Por esta propuesta, y haciendo una campaña dentro de mis posibilidades, sugiero que el sable corvo del Gral. José de San Martín se trasladado a un monumento especialmente construido, a fin de exhibirlo sin ningún tipo de restricciones a toda la ciudadanía, no como ahora donde se encuentra bajo custodia y con acceso restringido en el Cuartel del Cuerpo de Granaderos a Caballo.
Sólo me anima el deseo de contar con este símbolo de la guerra por la independencia de media Sudamérica, más cerca a su pueblo, en contacto cotidiano, en un templo laico consagrado a venerar la memoria del Padre de la Patria.
Por ello también sugiero sea levantado dicho monumento que contendrá el sable libertador, en el lugar que ocupa hoy el monumento a Cristóbal Colón, en la plaza del mismo nombre, ubicada a espaldas de la Casa Rosada.
El trasladado del monumento a Colón a algún otro paseo público de Buenos Aires será una forma de desagravio a los pueblos originarios de nuestra tierra. La imagen del primer conquistador de América, el hombre que marcó el inicio de un verdadero choque cultural y genocidio masivo de todo el continente no puede encontrarse en un lugar tan privilegiado, hoy convertido prácticamente en los jardines de la Casa Rosada, sede del Poder Ejecutivo Nacional.
La convocatoria de un concurso público nacional de diseño de este emprendimiento, podría formar parte de una movilización masiva de voluntades, con el objeto de realzar el significado patrio de este símbolo.
El acceso del ciudadano para homenajear la espada del Libertador será una pieza de reafirmación patriótica y marcará una reparación histórica de nuestros indios.
dp
