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Puente Transbordador de La Boca-Isla Maciel. Uno de los ocho que aún siguen en pie en todo el mundo |
Nada como el terruño. El lugar donde nació y creció una persona es el lugar más bonito del mundo. No importa donde o como sea.
Nada me hace emocionar como ver el Río de la Plata desde el muelle del Pejerrey Club de Quilmes. Ni Bora Bora podría despertarme tanto amor, nostalgia y belleza, según mi particular criterio, como este paisaje.
Podía comer en Maxim de París, pero nada se puede acercar a saborear la pizza de Los 3 Ases de Sarandí (y de “dorapa”) o Los Campeones de Barracas.
Me gustaría ir de compras por la 5ta. Avenida de Nueva York a todas esas casas de marcas internacionales hiper caras, pero caminar por la 9 de Julio en Lanús, es impagable.
Donde están mis afectos y mis recuerdos, está mi vida y mi amor.
Y no debo ser el único. Los sureños estamos especialmente orgulloso de habitar el Gran Buenos Aires.
El Sur es considerado tierra de malevos, de peligro. Algo de eso tuvo o sigue teniendo, pero es mío.
Por eso muchos sureños asumidos o de alma, dejaron testimonios de sus vivencias que son irrepetibles en otras partes del mundo.
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Típica calle de Adrogué |
Por eso “Flores robadas en los jardines de Quilmes”, la popular novela de Jorge Asís, se tuvo que ambientar en ese lugar y no en otro, porque con esas flores uno se robaba la dulce nostalgia.
Por eso “Made in Lanús”, obra de teatro y película, muestra el orgullo pertenecer a ese pedazo del Sur, como algo único, irrepetible.
Por eso “Luna de Avellaneda”, película memorable y lacrimógena, es la mas bonita, mejor aún que la caminada por Neil Armstrong.
Por eso “Corazón al Sur”, canción de Eladia Blazquez.
Los del Norte del Gran Buenos Aires ni se animan a mostrar con tanto orgullo su pertenencia.
Por eso nos une tanto el ferrocarril y vemos como los clubes de fútbol crecieron en sus tierras, llevando el nombre de nuestras ciudades por el mundo, llenas de gloria.
Por eso La Boca, Dock Sud y su Riachuelo tiene ese encanto y sus pobladores están tan orgullosos de la mística que construyeron.
Por eso Adrogué y Banfield son casi un principado, llenos de historia y lujo, que invitan al retiro y a saborear lo viejo pero unido a la actualidad.
Por eso la magia del campo que vemos en Florencio Varela o en municipios más lejanos, como Brandsen o Lobos, con el castillo más lindo del país construido con puro amor por el romanticismo.
El Parque Pereyra y su salvajismo casi impenetrable, con una riqueza de vegetación, plantada por el ser humano, que ya se expandió en el hermoso caos universal.
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Viñedos en Costa de Sarandí-Villa Domínico |
La Costa de Sarandí y Villa Domínico, donde aún se puede conseguir el vino de uvas chinches, como los viejos italianos lo cultivaban, en sus postes de árboles vivos podados, desde donde extienden los alambres para que crezcan las vides, a salvo de las constantes inundaciones.
Por eso crecimos mamando fútbol por todos lados. Racing Club, C. A. Independendiente, San Telmo, Arsenal, El Porvenir, Lanús, Banfield, Los Andes, Brown, Berazategui, Argelino de Quilmes, Defensa y Justicia, y seguro que de alguno más me olvido.
El Aeródromo de Quilmes y su pista de tierra.
Los legendarios colegios internados ingleses en Quilmes y Lomas de Zamora.
El Transbordador de La Boca-Isla Maciel y los botes que aún cruzan gente sobre el Riachuelo.
Por eso el Transbordador de La Boca es símbolo de Buenos Aires, junto con el Obelisco, ya a punto de volver a funcionar.
El grandioso estilo del Puente Alsina.
De Quilmes también nos llega una golosina sin par como los alfajores "Capitán del Espacio", ya convertidos en íconos inigualables y a precios muy populares.
Los caramelos "Chuenga" que se vendían en nuestras canchas avellanedenses, ahora convertidos en productos misteriosos y llenos de saber a infancia. Si que había que tener la dentadura impecable y poderosos músculos para poder masticarlos.
¿Y de la cerveza "Quilmes" que se puede decir?...ya se conoce en todo el mundo por su calidad y poder de venta.
Por eso sobre nuestras tierras se construyó la ciudad de La Plata, como símbolo de una provincia pujante, grandiosa, moderna, saludable, que mira al futuro.
Nuestro terruño es sureño, caótico, lleno de contaminación, que en algún momento será limpiada, pero que nos hace mostrar nuestras venas que desembocan en el gran Río de la Plata.
Nada mejor que ver salir el sol en el mismo o reflejarse la luna inmensa y mística.
Muchas pensarán que son un soñador, pero no soy el único.
dp
Para ver: parodia de una publicidad de Quilmes, en este caso sobre el barrio de Dock Sud (copiar y pegar en otra página): https://youtu.be/F7u74AempVU
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Piscina del Pejerrey Club, Quilmes |