domingo, 15 de abril de 2012

NO HAY SANGRE EN LA ARGENTINA


Han pasado 25 años desde el momento que un grupo de jóvenes idealistas protagonizó, desde el lugar en que le tocó actuar, un movimiento de resistencia contra el intento de golpe de estado encabezado por el Teniente Coronel Aldo Rico.
En 1987 habían transcurrido poco más de tres años desde la reconquista de la Democracia, pero las fuerzas que habían sido desplazadas del escenario político del país intentaban recuperar el poder perdido, a costa de hundir a la Nación, nuevamente, en la dictadura militar, buscando así el mantenimiento de la impunidad sobre el genocidio que habían cometido, el saqueo económico y las consecuencias de la guerra contra los británicos.
Pero el pueblo argentino ya había aprendido la lección y no dejó que la historia se repitiera. Se movilizó, ganó la calle, y le torció la muñeca al brazo subversivo, cambiando así la historia para siempre.



Hoy vivimos el fruto de esa conciencia popular nacida en las calles.
El libro que podemos leer cliqueando en el link más abajo publicado, es el relato de como un grupo de militantes que decidió aportar para lograr el objetivo de consolidar la Democracia, defender la libertad e impedir un nuevo baño de sangre en el país
En lo personal tuve el privilegio de ser co-protagonista de estos acontecimientos, contribuyendo así a velar por las instituciones republicanas. Ser parte de la historia, en forma mínima, me llena de orgullo.
Aunque ya no soy parte el radicalismo, porque considero que este dejó de lado muchos de sus principios fundacionales, asumo lo que hice estando en su seno y no me arrepiento de lo actuado. Es más, lo haría de nuevo de ser necesario: defender las instituciones republicanas aún a riesgo de exponer la vida.
Agradezco profundamente al autor de este libro, entrañable amigo, que logró compilar los testimonios aquí narrados, expresando sus ideas y análisis para darle contexto a los acontecimientos descritos.


Descargar el libro en este link:





NO HAY SANGRE EN LA ARGENTINA

Presentación del libro 10/5 17.30 hs. Sala 5 del Edificio Anexo Cámara de Diputados de la Nación (Rivadavia y Riobamba)
Los jóvenes radicales y la rebelión de Semana Santa de 1987
Autor: Javier Roldán
Basado en testimonios de:
Luis Aguirre, Fabián Alexandro, Fernando Alonso, Laura Arbeloa, Manuel Atencio, Horacio Barreiro, Fernando Bosco, Guillermo Chielli, Sergio Estefanell, Alejandra Fúster,
Hugo Gigena, Gabriela Gómez, Abelardo Harbin, Roberto Leoni,
María Inés Lliteras, Pablo Monteverde, Mónica Moure, Sergio Pardo,
Rodolfo Paz, Daniel Pena, Jorge Pena, Patricia Pena, Oscar Pérez, Eduardo Prina, Mariana Sayago, Marcelo Reguera, Fernando Valcarce y Mabel Valcarce.
25 AÑOS DEL TRIUNFO DEL GOBIERNO DEMOCRATICO SOBRE EL PODER MILITAR
Abril de 2012

Intervención en el programa "En la mira" que se emite por FM Secla 104.7, el 18/4/2017


dp



martes, 3 de abril de 2012

EL PEOR ERROR DE LA HISTORIA: EL TRABAJO


En el ensayo de Jared Diamond The Worst Mistake in the History of the Human Race (El peor error de la historia de la raza humana), el antropólogo comentaba la cantidad de tiempo libre que disponía la gente hace más de 10.000 años cuando vivían en tribus,  únicamente trabajaban entre 12 y 19 horas a la semana.
Con la llegada de la agricultura hace unos 10.000 años, las vidas de los humanos empezaron a ser más intensas laboralmente hablando. La gente se establecía en un lugar para mantener sus cultivos, pese a que pueda parecer beneficioso, fue malo para la salud, llevó a una dieta menos variada, trajo enfermedades epidémicas y creó una división de clases ya que a diferencia de la caza, la agricultura permitía conservar los alimentos por mucho tiempo, permitió el ahorro o lo que es lo mismo, ricos y pobres. En pocas palabras, Diamond cree que convertirse en especies basadas en la agricultura fue «el peor error de la historia de la humanidad» nos ha llevado a trabajar cada vez más.
La New Economics Foundation (NEF) afirma que no hay nada natural o inevitable en lo que se considera una semana de trabajo (aproximadamente 40 horas). Al levantarse mucha gente se ve atrapada en un círculo vicioso de trabajo y consumo, trabajan para ganar dinero y ganan dinero para comprar cosas. En esa ecuación falta un hecho importante que los investigadores han descubierto acerca de la mayoría del consumo material de las sociedades ricas: la mayor parte del placer y satisfacción que obtenemos al comprar es temporal y efímera.

Fuente:

dp

lunes, 2 de abril de 2012

SAN MARTIN Y LA MASONERIA


Medalla Masónica dedicada a San Martín
por la Logia Lautaro de Buenos Aire
Ya nos hemos referido aquí a la pertenencia masónica de José de San Martín y de su Logia Lautaro. Pero como el mito nacional-católico sigue dando vueltas, al menos por Internet dado que la historiografía más o menos seria ya no lo sostiene y, además, porque lo habíamos prometido, profundizaremos un poco más en el asunto.

Ya hemos señalado, también, que el yerno de San Martín, Mariano Balcarce, según confirma en carta a Mitre (del 30 de noviembre de 1860), evitó entregar todos los documentos que se referían a la pertenencia de su suegro a “la masonería y demás sociedades secretas”. Es por esta razón que Bartolomé Mitre evita en su conocida biografía referirse al tema; y  no, como sostiene el mito nacionalista, porque San Martín no fuese masón. Recordemos que es obligación de todo masón no divulgar los nombres de los miembros de la secta, especialmente si éstos se han negado expresamente a ello. Y ahí tenemos la carta de Balcarce que “compromete” a su hermano de Orden.

Otro argumento que se da como “definitivo” para sostener el mito es el de las respuestas que Patricio Maguire habría recibido de tres grandes logias británicas. Se dijo, al presentar las mismas, que “cabe acotar que esta Gran Logia [Unida de Inglaterra] es considerada por todos los masones, como la Gran Logia Madre del Mundo y en sus registros consta toda la información relativa a los hermanos masones de todos los países vinculados a ella, incluida la Argentina”. Oración en la que encontramos tres mentiras y varias inexactitudes; demostrando que por muy “experto” en Masonería que fuese Maguire, desconocía por completo la organización de la misma, tanto en el pasado como en el presente, y su variedad de obediencias y ritos.

Por lo tanto, si es muy posible que Mariano Balcarce destruyera esos documentos a los que nos referimos antes y si es también posible que se haya perdido la documentación que pudieran conservar las logias a las que perteneció San Martín, nos quedan sí muchos indicios.

1) En las “normas para la educación” de su hija Mercedes incluye varios artículos de clara referencia masónica, como el 6º, en el que se pide “acostumbrarla a guardar un secreto”, o el 7º sobre “inspirarla sentimientos de respeto hacia todas las religiones”. ¿Por qué tanta preocupación por el guardar “un secreto”? ¿cuál? En cuanto al “respeto hacia todas las religiones” no tendríamos nada que objetar, excepto por la preocupación que denota el “Libertador” sobre ello, la tan famosa tolerancia religiosa masónica, en la educación de ¡su hija!

2) Las cartas de San Martín al general británico William Miller, su amigo y antiguo camarada, cuya pertenencia a la masonería es conocida, están llenas de estos indicios. En la del 16 de octubre de 1827, San Martín reconoce que asiste a las reuniones en los salones de la Sociedad de Comercio de Bruselas donde “trabajaba” la Logia “Parfaite Amitié” —la misma que acuñó una famosa medalla que regaló a San Martín en 1825 y éste conservó hasta su muerte ¡veinticinco años después!—. O aquella otra misiva de 1838 donde le dice enfáticamente: “No creo conveniente hable usted lo más mínimo de la logia de Buenos Aires; éstos son asuntos enteramente privados y que aunque han tenido y tienen una gran influencia en los acontecimientos de la revolución de aquella parte de América, no podrán manifestarse sin faltar por mi parte a los más sagrados compromisos.” Comentarios al margen: ¿A qué “logia de Buenos Aires” se refiere? ¿a la Logia Lautaro? ¿Pero, entonces, por qué habla en tiempo presente si (supuestamente), en 1838, ya se había disuelto? Supongamos que se refiere a sus fines (ya sabemos que para el mito nacionalista, la Logia Lautaro tenía como único fin la traic… decimos, la independencia); ¿entonces por qué deben aún guardarse sus secretos 14 años después de Ayacucho? Finalmente, ¿de qué “asuntos enteramente privados” habla si la independencia es algo bastante público?

Bóveda de San Martín en Francia, donde descanso su cuerpo entre 1850 y 1880.
Puede verse en esta construcción importante simbología masónica

3) La correspondencia de San Martín con Juan Martín de Pueyrredon. Como la del 10 de septiembre de 1816, en la que dice: “El establecimiento de matemáticas será protegido hasta donde alcance mi poder. El nuevo secretario Terrada es también matemático y por consiguiente ayudará”. En la del 2 de noviembre, San Martín se refiere al envío de Castex “a Salta con el designio de persuadir a Güemes de la necesidad de que se dedique al estudio de las matemáticas para mejor conocer el terreno en que ha de hacer la guerra”. En otra esquela, del 3 de marzo de 1817, le pide San Martín a Pueyrredon que le envíe a Guido “por ser conocedor de las matemáticas”. No hay que ser demasiado inteligente para darse cuenta que “matemático” es un nombre clave por masón y “matemáticas” por masonería. 

Y si queda alguna duda, la del 9 de octubre del ’16 debería sernos suficiente: “Omita siempre en sus cartas poner la letra h.∙. [por “hermano”, con los tres puntos masónicos que se utilizan para abreviar] con que acostumbra a concluir: basta con un . [un punto] pour eviter qu’une surprise donne lieu a des soupcons [en francés en el original]”. Nótese que San Martín afirma que Pueyrredon, hasta ese momento, ha firmado sus cartas con los tres puntos masónicos.

4) Toda el intercambio epistolar entre San Martín y el Libertador O’Higgins de 1817, especialmente las fechadas el 25 de marzo, el 17 de mayo, el 5 de junio y los días 3, 4, 27, 29, 30 y 31 de julio, la del 1º de agosto y la del 22 de septiembre. En todas ellas se habla textualmente de los h.∙. [“hermanos”, con los tres puntos masónicos].

No importa. Los nacionalistas católicos necesitan el mito. Aunque todo indique lo contrario, ellos seguirán afirmando que San Martín no fue masón. Por nuestro lado, confirmamos nuestro compromiso con la verdad, aunque duela. Amicus Plato, sed magis amica veritas.


Fuente:
http://bicentenariodistinto.blogspot.com.ar/2012/03/san-martin-y-la-masoneria




dp


MALVINAS ARGENTINAS

A 30 años de la recuperación, mi homenaje a los caídos y por el retorno de las islas a nuestra soberanía.





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