevante en la naciente relación argentino-japonesa. Los modernos buques que Argentina no llegó a emplear sobrevivirían a la contienda. Respecto a su destino final, el Nisshin participaría en la Primera Guerra Mundial y pasaría a retiro en 1936. En cuanto al Kasuga, se convertiría en buque de entrenamiento, quedando fuera de servicio en los albores de la posguerra.
Fotos:
Foto superior: Nota aparecida en The Tacoma Times del 21 de enero de 1904 donde informaba que Japón había comprado a Argentina las naves de guerra Moreno y Rivadavia (¿error tipográfico? El díario renombra «Morena» al acorazado Moreno). En el epígrafe decía que: «Son poderosas naves de 7700 toneladas, con un velocidad de 20 nudos, y llevan 1 cañon de 10 pulgadas, 2 dos 8 pulgadas y 14 cañones de 16 pulgadas, además de 4 tubos lanzatorpedos.»
Acorazado Nisshin vía http://livedoor.blogimg.jp/irootoko_jr/imgs/a/e/ae0f4403.jpg
Foto del Kasuga vía Wikimedia Commons
Fuente: https://alternativanikkei.com/rememorando-la-colaboracion-argentina-a-110-anos-de-la-guerra-ruso-japonesa/
dp
1 comentario:
Gracias Daniel Pena por tus siempre instructivas páginas de la historia universal.
Ramon Arias Aguet
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