La Masonería Argentina expresa su preocupación por el avasallamiento de la ley 1.420, el instrumento que organizó la educación común, laica y obligatoria a cuyo amparo se integraron a nuestra sociedad millones de inmigrantes y sus descendientes argentinos.
El paso del tiempo y el cumplimiento de sus fines determinó que esa ley, dictada a fines del siglo XIX, haya sido reemplazada por legislación acorde a los nuevos tiempos, con excepción del artículo 8 que garantiza el laicismo de la educación pública.
El laicismo determinó el carácter optativo de las clases de religión que debían ser dictadas antes o después del horario escolar y con autorización de los padres. Ninguna ley en materia educativa posterior a la 1.420 derogó el artículo referido.
Este paso, a cargo de la Comisión Bicameral de Digesto Jurídico Argentino del Congreso de la Nación, abre el camino a la reimplantación de la enseñanza religiosa en los establecimientos de enseñanza pública, tal como lo ha establecido, por ejemplo, el gobierno de Salta.
Es correcta y necesaria la publicación de un Digesto que ponga claridad acerca de las normas legales que rigen nuestro derecho positivo, pero esa tarea no puede encubrir acciones que afecten el fuero íntimo y las convicciones de millones de argentinos.
La Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, institución que desde 1857 trabaja sin interrupciones, llama la atención de los legisladores encargados de analizar el Digesto y exhorta a las autoridades a evitar un paso de las dimensiones señaladas. La educación pública, gratuita y laica es un bien cultural y espiritual de todos los argentinos, un valor que cohesiona a nuestras familias.
Nicolás Orlando Breglia
Gran Maestre
GRAVE RETROCESO FACILITADO POR EL VACIO LEGAL DE LA LEY NACIONAL DE EDUCACION
La provincia de Salta , por medio de su legislatura, acaba de aprobar una ley –que seguramente será puesta en vigencia por el Gobernador Urtubey- que prescribe la enseñanza religiosa en las escuelas.
De los dichos de los legisladores oficialistas esto se explica desde la historia misma, ya que desde la Colonización española ésta es la tesitura que para ellos es la adecuada.
La decisión de Salta configura un grave retroceso que consolida el que se viene produciendo desde 1958 en adelante.
En efecto, la legalización de la educación privada consolidada por la ya derogada ley Federal de Educación del período menemista se reflejo en esa creación doctrinaria que pone en pie de igualdad las escuelas públicas y las privadas so pretexto de la gestión y las identifica como “escuelas públicas de gestión estatal y de gestión privada”.
La nueva Lay Nacional de Educación kichnerista consolida tal denominación y la afianza, agregando las variables cooperativas y sociales que, a nuestro entender, son tan privadas como las privadas.
No existe norma nacional alguna que impida la decisión de la Provincia de Salta y esa omisión de la legislación no es casual. Ni al menemismo ni al kichnerismo lo conmueve la palabra laica.
Sin embargo, para una inmensa cantidad de docentes, profesores, egresados universitarios la LAICIDAD es condición necesaria para una educación que pretenda generar pensamiento crítico.
Por qué? Porque las religiones, no importa cuál, llegan a un momento en el desarrollo de su doctrina que la razón deja paso a la fe. La fe, ese sentimiento que se invoca desde las religiones, no es patrimonio de todos. Por el contrario, la mejor tradición educativa argentina no se ancla en la fe, sino en la razón por que ésta no pone límite a la capacidad de análisis.
Se va argumentar que podrán enseñarse todas las religiones. Desconozco el texto aprobado, pero cualesquiera sea su redacción girará alrededor de la “tolerancia a todas las religiones”.
Y los que no la tienen, los que no queremos tenerla, lo que hacemos elección racional de nuestro compromiso con el humanismo y la ética de la solidaridad dónde nos pondremos?
Cómo se sentirá el nieto o bisnieto de algún anarquista o marxista, que los hay y muchos en la Argentina , que concurra a clases en una escuela de estas características?
Cómo se sentirá un integrante de la comunidad wichi o algún aymará o kolla , ahora que se invoca la diversidad y los pueblos originarios? Acaso fue la religión de matriz judeo-cristiana la que practicaron – y aún practican- esos pueblos? Acaso lo convencerá de las bondades de aprender religión en las escuelas, su pastor, su cura o su rabino? Acaso la diversidad es sólo para las religiones?
Una reflexión final: si el principio fundante de los objetivos de las políticas educativas no se centra en el LAICISMO, nada impide que la religión se enseñoree en las escuelas. Lo de Salta es la “frutilla” visible de un largo proceso que incluye, entre otras cosas, la entronización de imágenes en escuelas y aulas, la utilización de los espacios escolares para actividades religiosas –preferentemente de la Iglesia Católica- y situaciones como la imposición de manos a los alumnos para despiojarlos, hecho este que ocurrió hace no muchos años en una localidad bonaerense fuertemente marcada por la religiosidad popular.
La provincia de Salta esta consumando la obra retomada por los Domingorena, los Van Gelderen y los Salonia, continuada por Decibe, consolidada por Filmus y convalidada por Tedesco: borrar toda referencia al LAICISMO de la legislación escolar. Eso sí, para disimular mucha invocación al pensamiento crítico, total a Lamark y a Darwin los sacaron de los contenidos curriculares en los noventa y del tema de la fecundación asistida, la salud reproductiva, el aborto o la pena de muerte no se habla.
CARLOS ALEJANDRO CEBEY
LA PLATA, diciembre 12 de 2008