El Necronomicón
H.P. Lovecraft
Editorial Plutón · 2021
128 pp.
Si Heráclito decía que los magos eran aquellos que vagan en las noches, H.P Lovecraft era un mago entonces, ya que creó su propia noche eterna sobre el frío manto de un cielo sin estrellas, sin luna, en la que vagaría por toda su vida, dejando un legado que aún hoy nos hace deambular bajo el manto de la fría noche de su creación.
Howard Phillips Lovecraft es el Maestro del terror cósmico, un reconocido discípulo de Edgar Allan Poe. Creó una mitología propia, enmarcada dentro del género del terror, alejándose de las vertientes tradicionales del género, siguiendo una vanguardia del terror cósmico materialista.
Lo curioso hoy en día es que el escritor no fue reconocido como tal en vida, sino que se dio a conocer de forma masiva de forma póstuma, gracias a su círculo de amistades.
Oriundo de Providence, capital del Estado de Rhode Island, Estados Unidos. Nació en 1890 y falleció en la misma locación en 1937. Se señala que fue objeto de una educación estricta, pero que, con la muerte de su padre, cuando Lovecraft tenía ocho años, gran peso de las decisiones sobre su educación quedó entregado a su abuelo materno, una de las pocas personas con las que el escritor lograba entenderse.
Entre sus intereses siempre destacó uno particular por la mitología, el cual se sumó al abierto interés de su abuelo por las historias de terror, de las cuales hizo parte a su nieto. En medio de esta educación y con nerviosismo heredado de su padre, su educación fue evadida con sus constantes escapes de su desbordante imaginación.
Hay quienes identifican etapas en su forma de escribir y argumentos, se pueden mencionar en este sentido a lo menos tres momentos:
– La época de las historias macabras (1905- 1920))
– El ciclo de los sueños (1920- 1925)
– Los Mitos del Cthulhu (1925-1935)
Se caracterizan todas sus obras por los fundamentos del pensamiento del autor sobre el destino, una visión apocalíptica de la humanidad y su materialismo radical: Dios no existe o ha muerto y el ser humano no es quien ocupa su lugar, viéndose sometido a una inminente aniquilación.
¿Cuál es la verdad de este libro?
“Aunque los escépticos afirman que “El Necronomicón” es un tomo fantástico creado por H.P. Lovecraft, los auténticos investigadores de los misterios esotéricos del mundo saben la verdad: El Necronomicón es un volumen blasfemo de conocimiento prohibido escrito por el árabe loco Abdul Alhazred. Incluso hoy, a pesar de las tentativas por destruir todas las copias en cualquier idioma a lo largo de los siglos, aún existen algunos ejemplares, escondidos. Dentro de este libro encontrarás historias, ensayos y diferentes versiones acerca del libro blasfemo. A través de los testimonios de Robert Silverberg, Frederick Pohl, John Brunner y el propio Lovecraft, entre otros, ahora tú también puedes aprender el verdadero saber de Abdul Alhazred y conocer de primera mano el ignoto poder que se encuentra entre sus páginas.”
¿Quién fue Abdul Al- Hazred?
Era un poeta desquiciado nacido el año 700, en Saná Yemen. En las épocas adultas de su vida se entrega a las ruinas de Babilonia y los ocultos subterráneos de Menfis, para terminar sumida en 10 años de soledad en el desierto el Roba el-Khaliyeh1 y el Dahna2. Según cuentan los oriundos del lugar, aquellos parajes se encuentran de seres sobrenaturales y peculiares sucesos, que son inexplicables para el entendimiento humano.
Se dice que en los últimos años de vida Al-Hazred escribió el Necronomicón o Al-Azif, que es la forma árabe para referirse al ruido que hacen los insectos.
Sobre la muerte de Al-Hazred no hay precisión; solo se conocen algunos rumores. Entre ellos se encuentra el de su biógrafo, Ibn-Khallikan, quien cuenta que fue asesinado por un monstruo invisible ante los ojos humanos, a plena luz del día, siendo devorada ante una serie de testigos horrorizados.
Otros dicen que es una creación en cien por ciento del escritor, en que se retrata una recopilación de conjuros y rituales antiguos que según el mito traen la locura o la muerte a la persona que trata de ponerlos en práctica. Y que el autor, en su genialidad, había puesto el nombre de Abdul Alhazred, un año antes, en su cuento “La ciudad sin nombre”, creando todo un misterio alrededor del libro mencionado por primera vez en 1922 en el cuento corto “El sabueso.”
La intriga con la que se creó este libro fue tan rotunda que incluso en aquella época el autor tuvo que aclarar el misterio en numerosas declaraciones a medios de comunicación y en revistas. En palabras del propio autor:
“En relación a los libros terribles y prohibidos, me fuerzan a decir que la mayoría de ellos son puramente imaginarios. Nunca existió ningún Abdul Alhazred ni el propio Necronomicón, porque inventé esos nombres yo mismo. Luwdig Prinn y su grimorio De Vermis Mysteriis fue ideado por Robert Bloch, mientras que el Libro de Eibon es una invención de Clark Ashton Smith. Robert E. Howard debe responder del personaje de Friedrich von Junzt y su Unaussprechlichen Kulten…
En cuanto a libros escritos en serio sobre temas oscuros, ocultos, y sobrenaturales, en realidad no son muchos. Esto se debe a que es más divertido inventar trabajos míticos como el Necronomicón y el Libro de Eibon.”3
En esta nueva edición de El Necromicón, encontramos el conjunto de bestias humanas y sobrenaturales, sus relatos oscuros y misteriosos, que hacen inconfundible el mundo creado por H.P. Lovecraft.
1 Espacio vital.
2 Desierto escarlata.
3 Carta a Willis Conover, 29 de julio de 1936.
Autor: Carla Araneda Condeza (Cañete, Chile · 1993) es escritora, egresada de la facultad de Derecho, Universidad de Chile. Diplomada en redacción y escritura. Bookstagramer. Publicó Los amos del caos para la revista mal de ojo. 2020; Declaración de la mujer para la revista Quinze: La niña bonita n°4, 2021; El saco revista Destiempo. 2021. Entre sus libros están Códigos de los lamentos 2020; Pericles 2021; El violador 2021; Pericles y los sueños de Polo 2021. Sus publicaciones académicas incluyen Cláusula de integración y el principio de buena fe: Los efectos de la cláusula de integración 2020.
Fuente: https://wp.nyu.edu/gsas-revistatemporales/videos/
dp