miércoles, 26 de abril de 2006

CICERONES BUENOS AIRES GREETERS



Un servicio de guías gratuito y a la medida de los turistas.

Se trata de Cicerones, una institución que organiza recorridos no tradicionales

· En esa asociación trabajan 44 voluntarios
· Reciben consultas desde el exterior y realizan alrededor de 200 salidas anuales
· Se los contrata por medio de un formulario en Internet

Ir a una milonga, ver una ópera, asistir a un partido de fútbol o hacer una recorrida nocturna por los pubs porteños de moda son sólo algunas de las actividades que los Cicerones organizan a la medida de los turistas que contratan sus servicios, por medio de su página en Internet, incluso antes de llegar a Buenos Aires.

Cicerones -que según el diccionario es el nombre que se les da a quienes revelan las curiosidades de una localidad- es una asociación civil sin fines de lucro, conformada por guías voluntarios que muestran a cientos de visitantes foráneos, en forma gratuita, los lugares de la ciudad que están fuera del circuito turístico tradicional.

Con el único objetivo de mostrar Buenos Aires a través de los ojos de un porteño, estos guías arman recorridos a pedido del visitante. "Quienes solicitan nuestros servicios vienen con deseos de recorrer circuitos no tradicionales como, por ejemplo, estadios de fútbol", explicó a LA NACION el presidente de Cicerones, Joaquín Brenman.

Roman Micairan, un australiano veinteañero de tez morena y rasgos orientales, cuenta que cuando llegó de Darwin hace un mes decidió conocer la ciudad de la mano de un cicerone, y por medio de la página de Internet (www.cicerones.org.ar), organizó una recorrida no tradicional para él y para otros cuatro extranjeros que conoció en el hostel de Recoleta donde se aloja.

A pedido de los visitantes, esta vez el destino elegido fue el Jardín Japonés, en Palermo. "Si estamos todos, podemos partir", dijo al grupo (conformado por tres australianos, una peruana y un neozelandés) el guía, Gustavo Di Costa, que trabaja como diseñador gráfico en una editorial de cómics y que se sumó a Cicerones porque -aseguró- le apasiona conocer gente.

El comienzo de la travesía

Con un inglés fluido, enriquecido con programas televisivos de origen anglosajón, este porteño de 29 años llegó al lobby del albergue céntrico y se presentó ante los extranjeros para explicarles en qué consistiría la travesía.

De impecable suéter rojo y jeans de tiro bajo, David Piras, de 31 años, llegó de Bologna para disfrutar unas vacaciones en Buenos Aires. Interesado en seguir conociendo la ciudad como un porteño más, luego de conversar con Di Costa en el hall del hotel, organizó una nueva salida.

Este italiano de 30 años, encantado y sorprendido con algunas de las excursiones atípicas que realizó hace pocos días -un paseo en lancha por el Riachuelo y un recorrido por las zonas donde los cartoneros separan la basura-, contó a LA NACION que le "re gusta" Buenos Aires y que siempre soñó con conocerla. "Me dije que cuando visitara América latina aterrizaría directamente acá", declaró.

Tras el agitado viaje en un micro de la línea 67, los cinco turistas guiados por Di Costa ingresaron en el Jardín Japonés dispuestos a conocer todo sobre esa cultura oriental.


"Me gusta que el tour sea flexible y a medida", comentó Paola Carpio, una peruana de 25 años que vino a Buenos Aires por recomendación de su padre. "Esto es excelente y deberían instrumentarlo en otras ciudades de América latina", opinó la joven turista. Paul Pallett, un australiano treintañero, se sumó a la charla: "Me encantaría que esto existiera en todo el mundo", coincidió.

Una vez en el salón donde se exhibe la muestra Shodo (de caligrafía japonesa), Di Costa, que entiende japonés, explicó al grupo cómo leer los -para muchos- indescifrables ideogramas.

Fascinados por tener la posibilidad de conocer un punto de vista local de la ciudad, al concluir el paseo, los cinco turistas destacaron lo positivo de la experiencia.

"Valoro mucho que use su tiempo libre para esto", dijo el neozelandés Stjohn McKay. "Es una propuesta muy buena para difundir la cultura de esta ciudad encantadora", agrega Hamish Forgan, que tiene 29 años y vive en Australia.
Cifras
Actualmente, esta organización tiene 44 guías que hacen unas 200 visitas anuales y que reciben unas 30 consultas mensuales desde el exterior sobre datos de la ciudad, precios y alojamientos.

Según la vocera de la asociación, Romina Llomovatte, para crear Cicerones, sus fundadores ("cuatro amigos viajados") se inspiraron en Big Apple Greeters (
http://www.bigapplegreeter.org/ ), una organización similar que nació para mejorar la imagen de Nueva York y que hoy es la más importante en el rubro, con más de 500 guías.

Los cicerones financian sus actividades con la ayuda de sponsors y con contribuciones por medio de bonos. Y, a pesar de que esta asociación está auspiciada por el gobierno porteño, su presidente aseguró que no recibe ningún apoyo económico oficial.

"Ofrecemos un servicio para contribuir a mejorar la imagen de la ciudad en el exterior", concluyó Bernman.

Por Julieta Tarrés De la Redacción de LA NACION
"Un amigo en Buenos Aires"
Para Cicerones es indispensable que los turistas extranjeros conozcan el patrimonio y la diversidad cultural de la Ciudad. Su prioridad es que el visitante regrese a su país con la mejor impresión de Buenos Aires. Además, esta asociación ofrece asesoramiento sobre visitas, alojamiento, comidas, compras, servicios de transporte, orientación en la ubicación geográfica y todo lo relativo a trámites o gestiones que deba realizar el turista durante su estada en el país. Para contactarlos, se puede llamar al 4431-9892, enviar un mensaje de correo electrónico a
mailto:cicerones@cicerones.org.aro ingresar en su sitio: http://www.cicerones.org.ar/

Congreso Nacional

MI EXPERIENCIA COMO CICERONE

Hace casi tres años que pertenezco a la organización y hasta la fecha realice más de quince salidas con visitantes de México, España, Guatemala, Panamá, Estados Unidos , Francia y Alemania, estos últimos que venían para practicar su Castellano.
En absolutamente todos los casos fueron visitantes muy interesados, no solo en la visión “turística” de una ciudad, sino también mostraban su preocupación por entender los procesos políticos y sociales que vivimos nosotros.
Siempre me toco recorrer el “casco histórico” y su extensión hasta la Recoleta y Palermo, así que yo mismo pude “reverdecer” lo aprendido en historia durante toda mi vida y también contemplar la propia ciudad con ojos distintos, no como aquel que la recorre casi a diario, sino como con la mirada de “casi en turista” que descubre cosas nuevas a cada paso y se asombra por la belleza y hasta la opulencia de una Buenos Aires pujante, viva y siempre cambiante. Así que bien puedo decir que el principal beneficiado de formar parte de Cicerones soy yo mismo, porque revaloré todo lo que me rodea y permanentemente estoy llenando el corazón de verdadero patriotismo al ver en su verdadera dimensión cosas o acontecimientos, que por ser cotidianos, dejan de tener la dimensión de ser importantes o bellos.
Con alguno de los visitantes he anudado lazos de verdadera amistad, a tal punto de continuar en contacto vía e-mail hasta la actualidad, e incluso uno de ellos, de México, asesorado por mí, abrió una vinoteca en el DF y ahora está a punto de volver a Buenos Aires, a fin de visitarla con más tiempo y estudiar la posibilidad de realizar algún negocio que lo termine de vincular con una ciudad que lo fascinó.
Con el visitante español pude interiorizarme y solidarizarme en el momento de ellos sufrir el terrible atentado terrorista del que fueron víctimas.
Con los visitantes de Panamá cultive tan intensa amistad hasta el día de doy, donde incluso ya nos prometimos mutuas visitas.
Encontré dentro de Cicerones un gran grupo humano lleno de solidaridad, compañerismo y ganas de mostrar una realidad más cotidiana a los visitantes, en definitiva un país tal como es, con virtudes y defectos, pero más cercano a lo de carne de hueso y no solamente a las comodidades de los hoteles cinco estrellas, tan iguales en todo el mundo, pero también tan alejados de los que los rodea. Lo más importante que tiene para mostrar un país es su gente, su forma de vida y sus costumbres.

¡¡ Hola a todos !! (mensaje de Cicerones de Buenos Aires)

No cabe dudas que ustedes han de ver éste, como un mensaje colectivo. Y sí, la verdad es que tienen razón. Este mensaje está dirigido a mis familiares, amigos íntimos, amigos en general y todos aquellos que de una u otra manera he tenido o tengo contacto por este medio tan fabuloso que es Internet.
He querido hacerles llegar este correo tan particular, pidiéndoles que me ayuden a ayudar. Este mensaje sólo tiene una finalidad, y es SER UTIL a nuestros semejantes.
Más de una vez habrás llegado a algún sitio que no conoces a nadie. ¿Imagínate entonces si por ejemplo llegaras a una gran ciudad cosmopolita como turista o por necesidad (salud, vivienda, negocios) y te encontraras solo?
Si venís del exterior, Buenos Aires es una ciudad que te "aplasta". Muy grande. Con el conurbano sumamos 12 millones de habitantes. Ya desde el aeropuerto las cosas te resultan complejas y peor aún si no conoces el idioma.
Por eso fue creado hace apenas dos años Cicerones de Buenos Aires, un sitio digno de conocer y de disfrutar. Una ONG que se puede visitar en
http://www.cicerone.org/ e interiorizarse de su cometido y unirte a ella, si está dentro de tus posibilidades y tenés vocación de servicio sin esperar remuneración alguna.
Esta ONG se encuentra abocada a asignarte un cicerone o amigo que te pueda orientar o llevarte a conocer lo que vos quieras, sin exigirte pago alguno. ¿No parece Argentina año verde? ¿Podés ayudar difundiendo esto entre los integrantes de tu libreta de direcciones?
Si no lo hacés nada te va a ocurrir. Ni siquiera nadie se va a enterar. Sólo vos y tu conciencia. Eso si, le habrás negado a tus conocidos la posibilidad de enterarse y divulgar esta obra.
Ya que tantos e-mail nos intercambiamos de diferentes contenidos y hasta de espiritualidad y de bien común, ¿no podría ser éste uno de ellos? De vos depende.
Sólo te pido a vos que te conozco, que lo reenvíes a tus conocidos, y que ellos hagan lo propio con los suyos y así los demás. Sé que todos somos solidarios. Y hasta podemos llegar a formar una gran cadena.
Así habrás ayudado a divulgar un lugar interesante, que en alguna oportunidad, hasta puede llegar a ser de tu propia necesidad. ¿Colaborás?.


COMENTARIO APARECIDO EN EL TIMES, DE LONDRES

11.02.2008

Greetings from Argentina. Is that a green banshee I hear wailing?
Times Online - UK
Which is why in Buenos Aires this week I'm glad I sought out an
organisation called Cicerones (www.cicerones.org.ar). This group of
English-speaking locals, ...

dp

viernes, 21 de abril de 2006

ARGENTINA: LA MAQUINA DE PICAR CARNE


En nuestra Argentina tenemos hasta la capacidad de convertir causas justas, nobles, historias de vida ejemplares, hazañas y actos de heroísmo, en causas pasajeras, o menospreciables, o mercantilistas, o sujetas a los avatares de los humores de sus protagonistas o de la misma sociedad.

El mismo San Martín terminó su vida, después de liberar medio sub continente, casi oculto en la lejana Francia, para no ser víctima o funcional de las luchas intestinas de su tierra.


Favaloro se suicido víctima de los avatares financieros de su fundación, después de llevar una vida ejemplar y constructiva que beneficio a ricos y pobres por igual.

Pero quiero detenerme en lo que nos esta pasando producto del juicio político al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Más allá de su responsabilidad política o como funcionario público, vemos que una parte de la sociedad, incluidos los padres de las víctimas, lo quisieron convertir en casi el único responsable, junto a Chabán, de la tragedia.

Esos padres y esa sociedad ni siquiera quieren hablar de la responsabilidad del grupo musical o de la o las personas que arrojaron la pirotecnia asesina.

Creyeron que con Ibarra y Chabán ya tenían la cuota de justicia asegurada, cuando en verdad, bueno sería, que todos, absolutamente todos los que tuvieron algún grado de responsabilidad en el hecho, estén sentados en el banquillo de los acusados.

Quiero dejar en claro que Ibarra es corresponsable, pero ¿nadie habla del que tiró la pirotecnia, del grupo musical, del culto al llamado “pogo” o desorden, donde todo lo vale, en medio de recitales o manifestaciones en estadios de fútbol o en la calle?. ¿Nadie le pregunta a los padres de su responsabilidad al dejar que sus hijos menores de edad concurrieran solos a este tipo de eventos?. ¿Nadie juzga a aquellos que tomaron un baño y lo convirtieron en guardería de niños improvisada?. ¿En verdad nos conformamos con encontrar a un culpable, mientras no admitimos nuestra propia parte en ello?.

Hasta me deja esto la sensación que la sed de justicia queda satisfecha, siempre y cuando “no me afecte a mi o mis intereses”, en el pensar de una parte de la sociedad.

Pero este fenómeno no lo vemos solo en este caso.

Vemos como también tenemos la capacidad de convertir causas justas en causas sectoriales, hasta marginales.

Voy al caso de la lucha de las Madres de Plaza de Mayo que responden a Hebe de Bonafini.

Una causa justa, profundamente humanitaria, se convirtió, con el paso del tiempo, en una causa de sector, completamente politizada y predicadora de odios y fanatismos.

No solo la sociedad, sino también los que la dirigen tienen los dones, en la Argentina, de denigrar causas justas y humanitarias al hacerlas instrumento de sus intereses de sector.

Por eso estamos mal, perdimos la brújula.

¿Acaso también no les pasa a los jubilados que todos los miércoles, desde hace más de quince años, van al Congreso Nacional, a reclamar por sus legítimos derechos?. ¿Es que terminamos viéndolos como un grupo de loquitos que luchan por nada convirtiendo sus movilizaciones en algo parecido a reuniones de un club de barrio?.

Ojala que alguien y ahora mismo me diga que estas cosas terribles que les acabo de enunciar solo sean apreciaciones mías y que esto no le esté pasando por la mente a parte del pueblo argentino.

Porque de lo contrario la conclusión que arribo es que la Argentina se convirtió en una gigantesca máquina de picar carne, que tritura ideas, causas, voluntades y sueños.

En verdad me costó mucho escribir estas líneas porque me siento agobiado por mis pensamientos expuestos aquí y confieso que estoy pasando por un momento de intenso replanteo de lo que me rodea, dándome cuenta que muchas cosas no me gustan y que quiero hacer algo para cambiarlas.

Caso contrario, estaría vencido... pero quiero pelea y romper a patadas esta máquina de picar carne.


dp

miércoles, 19 de abril de 2006

LA BIBLIA JUNTO AL CALEFON

Vemos darse ya en todo el mundo occidental, al menos, un fenómeno extraño: gobernantes que profesaban ideas políticas de izquierda o totalitarias en su juventud o hasta fueron militantes o dirigentes de partidos de esas tendencias, pero hoy, ya en el poder, se convierten al otro extremo del arco ideológico o declaman una cosa y, simplemente, hacen lo contrario.
Toda esta idea la vengo madurando desde hace un tiempo, cuando de golpe, casi por arte de magia, charlando con un representante de la Fundación alemana Conrad Adenauer, este me hacía ver, respaldándose en unos estantes de libros impresos por esta institución que estaban ubicados a nuestras espaldas, de cómo los alemanes nos venían a enseñar sobre la democracia y las libertades.
Bienvenido lo bueno, venga de donde venga, incluso, en algunos casos, no importa de su pasado, pero debemos de tener mucho cuidado y solo tomar lo que realmente necesitamos.
Sabemos que 60 años en la historia de la humanidad equivalen a apenas segundos y hace solo esta cantidad de tiempo concluía la segunda guerra mundial.
Si bien hay que reconocer el derecho que tiene todo ser humano de cambiar de punto de vista, en este caso de ideología y hasta hacerlo en forma abrupta y contundente, cuando alguien me quiere hacer ver sus tradiciones democráticas y liberales debe de sacar pergaminos avalados por años de conducta y ejercicio de las mismas. Así de terminante soy en este punto de vista, no sea cuestión que Al Capone me quiera vender leche ahora.
Al parecerme muy soberbia la aseveración de este funcionario, de nacionalidad argentina, pero compenetrado con ideas que se viven ahora en Alemania y que vienen a exponer dando clases y poniéndose como ejemplo a imitar, al mirar los estantes llenos de libros titulados con palabras tan caras a los amantes de la libertad, de pronto se me ocurrió decirle: ... “acá falta un libro: ¿ cómo convertirse de nazi a demócrata liberal en menos de 24 horas?...(sobre todo después de una rendición incondicional?)”.
Por supuesto que esta persona se quedó pasmada por mi reacción y ahí mismo se termino nuestra conversación.
Reconozco que tuve una salida muy agresiva, pero confieso que me duele mucho que me traten de enseñar algo aquellos que hasta hace solo segundos, comparado con el tiempo de desarrollo de la humanidad, en nombre de su pedantería racial, arrasaban medio mundo dejando solo cadáveres a su paso.
También debo reconocer que no todos los alemanes eran nazis, que no todos asesinaron, que no todos eran totalitarios. Solo digo que muchos apoyaron a ese régimen, que hasta lo votaron, que fueron a la guerra a matar y morir en su nombre, que se rebajaron a lo peor de la condición humana para exterminar a los que no eran como ellos y que hasta seguían declamando su condición de partidarios de determinada ideología macabra al momento de la capitulación y por las décadas que se sucedieron.
Algo muy similar a este fenómeno vimos después de la caída del muro de Berlín, claro que aquí era otra la ideología política involucrada, tan siniestra como la anterior.
Putin, de cabeza de la tenebrosa KGB hoy es presidente de una democracia enclenque que mata minorías rebeldes en pequeños enclaves montañosos de la vasta Rusia. Habrá dejado de ser comunista, de la noche a la mañana, pero sigue siendo un claro exponente del imperialismo.
El austriaco Kurt Waldheim, de oficial de las SS pasó a converso humanista encabezando, nada más y nada menos, que las Naciones Unidas y luego fue presidente de su civilizado país, hasta que sus conciudadanos se enteraron de su pasado y lo obligaron a pagar en su vejez los pecados de juventud.
Pero con el paso del tiempo siguieron apareciendo ejemplos de transmutación violenta de doctrinas.
Por relatar solo algunas, pero que son muy conocidas ya, podemos citar a los socialistas españoles de Felipe González, a los franceses de Mitterand, a los Trabhalistas de Brasil con Lula a la cabeza, a Toledo en Perú, a Lagos en Chile, a Tabaré Vázquez en Uruguay, o el recientemente asumido Evo Morales, en Bolivia, que hasta hace solo días despotricaba contra el imperio yanqui y hoy hace declaraciones públicas laudatorias del mismo y posterga las reivindicaciones de sus paisanos, los campesinos.

La "evolución" de Lula da Silva, Presidente de Brasil



Hasta hace poco, el Frente Amplio uruguayo participaba de cualquier tipo de lucha que se cruzaba en su camino, solo por estar en contra del oficialismo. Hoy, que son gobierno, se olvidan que votaron en contra de las papeleras, reciclándose en acérrimos impulsores de las mismas. Nos quieren hacer creer que estas papeleras solo verterán al río una mezcla de agua bendita y rosas. Todo esto porque solamente cambiaron de lado del mostrador.
Ahora vemos que muchos antes volcados a la izquierda, hoy, pasados 30 años, siendo ya gobierno...y empilchando en Cristian Dior, entre ellos el Presidente Kirchner y su esposa, ex senadora de una provincia y hoy representante de otra, dejan de lado sus posturas principistas y setentistas, bajan un discurso reinvindicador de su origen, pero a la hora de firmar decretos se olvidan de todo y, en nombre del “pragmatismo”, palabra tan de moda, se acomodan rápidamente esgrimiendo sus capacidades de fácil interpretación de lo que suponen les reclama el pueblo.
Incluso las presuntas fuerzas insurreccionales Montoneros tuvieron su origen entre militantes de Acción Católica, caso Firmenich y algún otro, fueron funcionales a la dictadura de Onganía en el secuestro y asesinato de Aramburu, pasaron después a declamar la “patria socialista”, renegaron de su mentor peronista y terminaron siendo gerentes de Bunge y Born o gozando exilios dorados en las playas de España, mientras hablan de la revolución degustando daiquiris.
¿Es que nada de lo que se cree, se asume, se pregona y hasta se es capaz de declamar hasta dejar la vida por ello, ahora, cuando ya poseen los resortes del poder, de pronto no sirve o hay que adaptarlo a las contingencias del momento?.
NO quiero decir con esto que un gobernante deba atarse incondicionalmente a sus posturas originales, que no debe tener capacidad de corregir rumbos o adaptarse a determinadas circunstancias, pero SI digo que debe tener coherencia ideológica y un solo discurso acorde con su actuación.
No olvidemos el régimen menemista, que se apoyaba en el General Cangallo, pero que no dudo en liquidar las ya famosas joyas de la abuela, en nombre de la eficiencia y la modernidad, o de echar por tierra conquistas sociales elementales, o de multiplicar varias veces la deuda externa a costa de la miseria general, entre otras calamidades.

No podemos seguir sumergidos en el doble discurso, en definitiva. Más añorando épocas pasadas, pero ahora gobernando en nombre de la globalización o de los titulares de los diarios.
Es fácil hablar de ideales, de revoluciones, de cambios profundos, cuando la realidad está en otro lado.
Pasa como en el tango...vamos a encontrar la Biblia junto al calefón.
Lo bueno sería que pase como en la vida... que la Biblia este en su lugar... y el calefón en otro... bien lejos uno del otro, aunque usemos los dos, pero solo en la medida en que los necesitemos.
Sino, la vida es convertirá en un cambalache.




dp

LOS TROFEOS DE GUERRA INGLESES QUE SE ENCUENTRAN EN BUENOS AIRES






















Muchos tesoros cobija nuestra ciudad, pero entre ellos debemos de destacar dos que no se pueden encontrar en ninguna otra parte del mundo: Buenos Aires atesora las únicas banderas que alguna vez rindió un regimiento inglés en toda su historia.
En 1806 y 1807 la ciudad fue invadida por tropas inglesas sedientas de nuevos dominios.
Sendas rendiciones coronaron esta aventura, nunca reconocida oficialmente por la historia oficial británica ya que dada la peculiar inteligencia anglosajona, toda conquista que efectuaban por aquella época, estaba maquillada como una aventura comercial emprendida por una compañía privada que contrataba mercenarios a su servicio, que, o casualidad, eran todos británicos.
Así, entre otras cosas, conquistaron la India y emprendieron la famosa Guerra del Opio contra China, donde se ve el único caso de la historia de la humanidad donde un país se convierte en narcotraficante en forma expresa e impone por la fuerza de las armas a otro, China, que se ve obligada así a entregar su mercado interno al libre comercio de la droga alucinógena del opio y ceder, entre otras cosas, el puerto de Hong Kong.
Con estos ánimos llegan a Buenos Aires, pero se encuentran aquí con una férrea resistencia, que por dos veces consecutivas los rechaza.
Así, el famoso Regimiento 71 Highlanders de Escocia rinde sus banderas, hoy atesoradas en la Basílica de Nuestra Sra. del Rosario y Convento de Santo Domingo, ubicada en pleno centro de la ciudad.
Una de sus torres conserva aún las balas de cañón disparadas por las tropas argentinas contra las inglesas ahi parapetadas, quedando incrustadas en esta.
Tal fue la magnitud de la rendición inglesa en Buenos Aires, que sus tropas regresaron a su pais sin uniformes, solo con ropas provistas por los gauchos argentinos.
También por esta humillación el Alto Mando británico le prohibió al Regimiento 71 volver a participar de un desfile militar público con su pabellón, por el resto de su existencia.
Esta iglesia y Convento de Sto. Domingo es una de las más viejas de Buenos Aires. En su atrio se encuentra sepultado el Abogado y General D. Manuel Belgrano, héroe de la independencia y creador de la bandera nacional.
En ella se juró la independencia argentina por parte de los ciudadanos porteños, que toco tiempo antes había sido declarada en la ciudad de Tucumán, al norte del país, el 9 de Julio de 1816. También allí se juró la Constitución Nacional de 1860 y descansan otros pabellones españoles capturados en la guerra de independencia.
Lo que tanto les duele a los ingleses es saber que por única vez en toda su historia les arrebatamos sus enseñas y jamás se las devolvimos.


(foto de arriba: reconstrucción de la Reconquista de Buenos Aires en el 200 aniversario de la misma. Año 2006. Plaza de Mayo. Regimiento de Patricios, primer cuerpo armado criollo)


Aunque, en el fondo, debemos de darles las gracias a los ingleses por sus invasiones fallidas, porque fueron la simiente del proceso de autodeterminación argentina que se vislumbró a partir de 1810. Nos dimos cuenta que si nos podíamos defender solos, ya que aquí prácticamente no existían tropas españolas que nos protegieran, ¿ para que necesitábamos de un amo colonial?.
Claro que estas invasiones los ingleses las ocultan a la verdad pública. Así construyeron su imperio.


dp



ALGUNAS CAUSAS DE LA DECADENCIA ARGENTINA


Motiva esta nota el enunciado de una teoría que vengo esbozando desde hace tiempo, la lectura de determinados hechos históricos, su interrelación y el llenado de espacios vacíos que hay entre los enunciados de los mismos y lo que en verdad puede interpretarse.
En los espacios de mi mente, confieso aun en parte profana, la aparición de determinados acontecimientos históricos muchas veces surgen casi sin explicaciones o fundamentaciones coherentes.
Esto es provocado parte por mi ignorancia y parte porque tenemos explicaciones históricas incorporadas por terceros, que asumimos casi como dogmas o verdades reveladas y por lo tanto incuestionables.
Muchas veces me pregunté el porque de la decadencia económica-social argentina, dada en forma tan precipitada y hasta violenta.
Sabemos que nuestro país era la décima potencia mundial en 1910, con ingresos per cápita superiores, incluso, a países como Canadá, Australia o Nueva Zelandia, hoy todos estos países convertidos en potencias mundiales.
El quiebre institucional producido en 1930 no solo provocó el fin de décadas de estabilidad política dentro de un marco jurídico constitucional, sino que también marca el advenimiento de fenómenos sociales nuevos y, por sobre todas las cosas, la caída en un estado de violación jurídica permanente y, por lo tanto, la aparición de la corrupción moral como cosa cotidiana y normal.
Ahora bien, la pregunta que uno se formula es la siguiente: ¿esta decadencia acentuada a partir de la década del 30 es natural u obedece a la aparición de nuevos fenómenos o protagonistas e incluso al abandono de otros que ocuparon espacios vitales, dejaron de estar ahí o, por lo menos, perdieron protagonismo?.
Aun me encuentro en face de elaborar esta teoría con la fundamentación total, pero ya me encuentro en condiciones de enunciar un marco de referencia por donde voy a comenzar a investigar profundamente para tener la respuesta a la cuestión que formulo.
Llegamos a 1930 en plena crisis económica provocada por la caída de Wall Street; la segunda presidencia de un ya envejecido Hipólito Irigoyen; con una crisis de conducción y moral de un partido gobernante que llevaba ya catorce años en el poder; con la aparición de un proceso interno dentro de las Fuerzas Armadas y amplios sectores sociales, como parte de la clase alta que simpatizaba con el fascismo italiano y que evolucionaría hacia el filo nazismo en forma rápida; con la institucionalización del fraude electoral sistemático y la digitación de presidentes y otros candidatos electivos a espaldas del pueblo; y con el quiebre de un orden institucional, que si bien no era perfecto, fue el artífice del desarrollo argentino. Estos fenómenos sin dudas marcaron y aún marcan el desarrollo de nuestro país.
Pero a esto también debemos de agregar que nuestra orden cayó en un proceso de deterioro y falta de protagonismo atípico para lo que se venía viviendo hasta ese entonces, provocado por luchas internas y la pérdida de rumbos que repercutieron en la vida política de los argentinos.
Como todo espacio que se abandona es ocupado inmediatamente por nuevos protagonistas o ideas, esto, sin dudas, provocó que aparecieran nuevas fuerzas que mostraron lados totalitarios, como las Fuerzas Armadas apoyadas por parte del viejo régimen conservador, que provocaron la inestabilidad política y la desaceleración del desarrollo económico del país.
Además, este nuevo orden ideo su continuidad o sucesión institucional, no dejando de lado los golpes de timón violentos como mecanismo, ejemplificado esto en la revolución de 1943, de claro corte fascista y con apetencias de continuismo al idear su propio partido de tendencias hegemónicas, como lo fue posteriormente el peronismo.




Afiche propagandístico de la Revolución de 1943

Entonces nos vimos ante el nuevo fenómeno, el abandono de los protagonistas conocidos del escenario socio-político y la aparición de nuevos. La legalidad dejó paso al quiebre constitucional, la corrupción a la ética en el ejercicio de la función pública, la democracia al contubernio, la justicia a la impunidad consagrada, el inicio de la justa repartición de la riqueza a la acumulación de la misma en manos de privilegiados corporativistas.
Involucionamos, pasamos de la democracia al retorno de lo peor del régimen conservador, esta vez sustentado por ideas totalitarias y la fuerza de las armas.
Incluso organizaciones como La Masonería fueron parte de este proceso, le caben responsabilidades aunque, a su vez, fueron víctimas de un reacomodamiento social, político y legal que no supieron interpretar y/o responder en forma adecuada.
Hasta el día de hoy las consecuencias de la crisis desatada en la década del 30, acentuada a partir del 43, tienen repercusión y por ello desatamos un proceso de decadencia que lleva 75 años de evolución.
Llego el momento de detenerlo, repensar nuestro rol, como ciudadanos y como organización, ponernos en marcha para recuperar espacios y ser nuevamente fundamental protagonista para revertir esta decadencia.
Tenemos nuestros principios, nos avala nuestra ética y nos caracteriza nuestra voluntad inquebrantable de mejorar la esencia misma del ser humano, poniendo nuevamente a los ciudadanos a trabajar en pos del bien común y el crecimiento intelectual y material. El enunciado de estas ideas solo está animado por el espíritu de mejorar, de abrir un debate de ideas que contribuya a esclarecer, pero por sobre todas las cosas a enmendar errores. Sin revanchas, pero dejando las cosas en claro.

dp