Sobre el libro Biblos Arquitectura Simbólica
de Diego Kurilo
El libro tuvo su génesis en mitos de arquitectura de todas las épocas y en símbolos ancestrales que sirvieron como continente al arte de la arquitectura, en el se comparte el análisis de dioses y filosofías ligadas al arte de la construcción como ser el Dios Ptah en Egipto considerado “Gran arquitecto Universal” los sacerdotes de su templo eran arquitectos versados en el arte de arquitectura y los depositarios del saber arcano, de su nombre surge la letra griega Pi, que para imaginario del norte de áfrica representaba un cubo filosofal.
También se analiza a dioses como Seth y Osiris que fueron escenificados como el pilar fundamental de la creación coronado con la rama Ima u Osiris coronado en la luz. En el libro se recorren muy variados temas de arquitectura simbólica, desde el tratado de Arquitectura de Vitruvio, único sobreviviente al naufragio de tratados clásicos del mundo antiguo, En su códice se puede leer y redescubrir a Orfeo, Esculapio, Arquímedes, Thales de Mileto, o Euclides, además de leer sobre mitos como el de Perdix sobrino de Dédalo que imaginó el primer compás.
Con respecto al nombre de Vitruvio es posible que refleje un Epígrafe o nombre simbólico, común a muchos sabios de claridad meridiana de la antigüedad, como Pitágoras, cuyo nombre se traduce en la frase “reunidos en Pi”; o Lucio Apuleio el autor del libro latino “El Asno de Oro” se traduce su nombre como “nacido en la luz de Apu”, el nombre etrusco del dios Apolo, durante el recorrido del libro se analizan personajes históricos como Arquímedes cuyo nombre se traduce en la frase “principio de la construcción de la vacuidad”.
Se comparte con el lector la simbología asociada a Dioses ancestrales y lugares sagrados y cómo estos representaban para pueblos como el egipcio o el griego, números y geometrías, en un ideario cargado de símbolos de arquitectura. Para el hombre de la edad de bronce, la tierra como continente del mundo, era percibida como la “Gran casa”. Acontecimientos naturales como el desborde del río Nilo o la observación de la estrella Polar, la única estrella en apariencia inmóvil desde la perspectiva de la tierra, crearon en el imaginario de la antigüedad la necesidad de interiorizar ciertos sucesos como objetos de arquitectura.
Se comparte con el lector la simbología de uno de los templos más importantes para el colectivo humano, el templo del Rey Salomón, sus columnas y su relación con la letra Yod. En su génesis este logo estuvo emparentado a una deidad del desierto que fue adorada como pilar fundamental y fuego todo consumidor, idea ancestral y común a pueblos del levante en la península Arábiga.
En el libro se producen valoraciones como el de la colina fundamental de la creación, mitología que veía al mundo como una “Gran construcción con forma de barco”. De ellas y de la búsqueda del mundo antiguo de belleza y organicidad arquitectónica, surgió el concepto de número áureo, presente en todo el mundo natural. Modulor usado en todas las grandes obras del pasado como medio de organizar los espacios de forma armónica, actuando como lo hace la naturaleza de manera clara y eficiente.
También se analizaron poemas del mundo Al-Ándalus y su relación con la arquitectura, además de estudiar objetos culturales como el mar de bronce del templo del Rey Salomón que relacionados con lo celeste, poseen la clave de la decodificación de dicha arquitectura.
Se comenta en el libro acerca de la vida de Leonardo Da Vinci, sus búsquedas espirituales alrededor de símbolos y mitos como el laberinto y el hilo de Ariadna o su visión de la tierra como un gran barco flotando en las aguas del océano cósmico.
Se ilustra sobre el cuaderno de cantería de “Villard de Honnecourt” único tratado sobreviviente sobre la construcción durante la edad media, cuyo valor es incalculable como fuente de análisis sobre la forma en la cual se pensaba la génesis de la arquitectura en el periodo medieval.
Se estudian formas de arquitectura y geometrías como también Dioses que representaban números asociados a la creación del mundo. Como también, la primera regla de albañil que para el hombre fue su mano y el antebrazo convertido en el codo sagrado, medio sobre los cuales se organizó el espacio sacro de los templos.
Se analizan en este libro dos películas relacionadas con la arquitectura: “El mago de Oz” y el film “Metrópolis”. Ambas tienen su génesis en mitos y leyendas del gremio de constructores. Además de realizar un recorrido sobre temas variados de arquitectura simbólica tales como la mano de Miriam o “Khamsa” cuyo análisis aporta significado a los saludos entre constructores medievales o el epígrafe griego “Arkho”, del cual nace la palabra arquitectura, pasando por los órdenes clásicos de arquitectura y la matriz simbólica de la ciudad occidental.
El propósito de este libro es traer al lector diferentes interpretaciones de logos, deidades y religiones cuya expresión simbólica tuvo su génesis en la arquitectura.
Muchas de las deidades indoeuropeas en su esencia eran retratadas como formas abstractas y números, en una búsqueda de aprender matemáticas y geometrías asociadas a lo universal. Un ejemplo de esto es el culto al Dios Apolo que era adorado en Delfos como un cubo, de mármol o el Dios Min en Egipto, una de las deidades más antiguas del mundo, que representaba para aquel ideario no sólo números, sino también la primera regla de albañil, centro de religiones fuertemente arraigadas en lo arquitectónico. En su brazo estaba representado el codo egipcio, regla o modulor sobre el cual se organizó el espacio a convertir en sagrado.
El Universo para los pueblos indoeuropeos personificaba una colina fundamental, rodeada de una masa de agua salada coronada por un símbolo con forma de rueda de alfarero, y en cuya cúspide se encontraba un cubo filosofal, el espacio más sagrado o casa de Horus. Para muchas culturas del mundo como la hindú o la Cherokeé en Norteamérica, el mundo estaba sostenido por una tortuga cuyo caparazón poseía dibujos de lados hexagonales, al igual que muchos de los árboles de la vida del mundo indoeuropeo, como el árbol “Fu-sang” en China. Este libro recorre una serie de eventos y mitologías asociadas al arte de la construcción, desde el simbolismo universal de los puntos cardinales y el círculo de la tierra, hasta el templo de Jerusalén y su creador el Rey Salomón, pasando por simbolismos numéricos, el simbolismo coránico del agua, el de la mezquita, la cúpula y la catedral, todos estos símbolos dotados de su herencia primordial e infinita.
Proporción Aurea o Número Divino |
Tal como enseñan todas las doctrinas y filosofías tradicionales, el Universo es un hecho simbólico. Dice un proverbio árabe que todo puede ser reducido a símbolos, excepto Tufân el aliento de fuego.
Se dice que existe, en la causa primera, una fuente más antigua de símbolos cercana al fuego y al agua de vida, concepto próximo al simbolismo coránico del agua del mundo árabe. El pensamiento simbólico de los primeros pueblos indoeuropeos veían en muchas deidades la manifestación de fuegos primigenios y el manantial de lo simbólico, cierta unión donde los opuestos dejan de mostrarse a través del teatro de las manifestaciones para perderse en la unidad.
dp
Nota: Agradezco profundamente al autor, Diego Kurilo, por darme el honor de difundir tan importante obra.
Nota: Agradezco profundamente al autor, Diego Kurilo, por darme el honor de difundir tan importante obra.
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