miércoles, 2 de agosto de 2023

TODO VALE PARA CONSTRUIR UNA IDENTIDAD?

 



¿Por qué el libro de Éxodo menciona ciudades egipcias que no existían en la época que describe?



Alvaro Rodriguez


Profesor Universitario en Universidad de A Coruña



La pregunta se refiere a que en la Biblia, los lugares en Egipto, y en la ruta tomada por los israelitas, reflejan la geografía del primer milenio AC (cuando se escribió el texto) y no del segundo milenio AC (cuando se supone que sucedieron los hechos). Varios lugares que se nombran en la ruta del Éxodo han sido identificados como desocupados en el momento de la supuesta travesía por el desierto [1]. Por ejemplo, la primera ocupación de Ezion-Geber data del siglo VIII AC, más de 500 años después de lo que se dice que ocurrió en el Éxodo [2]. Del mismo modo, los nombres Goshen, Pithom, Succoth, Ramesses y Kadesh Barnea apuntan a la geografía del primer milenio y no del segundo.


¿A que se debe esto?


Muy sencillo, es un error de continuidad. Y de hecho existen otros muchos errores de este tipo en los libros de la Biblia. Uno de los más notables es que los camellos se mencionan frecuentemente como animales de carga en las historias de Abraham, José y Jacob en la Biblia. Pero los arqueólogos han demostrado que los camellos no fueron domesticados en la Tierra de Israel hasta siglos después de los Patriarcas [3]. Otro ejemplo notable por ejemplo es que los arameos se mencionan con frecuencia en el Génesis, pero el consenso de los historiadores y arqueólogos es que estos no existían como grupo étnico distinto hasta alrededor del 1100 AC [4].


Además de poner en duda la historicidad de la Biblia, estos y las decenas de otros anacronismos de la Biblia demuestran que el texto se redactó después de los acontecimientos que describe y que estos no fueron retratados con veracidad.

Tenga en cuenta que en la antigüedad no era tan sencillo como ahora documentarse sobre una región o determinado periodo histórico cuando uno está escribiendo ficición.


De hecho, que los textos Bíblicos que narran las historias desde el Génesis hasta la fundación de Israel son ficción, no es en absoluto una opinión controvertida o objeto de discusión. En particular todos los historiadores modernos coinciden en que en el libro del Éxodo no se describen acontecimientos históricos.


La historia egipcia, y en particular la historia de Ramsés está extraordinariamente bien documentada, y de esa época se conservan numerosas crónicas, descripciones de la vida cotidiana y yacimientos arqueológicos. Sin embargo, no hay una sola referencia documental o arqueológica de los acontecimientos que se narran en el libro o de sus consecuencias: ninguna mención o evidencia de la esclavitud del pueblo judío en Egipto o de su llegada a Israel, o de la conquista Canaan o el genocidio de sus gentes. O si quiera de la existencia de ninguno de los protagonistas de esas historias.


Y por supuesto, tampoco existe ninguna mención o evidencia histórica de las plagas Bíblicas, de la muerte de todos los primigénitos de Egipto, de la destrucción de gran parte del ejercito Egipto devorado por el mar Rojo, de la muerte de una generación entera de Hebreos en el desierto, del Sol congelado en el cielo para permitir a los Hebreos masacrar a los canaanitas, ni de ninguno de los acontecimientos sobrenaturales y divinos del relato Bíblico.





De hecho, el problema más grave con la narración del libro del Exodo es la inexistencia de cualquier prueba de la invasión cananea, la destrucción de decenas de ciudades, y el desplazamiento de una cultura por otra a través del genocidio de los canaanitas por los Israelitas que se narra en el libro, y que daría lugar a la fundación de Israel según la Biblia. Precisamente donde la arqueología debería poder ofrecer un registro incontrovertible de estos hechos. Pero no importa cuán flexibles seamos con la datación, simplemente no hay evidencia de una invasión y conquista de Canaán. En cambio, la evidencia arqueológica muestra una lenta transición de una sociedad agrícola a la de la ciudades-reino.


Así, el consenso de los académicos de acuerdo a las evidencias arqueológicas, es que el pueblo Israelita evolucionó a partir de la cultura local de la península de Canaan entre los años 1200-1000 AC. La Torah, donde se cuenta la historia de este origen, fue escrita siglos más tarde alrededor del siglo V AC, y en ella se narra una versión mítica que responde al deseo de construirse una identidad épica como nación que no se corresponde en modo alguno con la realidad.


En otras palabras, la narración del éxodo es probablemente uno de los mitos mejor contrastados como tales de la historia.




Fuentes primarias

  • [1] J. Van Seters (2001). ‘The geography of the Exodus’. In: The Land that I Will Show You: Essays on the history and archaeology of the ancient Near East in honor of J. Maxwell Miller. Edited by J. A. Deadman and M. P. Graham. Sheffield, England: Sheffield Academic Press, pp.255–276.
  • [2] G. D. Pratico (1985). Nelson Glueck’s 1938–1940 excavations at Tell el-Kheleifeh: A reappraisal. Bulletin of the American Schools of Oriental Research 259, 1–32.
  • [3] Sapir-Hen, Lidar, and Erez Ben-Yosef. "The introduction of domestic camels to the southern Levant: evidence from the Aravah Valley." Tel Aviv 40.2 (2013): 277-285.
  • [4] N. A. Silberman and I. Finkelstein (2001). The Bible unearthed: Archaeology’s new vision of ancient Israel and the origin of its sacred texts. New York, USA: Free Press, p.39.




Breves apuntes bibliográficos adicionales:


Según el relato arqueológico moderno, los israelitas y su cultura se separaron de los pueblos cananeos y sus culturas mediante el desarrollo de una cultura monolatría y más tarde monoteísta centrada en el dios nacional Yahvé. Hablaban una forma arcaica de la lengua hebrea, que era una variedad regional de la lengua cananea, conocida hoy como hebreo bíblico.


  • Smith, Mark (2002) "The Early History of God: Yahweh and Other Deities of Ancient Israel" (Eerdman's), pp 6–7.

La mayoría de los eruditos modernos están de acuerdo en que la Torá no proporciona un relato auténtico de los orígenes de los israelitas y, en cambio, consideran que constituye su mito nacional.


  • Faust, Avraham (2015). "The Emergence of Iron Age Israel: On Origins and Habitus". In Thomas E. Levy; Thomas Schneider; William H.C. Propp (eds.). Israel's Exodus in Transdisciplinary Perspective: Text, Archaeology, Culture, and Geoscience. Springer. pp. 467–482.



Después de un siglo de investigación exhaustiva, todos los arqueólogos respetables han perdido la esperanza de recuperar cualquier contexto que hiciera de Abraham, Isaac o Jacob "figuras históricas" creíbles [...] la investigación arqueológica de Moisés y el Éxodo se ha descartado igualmente como infructuosa.


  • Dever, William (2001). What Did the Biblical Writers Know, and When Did They Know It?. Eerdmans. pp. 98–99. ISBN 3-927120-37-5.


Fuentes online:




dp 




1 comentario:

Anónimo dijo...

Orgullosa de tanta historia desconocida, de aprender, gracias por compartir.
Laura Barragan