Por Cecilia Benac
Las elecciones en EE.UU. siempre son un proceso complejo desde la estructuración que tienen, más se vuelve complicado a la hora de dilucidar los tópicos de interés para esta nación, en relación al mundo.
El ojo desde los que estamos de afuera, debe hacer foco en la segunda parte de la carrera presidencial ya que el debate entre los candidatos comienza a girar desde su política doméstica hacia la política exterior a partir del fin de las convenciones de sus respectivos partidos.
A pesar de que se sobreentiende que la lucha hacia el salón oval estará entre Hillary Clinton por el Partido Demócrata (PD) y Donald Trump por el Partido Republicano (PR), habrá que esperar hasta el fin de las Convenciones Nacionales (25 al 28 de julio y 18 al 21 de julio, respectivamente) para que se oficialicen las candidaturas.Trump sigue siendo el favorito para los republicanos, a pesar de su caída en encuestas, y pese a algunos comentarios públicos que parecían condenatorios para su campaña como expulsar a los mejicanos, prohibir la entrada a musulmanes, derribar mezquitas en el territorio nacional, prohibirle la entrada a los refugiados, todo en materia de derechos humanos.
En las últimas encuestas –promediadas entre la CNN Polls, TheGuardian y el Colegio Electoral de los EE.UU– Clinton y Trump están en un 40%-40% a nivel nacional. ¿Qué quiere decir esto? No significa que la población esté dividida, ya que el sistema para las nacionales no deja de ser de alguna forma arcaica y la voz final la tiene el colegio electoral. Es decir que quien saqué la mayoría de votos de cada Estado, aunque sea por un 27%, se lleva el punto para su partido. La cantidad de electores de cada Estado están definidos por su población[1]. Hay 538 votos entre todos los Estados de EE.UU., los menos poblados tienen tres electores, el más grande 55, que es California. Quien vaya a ganar requerirá 270 votos.
Se puede asegurar que estas elecciones son únicas para los EE.UU. dada la diversidad de los candidatos que se presentaron, desde su religión hasta su tipo de experiencia, y por otras características atípicas para los EE.UU. como que haya habido 13 candidatos todavía presidenciables a principios de 2016, lo que implica que el proceso de decantación tuvo un efecto torbellino sobre las campañas. Ben Carson es afroamericano, Ted Cruz y Marco Rubio son latinos, Bobby Jindal es indio-americo, Hillary Clinton y Carly Fiona son mujeres, Bernie Sanders es judío, y tres de los candidatos no tienen experiencia en la política: Donald Trump, Ben Carson y Carly Fiona. Por otro lado muchos tomaban como una broma el hecho de que Donald Trump se quiera presentar para las candidaturas presidenciales, y sin embargo hoy, luego de una vorágine inesperada de redadas mediáticas, es quien posiblemente (90%) gane el voto oficial en la Convención Republicana para presentarse.De hecho ya eligió a su compañero de fórmula para la presidencia que será el gobernador de Indiana Mike Pence.
La Convención Republicana comenzó ayer 18 de julio y el eje es la votación de los 2472 delegados del partido para formalizar a Trump. Sin embargo el resultado es sabido ya que el candidato requiere de 1.237 delegados, y superó esté número el pasado mayo.
En el caso de Clinton quien la secunde como vice será posiblemente Sanders, quien peleó por la candidatura demócrata hasta que la semana pasada decidió respaldar a Hillary como la primer presidente mujer de los EE.UU., teniendo en cuenta que ella ha tomado su plan sanitario para mejorar el presupuesto para la próxima década. Esta fuerte unidad de los Demócratas hace que su Convención a comenzar el 25 de julio, tenga más fuerza, frente a las divisiones con las que los republicanos iniciaron sus sesiones, inmersos en un escenario de abucheos, y protestas, mismo dentro del partido. La segunda alternativa, y tal vez más estratégica para VP sería Julian Castro, actual Jefe de Dpto. de Vivienda y Desarrollo Urbano, ya que con esta fórmula, además del voto joven, sumaría a la población latina, de la que Trump está tan urgido en alienar.
En términos de política exterior los candidatos no suelen distanciarse mucho entre las posiciones de sus partidos, ya que en general hay una línea de política exterior de Estado, y no necesariamente de gobierno como puede ocurrir en países de América Latina. La preservación del interés nacional de los EE.UU. sobre todo aquel abocado a la seguridad nacional, es vital. Pese a esto, a nivel mundial Hillary parece que sería la más “adecuada” para el cargo. Considero que el mundo ya no está para tolerar métodos tan drásticos como los que propone Trump, de la potencia a la que muchos consideran el último Imperialismo, más en un mundo no solo post 9-11, sino de las consecuencias de la guerra en Irak que contrariaron a los mandos políticos estadounidenses con su propia nación. Más importante aún, dado el declive del poderío de los EE.UU. respecto de sus políticas de intervención directa, estamos entrando en un mundo post-americano, en cuanto a que sus líderes todavía se consideran intocables y dueños de los organismos internacionales creados o alentados a su creación por ellos, como la ONU, OTAN, OEA, y no dan cuenta de la cantidad de movimientos internacionales, que cuestionan su rol de forma activa como petitorios para el cese de fuego, presiones de otros gobiernos para cambiar las reglas de juego, y alterar la asimetría de poder que se da dentro de los puestos de cada organismo, como por ejemplo el Consejo de Seguridad de la ONU.
Esta es una de las razones por la cuales debe importarnos esta elección presidencial. Otra es que el mundo occidental tiene, aunque sea solo por considerarlos en su mayoría terroristas, a los musulmanes, en especial árabes, en la mira. Ergo el debate que se da entre los candidatos al respecto es decisivo ya que los tres puntos de contacto, aunque sean distintos para el trato que se les dará según el candidato, son los mismos y son tres: el ISIS, la situación en Siria e Irán.
El hecho de que asuma uno y otro candidato afectará de forma drástica los tratados, alianzas, convenios y compromisos ya asumidos por los EE.UU. Podemos mantener una suerte de statu quo si asume Hillary, y un escenario aún más violento y alienado si asume Trump.
Queda mucho por analizar para la segunda parte del año hasta el 8 de noviembre[2], pero pase lo que pase, sin dudas ésta habrá sido una campaña electoral histórica por los siguientes motivos: quien asuma se convertirá en el primer o segundo presidente más viejo en asumir la presidencia, es la primera carrera entre neoyorquinos en 70 años; hace 60 años que no se presentaba un candidato sin experiencia en la política; habría una mujer presidente por primera vez. Creo que quien ingrese a la Casa Blanca el 20 de enero de 2017 será nuevamente la familia Clinton[3].
[1] Por ejemplo en 2012, MittRomney se llevó los 38 electores de Texas, porque salió primero con el 37% de los votos generales.
[2] Día de las elecciones nacionales presidenciales en los EE.UU.
[3] Para ver el perfil de Hillary Clinton ver: Revista Reconciliando Mundos, N°26,julio/agosto,2015.
dp