El reciente acuerdo de levantamiento del embargo por parte de los Estados Unidos y el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, vigentes desde hace más de 50 años, marca el final de la Revolución Cubana tal cual la conocíamos hasta ahora, para abrir una nueva etapa, incierta aún, de como evolucionará el castrismo en su nueva forma de supervivencia.
Con el levantamiento del embargo se terminaron los pretextos para el estancamiento del desarrollo socio-económico de Cuba. Ya el castrismo no podrá echarle la culpa al demonio norteño de todos sus males.
Puede que marchen hacia la conservación de la dictadura del partido único y hacia la liberalización del sistema económico, al mejor estilo chino, o puede que todo desemboque en un proceso que termine el régimen en forma definitiva.
Cuba, los Castro, han asumido que fracasaron. Que degradaron al país por décadas, que los sacrificios a los cuales condenaron a su pueblo fueron en vano, que reprimieron, torturaron, privaron de la libertad y hasta masacraron a decenas de miles, solo para ahora decir, sin remordimientos y con una caradurés infinita, que se cambiará el sistema.
Después de la caída de la URSS, Cuba cayó en una casi Edad Media desde el punto de vista de la supervivencia cotidiana, hasta que encontró algunos socios ocasionales en pocos países de Europa, con España a la cabeza, más Canadá, para lograr campear el desastre.
Al poco tiempo aparece el pichón de dictador de Chávez con ese aborto antinatural de la Revolución Bolivariana para darle a Cuba los recursos que carecía y así llegar a nuestros días chupando la sangre del empobrecido pueblo venezolano.
Pero el chavismo se está terminando, Maduro asume y acentúa la crisis absoluta del sector productivo y no puede darse el lujo de sostener al insaciable parásito cubano.
Los Castro se dan cuenta, desde hace largo tiempo, del agotamiento de esta fase de sobrevivencia y como no les queda ningún auxilio externo que les de el maná necesario para seguir viviendo, dan una vuelta de timón y pactan con su peor enemigo, los Estados Unidos y su Presidente Barak Obama.
Todo esto ayudado por el Vaticano y un Papa Latinoamericano que contribuyó a acercar a las partes en disputa, que ve la posibilidad de recuperar territorio religioso en la isla, pero que también gusta de jugar a la alta política internacional.
Francisco puede ser un mini Juan Pablo II, con relación al rol que jugó este en la caída del comunismo mundial, y logrará ponerse en el podio de los estadistas, al ayudar a hacer caer el último bastión de Occidente del comunismo dinosáurico.
Claro, salvando las distancia entre una hecatombe (URSS-Comunismo) y la otra (Cuba), pero pasando en limpio, a su manera de entender, sus intensiones con relación a su tierra de origen: Latinoamérica.
Maduro y la Revolución Bolivariana están agonizando, aunque aún muy aferrados a los respiradores artificiales y su desgaste y futura caída dejará sin sustento de solidaridad a los regímenes populista que son sus aliados en Sudamérica.
Evo, Correa, los K de Argentina, Mugica, Dilma, con el pase de Cuba al “otro bando”, con Maduro boqueando por oxígeno, irán desinflando sus ínfulas y desintegrándose lentamente.
El acontecimiento del levantamiento del embargo a Cuba, será el vaciado de contenido revolucionario de muchos proyectos autoritarios que se extendieron a lo largo de Sudamérica y el Caribe, bajo banderas de nacionalismo, justicia social, latinoamericanismo, combate a la pobreza.
El engaño que lograron imponer levantando estas banderas, que en verdad ocultaban los propósitos de sometimiento de la clase media, sumergir a los pueblos en la ignorancia de las masas, empobrecimiento para mantener controladas a las mismas con planes sociales y subsidios masivos, mantenimiento de los pueblos bajo el sopor del consumo de drogas, extrema violencia ciudadana, mostrará crudamente la mentira con la cual dominaron estas tierras por casi 15 años, según los casos.
Caerá la Revolución Cubana, la Bolivariana, los populismo autoritarios sudamericanos y quedarán descubiertos los males que nos dejan por herencia, muy difíciles de subsanar.
Pero se terminó la era de echarle la culpa a otro, de la manipulación de la historia, del clientelismo militante mercenario.
Intentarán hacernos creer con su discurso manipulador que el Imperio Yanqui fue vencido y que los pueblos recuperaron su plena soberanía, pero solo como otro intento de vender una realidad que no existe y de mentir al mejor estilo de su maestro del engaño, Goebbels.
Así como Europa se sacó el cáncer de la Cortina de Hierro, Latinoamérica se sacará el cáncer de los “revolucionarios de Armani” que corrompieron a la sociedad hasta el extremo y drogaron las mentes de las futuras generaciones de dirigentes sociales y gobernantes de naciones.
Caerá Cuba, seguirá Venezuela y luego los demás proyectos similares de esta parte del mundo. Será un “efecto dominó” libertario. De ahí avanzaremos a un real sistema democrático y hacia el republicanismo.
dp
1 comentario:
excelente Daniel, como siempre!
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