viernes, 22 de febrero de 2008

EL SAQUEO DEL TESORO DE BUENOS AIRES


Más de 86.000 millones de dólares, buena parte de la deuda argecntina. Ese es el valor actual del tesoro con el que se alzaron los ingleses en la invasión de 1806. El cálculo de Néstor Forero, un investigador que habló del tema en Gualeguaychú, muestra la magnitud del saqueo inglés. ¿Hay razones para pedir un resarcimiento, pese al tiempo transcurrido?.
Buenos Aires fue capturada, así, por las tropas del general Beresford, allá por 1806. La toma duró más de 40 días, en cuyo transcurso los ingleses no se privaron de nada. La invasión estuvo signada por vejaciones, asesinatos, muerte, y robos de todo tipo, según cuentas los cronistas. Un acto de pillaje protagonizado por súbditos de la Corona Británica, que no actuaron por motu propio.
Fue en realidad una acción de conquista armada por el gobierno de Londres, en el marco de una estrategia global de dominación de estas tierras americanas.
Los entretelones y el significado de este traumático episodio -que curiosamente la historiografía oficial refiere casi como una anécdota- están planteados en “El saqueo de 1806”, el libro del investigador Néstor Forero.
Especialista en temas económicos e historiográficos, autor de otros libros como “Deuda externa y Crimen social en Argentina”, Forero se inscribe dentro del “revisionismo histórico” que, siguiendo a Raúl Scalabrini Ortiz o al copoblano Julio Irazusta -entre otros-, viene denunciando la malsana influencia británica en el país.
Esa influencia, que ha sido determinante en el curso de la historia vernácula, es de larga data. En realidad, según esta lectura historiográfica, se remonta a la etapa anterior a la independencia argentina.
Es decir, a cuando el país -junto con otras repúblicas sudamericanas- pertenecía al Virreinato del Río de la Plata, un bloque geopolítico de 7.000.000 km².
En la disputa por la hegemonía mundial, Inglaterra fue enemiga declarada de España, cuyo poder buscó cuartear, sobre todo saboteando sus posesiones americanas.
Es en este contexto que Forero coloca la toma de Buenos Aires en 1806. Que en realidad, dice, fue la quinta expedición militar británica (no la primera como dice la historia oficial), a la cual precedieron, por caso, desembarcos en Malvinas o Isla de los Estados.
El saqueo del que fue objeto entonces Buenos Aires, por parte de las tropas de Beresford, fue pergeñado con antelación por el gobierno de Londres, dice el autor.
Y da una medida -cuenta- no sólo del sentimiento anti-hispánico de los invasores, ni de la codicia que los dominaba, sino de un plan de dominación urdido con inteligencia.
Así, el primer acto del General Beresford, tras la toma de la capital del Virreinato del Río de la Plata, fue la exigencia a sus pobladores de los caudales reales, bajo las peores amenazas (pérdidas de vida y patrimonio).
Y aquí la originalidad de Forero: el tesoro robado, girado prontamente a Londres, representa hoy, actualizado a un interés anual del 6%, más de 86.000 millones de dólares, buena parte de la deuda externa argentina.

Política colonial

Pero además, una vez dueño de la plaza, Beresford tomó una serie de medidas para someter a la nueva colonia -y que según Forero tienen un parecido notable con la política económica que se siguió en Argentina en lo sucesivo.
Así, al apoderamiento ilegítimo de las reservas monetarias del Tesoro de la Real Hacienda de Buenos Aires -el grueso del cual se embarcó a Londres en la fragata más rápida de la de la flota británica, el “Narcissus”-, le siguió el decreto que declaró la “libertad de comercio”.
Esta última medida -sostiene el investigador- “se impondrá para beneficio especialmente de los comerciantes ingleses y de su socia local, la clase acomodada de Buenos Aires”.
Ahora bien, haber secado la plaza de monedas -más allá de que una fracción de los pesos plata se dejaron para mantener el comercio exterior- colocó a la gobernación británica en Buenos Aires en problemas.
La escasez de dinero metálico, producido por el vaciamiento de las arcas de Buenos Aires, conducía a un encarecimiento inexorable de las operaciones de importación de mercadería inglesa.
Pero la gobernación británica no iba “a permitir que los comerciantes locales repararan esa pérdida mediante el funcionamiento de la ley de la oferta y la demanda, ya que el tipo de cambio hubiera saltado por las nubes”, cuenta Forero. Por eso -refiere- “se estipuló un tipo de cambio fijo de 5 chelines por peso, cuando antes de la invasión el tipo de cambio era de 4 chelines y 6 peniques”.

La cuestión de los caudales

Forero llama la atención sobre un dato no menor: los ingleses no pueden alegar que los caudales robados (en total 1.086.208 pesos plata) son un “botín de guerra” (el equivalente a unas 200.000 liras esterlinas de la época) (1). ¿Y esto por qué?. Pues porque el tesoro se hallaba fuera del alcance de los conquistadores al momento de ingresar a la ciudad.
¿Cómo? Es que el virrey Rafael de Sobre Monte, enterado de la invasión, se lo llevó consigo antes hacia Córdoba. Los ingleses tuvieron que gestionar su regreso, luego, bajo amenaza de introducir las peores pestes sobre la población.
Este episodio, es decir la manera en que se obtuvo el tesoro confirma la tesis de que su apropiación fue “sencillamente un robo, perpetrado sin ninguna fundamentación jurídica por parte del invasor”.
En realidad, dice el autor, la acción de Sobre Monte -pese a que el juicio histórico catalogó de deshonrosa-, colocaba la sustracción del tesoro en el marco de una discusión entre las cortes de España y Gran Bretaña, alrededor de los “derechos de propiedad indudable de los españoles”.
“Para ser más ecuánimes diremos que Sobre Monte, más allá de su personalidad, cumplió con su retirada el plan de evacuación trazado en época del virrey Vértiz y que un Tribunal que juzgó su conducta terminó absolviéndolo, aunque eso no le devolvió el prestigio perdido”, comenta Forero.

¿Es posible el resarcimiento?

El autor insiste en la “ilegitimidad” de la incautación de los caudales del tesoro de la Real Hacienda de Buenos Aires. Pero va más allá: en su opinión, a la Argentina y a los países que entonces integraban el virreinato, les asiste hoy el derecho del resarcimiento, pese al tiempo transcurrido.
Forero habla de “derecho de propiedad” conculcado por el invasor inglés. Aunque dicho derecho le pertenecía a los españoles, ahora es nuestro, insiste, en virtud de la “continuidad jurídica e histórica de los Estados”.
Asegura que el “gobierno británico no puede negar su participación” en la operación de saqueo -aunque se escude en el argumento de que fue una acción de particulares-.
“Dado que lo actuado por los súbditos británicos lesiona el Derecho de Gentes, entendemos que el reclamo de reparación por el robo de Buenos Aires es imprescriptible”, razona el investigador.
Y al respecto documenta la existencia de jurisprudencia internacional en este sentido, alrededor de la existencia de fallos que han obligado a ciertos Estados, cuya responsabilidad quedó evidenciada, a reparar el daño cometido contra otros Estados.

Por Marcelo Lorenzo
Publicado en diario El Día, de Gualeguychú, Provincia de Entre Ríos, 21/11/07. http://www.trabajadorescultura.com.ar/cultura/Econ_politica/Notas





Publicado en el diario Times, de Londres, a raíz de la captura de Buenos Aires

Domingo, 12.09.1806 – nuevas buenas en Gran Bretaña

El nuevo gobierno whig (el “Ministerio de Todos los Talentos”) se enteró de la expedición de Beresford el 24 de junio de 1806, cuando le llegó una carta fechada por el general inglés en abril de ese año. El Secretario de Guerra William Windham se tomó un mes para contestar la carta, con la anuencia de Jorge III, manifestándole que como no la expedición no había sido oficialmente autorizada y no se conocían los resultados obtenidos, sólo cabía dar instrucciones generales. Ella eran: si habían ocupado una posición, que trataran de mantenerla y, caso contrario, no insistiera en tomarla; que “no se metiera en asuntos de independencia que pretendían los criollos”. Como cierre, le anunciaba a Beresford el envío de refuerzos al mando del general Sir Samuel Auchmuty. Por otra parte, el Almirantazgo remitió una carta, el 28 de julio, a Home Popham, ordenándole, severamente, que se presentara en Londres para rendir cuenta de lo actuado.

Nota de Aclaración: El gobierno inglés mantuvo en secreto la expedición a Buenos Aires, hasta estar seguro de lo que había pasado en la colonia española. Pero el 12 de septiembre de 1806, tras 57 días de navegar, el Narcissus, al mando del capitán Donelly entró al puerto de Portsmouth, con los partes de Popham y Beresford sobre la captura de Buenos Aires. Por telégrafo visual llegó a Londres esa noche y los diarios se hicieron eco de la noticia, en las ediciones de la mañana siguiente.

Lunes, 13.09.1806 – primera noticia

Captura de Buenos Aires. Oficina del Times. Sábado a las 3 de la mañana.

Por un expreso que acabamos de recibir de Portsmouth, tenemos que felicitar al pueblo por uno de los hechos más importantes de la actual guerra. Buenos Aires en este momento forma parte del Imperio Británico, y cuando consideramos las consecuencias a que conduce por su situación y capacidades comerciales, además de su influencia política, no sabemos como expresarnos en términos adecuados a nuestra opinión de las ventajas nacionales que derivarán de su conquista.
Miércoles, 15.09.1806 – de la prensa británica
“Es casi indudable que toda la colonia del Plata tendrá la misma suerte que Buenos Aires; y de las esperanzas lisonjeras presentadas a sus habitantes, en la proclama del general Beresford, ellos verán que está en su propio interés ser colonia del Imperio Británico”. (...) “Como resultado de semejante unión, tendríamos un mercado continuo para nuestras manufacturas, y nuestros enemigos perderían para siempre el poder de sumar los recursos de esos ricos países a los otros medios que tienen de hacernos daño”. (…) “Este país está ahora en una posición mucha más orgullosa de la que ha estado desde que comenzaron las negociaciones con Francia. En Calabria, la excelencia y superioridad de las tropas británicas han sido demostradas al enemigo y a toda Europa. Por nuestro éxito en el Plata, donde un pequeño destacamento británico ha tomado una de las más importantes y ricas colonias españolas, Bonaparte debe estar convencido de que sólo una paz rápida podrá evitar que toda Sudamérica quede separada forzosamente de su influencia y colocada para siempre bajo la protección del Imperio Británico ¿A qué región del mundo habitable podrá entonces dirigirse para conseguir barcos, colonias y comercios?”.

Lunes, 20.09.1806 – desfile en Londres

“A las siete en punto de la mañana, los Leales Voluntarios Britanos se congregaron en St. James’Square y después de disparar tres salvas prosiguieron hasta Clapham, a fin de escoltar hasta la ciudad el tesoro desembarcado del Narcissus, en Portsmouth” relata un testigo presencial, John Fairnburn “A su llegada a Claphamn encontraron el desfile consistente en ocho carretones, tirado cada uno de ellos por seis caballos, adornados con banderas, pendones y cintas azules. En las banderas estaba inscripta la palabra ‘Tesoro’

Los precedía una pieza de artillería de bronce tomada al enemigo. El primer carretón llevaba el estandarte virreinal del Perú desplegado por un marino real; el segundo y tercero, las enseñas tomadas de los muros de Buenos Aires, y los siguientes, las insignias navales inglesas azuleas, rojas y blancas, mostrando el conjunto la más triunfal y grandiosa apariencia. Durante su procesión hacia la ciudad, los Leales Britanos, al mando del coronel Davidson, marcharon a la cabeza de los carretones y el coronel Prescott con los Voluntarios de Clapham los escoltaron a retaguardia. Una muy excelente banda perteneciente a este último regimiento interpretó durante la marcha ‘God Save the King’, ‘Rule Britannia’, etc., y el corazón de todos los británicos se regocijó ante la visión de la escolta.

Tras haber entrado en Londres se detuvieron en el Almirantazgo y luego prosiguieron por Pall-Mall hasta St. James’Square, donde la procesión hizo un alto ante la casa del coronel Davidson y la señora Davison obsequió un par de enseñas con la leyenda ‘Buenos Aires, Popham, Beresford, Victoria’ escrita en letras de oro sobre seda azul, rodeadas por ramas de laurel. El tesoro pasó luego a través de la city hasta el Banco, donde se depositaron más de dos millones de dólares. En el frente de cada carretón figuraban las palabras ‘Caja del Tesoro’.

En las ventanas se agolpaba una cantidad poco común de espectadores ansiosos por ser testigos del triunfo de la Vieja Inglaterra. El capitán Donnelly, del Narcissus, participó de la procesión en una silla de posta” .

Nota de Aclaración: Ese mismo capitán Donnelly recibió, por entregar el tesoro, 5500 libras como flete, una comisión del 2% sobre el total, sin perjuicio de lo que le tocara como capitán, en la repartición a su ejército por la toma de Buenos Aires.

“El tesoro siguió por la city hasta el Banco de Inglaterra, donde se depositaron más de un millón de dólares”.

Sábado, 25.09.1806 – de la prensa británica

“Tal es la fertilidad del suelo, que Buenos Aires, en poco tiempo será probablemente el granero de Sudamérica”.
(…) “Las mujeres de Buenos Aires se consideran las más simpáticas y hermosas de toda Sudamérica, y su manera de vestir denota un gusto superior” (…) “El comercio de esta región bajo el ordenamiento británico, promete ser sumamente ventajoso para ella, y podría abrir mercados de incalculables posibilidades para el consumo de manufacturas británicas. En la medida en que las cargas impuestas a los habitantes sean disminuidas por el gobierno británico, sus medios de comprar nuestros productos se verán incrementados, y el pueblo, en lugar de permanecer andrajoso e indolente, se hará industrioso, y llegará a la mutua competencia por poseer no solo las comodidades, sino lo lujos de la vida”.

Por Marcelo De Biase

Publicado en:
http://invasionesinglesas.blogspot.com/2006_09_01_archive.html

dp

Referencia:
(1) Ricardo Darío Primo. E-mail: ricardoprimo@ateneohyv.com.ar . Publicado en:
http://www.ateneohyv.com.ar/Contemporanea/Argentina





miércoles, 6 de febrero de 2008

FUTBOL Y NAZISMO

Diario La Nación, de Buenos Aires. Publicado: 05.02.2008 en Weblog Los Especialistas



La historia más tremenda está contada en el libro "Dinamo: Defendiendo el honor de Kiev", del inglés Andy Dougan. El Dinamo de Kiev, el equipo más popular de Ucrania, había desaparecido desde la ocupación nazi. En 1942, muchos de sus jugadores, que habían sobrevivido como prisioneros de guerra, deambulaban por Kiev con hambre, frío y sin trabajo.
Josif Kordik, dueño de una panadería y favorecido en la ciudad por su origen alemán, ve al gigante arquero Nikolai Trusevich, le da trabajo en su panadería y le dice que busque a sus viejos compañeros. Nace así el equipo FC Start.
El nuevo campeonato ucraniano tiene seis escuadras, cuatro que representaban al Eje y uno a colaboracionistas locales. El sexto, FC Start, aplasta a todos sus rivales, se corona campeón invicto y se convierte en el equipo de la resistencia. Para el 9 de agosto de 1942 se fija la revancha contra Flakelf, el equipo de la Luftwaffe. La historia lo denominó "El Partido de la Muerte".
FC Start debía obedecer y perder. Lo ordenaron emisarios que bajaron al vestuario antes del partido y en el entretiempo. Pero primero, en lugar de gritar "Heil Hitler" con el brazo erguido, sus jugadores llevaron los brazos al pecho y gritaron "Fitzculthura", un slogan soviético con vivas a la cultura física.
FC Start ganó 5-3, no obstante el árbitro, que toleró toda clase de agresiones del equipo nazi. Sobre el final, el defensor Ivan Klimenko eludió a rivales y, sólo frente al arco, se dio vuelta y pateó hacia el centro del campo. Humillación total.
Caído Hitler, Ucrania, otra vez dominada por la URSS y las cacerías de Stalin, se apropió a su modo de ese partido histórico. Y contó su historia oficial, según la cual los jugadores de FC Start, aún con sus uniformes de futbolistas, fueron fusilados por los nazis apenas terminó el juego.
El mito se mantuvo. Posteriores relatos lo agigantaron aún más. Hasta que cayó la URSS. Fue el delantero Makar Goncharenko quien contó a Dougan que los jugadores no fueron fusilados cuando terminó ese partido. Es más, jugaron otro y golearon 8-0 al Rukh. Y luego sí comenzó la cacería. Nikolai Korotkykh fue el primero que murió bajo tortura. Los otros diez jugadores fueron enviados al campo de concentración de Siretz. El goleador Ivan Kuzmenko fue ejecutado como represalia por un ataque de partisanos. Lo siguieron Klimenko (el que se negó a marcar el gol) y el arquero Trusevich, que no era justamente el Sylvestre Stallone de Escape a la Victoria (N. de dp) donde también actuó el legendario Pelé y nuestro Osvaldo Ardiles, estrella del fútbol en Inglaterra), el filme de John Houston sobre los prisioneros que escaparon de un campo nazi gracias a un partido de fútbol.
Goncharenko y sus compañeros Tyutchev y Sviridovsky, sobrevivieron porque lograron escapar. La historia que Goncharenko contó a Dougan antes de morir es aún más horrorosa. Ya con Stalin, los sobrevivientes fueron acusados de colaboracionismo por haber jugado fútbol con el enemigo en la Kiev ocupada.
No fueron ejecutados a cambio de silencio absoluto. La historia de heroísmo de FC Start no era del gusto estalinista: los jugadores habían "confraternizado" con el enemigo, su gesto fue una decisión "individual" y, ante todo, eran ucranianos. Un libro en Ucrania (The Final Duel) reflotó los hechos en 1959, pero con la versión de la ejecución inmediata, apenas terminado el juego. Cayó la URSS y Dougan reescribió la historia.
El caso de FC Start tiene su valor ahora que se cumplieron 75 años de la subida de Hitler al poder. Aquí mismo contamos hace un tiempo la historia de Matthias Sindelar, goleador austríaco elevado a mito porque murió de modo misterioso luego de marcarle dos goles a Alemania y de negarse a jugar en la selección anexada.
El libro Los Soldados de Hitler (de Gerhard Fischer y Ulrich Lindner) rompió en 1999 medio siglo de silencio del fútbol alemán y su actuación en tiempos de Hitler. Contó, entre otras, la historia de Julian Hirsch, héroe nacional antes de la subida del nazismo y luego uno de los trescientos futbolistas judíos desaparecidos en los años del horror. Igual que Absjorn Halvorsen, gran jugador, que murió en el campo de concentración de Alsacia, donde fue custodiado por su ex compañero del Hamburgo, Otto Harder, oficial de las SS. Halvorsen, de origen judío, cometió otro pecado. Fue DT de la selección de Noruega que ganó 2-0 a Alemania en semifinales de los Juegos Olímpicos de Berlín 36. Fue el único partido que Hitler vio en la cancha. Pero -según escribió Joseph Goebbels, su ministro de Propaganda- el Fuhrer no toleró el segundo gol noruego y abandonó el Estadio Olímpico seis minutos antes de que finalizara el juego.
Aquellos Juegos de 1936, que el Comité Olímpico Internacional (COI) permitió en la Berlín nazi, marcan una de las páginas más vergonzosas en la historia del deporte. El COI se defendió invocando los triunfos de Jesse Owens, el fabuloso atleta negro nieto de esclavos y que a los 7 años de edad debía trabajar en las plantas de algodón y al que sancionó luego por tacharlo de profesional?. Owens no fue una víctima del nazismo. Pero también él fue discriminado.
Volviendo al fútbol, la Federación inglesa, por orden de su gobierno, obligó a su selección a jugar un amistoso contra Alemania en 1935 en White Hart Lane, estadio del Tottenham Hostpur, club vinculado con la comunidad judía, lo que desató fuertes protestas. La revancha se jugó el 14 de mayo de 1938 en el Estadio Olímpico de Berlín y los jugadores ingleses fueron obligados por su gobierno a realizar el saludo nazi. Al capitán Eddie Hapgood le faltó el coraje que les sobró a los jugadores de FC Start.
La Federación Alemana (DFB), acaso prevenida de que el aniversario de los 60 años de la caída de Hitler provocaría informes comprometedores, publicó en 2001 su propia investigación. El libro, de 473 páginas, se llamó "El fútbol bajo la esvástica. La DFB entre el deporte, la política y el comercio" y fue escrito por el historiador Nils Haveman. "El resultado del estudio era que los trapos sucios del fútbol no eran más que en el resto de la sociedad alemana, es decir, incontables", me cuenta el colega Javier Cáceres, que vivió muchos años en Berlín.
Los clubes Hamburgo, Dortmund, St Pauli y Hertha, entre otros, también publicaron sus propias investigaciones internas sobre su actitud durante el nazismo. Lo hicieron sesenta años después. Pero lo hicieron.
Aun así, cuando ya no hay chances de desconocer el horror, la discriminación convive en los estadios deportivos y llega inclusive a la Fórmula 1, según lo muestran los insultos que sufrió este fin de semana el piloto inglés Lewis Hamilton en Barcelona, lanzados por españoles fanáticos de Fernando Alonso. En el fútbol, donde cada tanto algunos tontos o ignorantes exhiben esvásticas, eso es una costumbre. Si hasta en un programa de fútbol reciente, en un importante canal de cable local, un periodista lanzó como si nada una "reflexión" de fuerte tono antisemita. A ese periodista, como a muchos otros que se burlan de la historia, podría pasarle lo que le ocurrió al jugador Mario Basler cuando la DFB envió a la selección alemana a jugar a Israel. El plantel fue a visitar Yad Vashem, monumento-memoria del Holocausto. Y Basler preguntó a Bertie Vogts, por entonces DT del equipo: "Míster, ¿esto ocurrió de veras?".

Autor: Ezequiel Fernández Moores

Nota de Dp:

Muchas veces es tremendamente difícil corroborar una historia, porque, en este caso, los testigos directos no quieren hacerlo, pero lo que detallo a continuación fue un secreto a voces en su momento.
En el Mundial de 1978 jugado en la Argentina, la selección alemana tuvo como sede de sus partidos la ciudad de Códoba.
Al arribar a la misma y descender del avión directamente a la pista (aún no existíen las mangas de descenso en ese aeropuerto), se encontraron al pie de las escalerillas con una doble fila de personas, todas de edad avanzada, parados en posición de firmes y...haciendo el saludo nazi.
Imaginense la cara de desconcierto de estos jugadores alemanes.
La cuestión es que estas personas mayores eran sobrevivientes del acorazado de bolsillo nazi Graf Spee, hundido frente al puerto de Montevideo por la escuadra inglesa y sus tripulantes alojados en Córdoba, con la condición de no volver a su patria a continuar el combate.
Tuve la oportunidad de ver una fotografía de este extraño recibimiento, aunque fue imposible conseguir una copia. Doy mi palabra de ello.
Esta es otra muestra más de lo vivido en mi querida Argentina, que como otros muchos países, cobijó a nazis.

dp

lunes, 4 de febrero de 2008

AVENIDA DE LOS CAMPEONES



Quiero homenajear con esta propuesta a un amigo entrañable, ya fallecido, que me la sugirió hace algunos años: Osvaldo López, hincha del Club Atlético Independiente y que vivía justo en frente del estadio de su club, sobre la calle Cordero (hoy Enrique Bochini).
El quería, en tributo a la gloria futbolística de nuestra amada Avellaneda, renombrar la calle Alsina, que corre paralela a los estadios de Racing e Independiente (separados por apenas unos 300 mts.), como Avenida de los Campeones.
En un primer momento, dado la importancia de esta calle y el nombre de este personaje histórico del país, pensé que era descabellado cambiar su nombre, pero evaluando que ya lleva el nombre de Adolfo Alsina la plaza principal de Avellaneda, considero que este personaje de la historia nacional se encuentra suficientemente homenajeado en nuestra vecindad.
Aún a pesar de los conflictos y debates históricos que podrán encarar algunos, soy del criterio de identificar las calles, avenidas, plazas y demás manifestaciones de la urbe, con aquellas cosas que identifican, unen o son originarias de la misma, por eso acepto, ahora, el cambio de la denominación de una calle tan tradicional.
Y porqué planteo esta idea ahora en forma pública?.
Entre otras cosas, porque Avellaneda es una ciudad con identidad propia, de las primeras que surgió como área periférica de la ciudad de Buenos Aires y la de mayor actividad industrial en todo el Gran Buenos Aires y en el país (hasta no hace muchos años atrás), pero con una característica muy peculiar: cuanta con solo 360.000 habitantes, pero con, ahora, tres clubes de fútbol en el campeonato de Primera División: el Racing Club, el Club Atlético Independiente y el club Arsenal , que han cosechado en su conjunto más títulos internacionales que cualquiera otra ciudad Argentina y es la segunda ciudad del país, después de Buenos Aires, en cantidad de títulos ganados, pero con casi 8 veces menos de población.
Si esta no es una característica fuera de lo común, cual lo es?.
Por eso propongo formalmente, desde este humilde medio, el nombramiento de Avellaneda como ¨ Capital Nacional del Fútbol Argentino¨ y el nombramiento de la calle Alsina como ¨Avenida de los Campeones¨, como fuente de promoción de nuestro deporte y cultura y símbolo de unidad y tolerancia entre los vecinos, en épocas donde la violencia en el deporte solo divide y no une.

A modo de apéndice ilustrativo les reseño los máximos logros deportes alcanzados por estos clubes:
Racing
Títulos oficiales en la era amateur Primera División: 1913, 1914, 1915, 1916, 1917, 1918, 1919, 1921, 1925.
Títulos en Segunda División: 1910 y Liguilla de Ascenso de 1985
Títulos oficiales en la era profesional en Primera División: 1949, 1950, 1951, 1958, 1961, 1966, Apertura 2001
Títulos Internacionales: Copa Intercontinental 1967, Copa Libertadores de América 1967 , Supercopa Sudamericana 1988 , Supercopa Interamericana 1988.

Independiente
Títulos Oficiales en la era amateur en Primera División: 1922, 1926
Títulos Oficiales en Segunda División: 1917, 1921, 1923, 1927, 1928
Títulos oficiales en la era profesional Primera División: 1938, 1939, 1948, 1960, 1963, Nacional 1967, Metropolitano 1970, Metropolitano 1971, Nacional 1977, Nacional 1978, Metropolitano 1983, 1988/89, Clausura 1994 y Apertura 2002.
Títulos Internacionales: Copa Intercontinental 1973 y 1984, Copa Libertadores de América 1964, 1965, 1972, 1973, 1974, 1975 y 1984, Copa Interamericana 1973, 1974 y 1976, Supercopa Sudamericana 1994 y 1995, Recopa Sudamericana 1995.

Arsenal
Título Internacional: Copa Sudamericana 2007

dp

Nota:
Otros artículos propios relacionados con Racing u otros clubes de fútbol. Buscar en la sección Archivos de este blog (costado derecho, parte superior):


Avenida de los campeones. En Avellaneda (en Febrero de 2008)
Aqua Solarium. Sobre la fallida obra del Club Atlético Independiente (en Diciembre de 2008)
El Renacimiento de un Gigante . Racing (en Diciembre de 2008)
El pueblo quiere saber. Sobre la ciudad Deportiva de Boca Juniors (en Diciembre de 2008)
Daños Colaterales. Entretelones del campeonato de 1951 ganado frente a Banfield (en Diciembre de 2009)
Como se Construyó la Cancha de Racing (en Diciembre de 2012)

domingo, 3 de febrero de 2008

FARRELL: NACIDO EN AVELLANEDA, PADRE DEL PERONISMO


Durante la presidencia de Farrell se sentaron las bases de lo que posteriormente sería el peronismo.

Edelmiro Julián Farrell nació el 12 de agosto de 1887 en Villa Industriales, Avellaneda (hoy Valentín Alsina, Municipio de Lanús), provincia de Buenos Aires.
Su padre fue Juan Celedonio del Corazón de Jesús Farrell, nacido el 15 de Junio de 1846, hijo de Mateo Farrell, natural de Irlanda y de Mónica Ibáñez, quienes se habían unido en matrimonio en la Iglesia de Quilmes en 1843. Tuvieron diez hijos, uno de ellos fue Edelmiro. Se afincaron en Villa Industriales dado sus actividades de campo y se asociaron con vecinos de la zona, donde se dedicaron a la industria.

Edelmiro J. Farrell se sintió atraído por la carrera militar, ingresando a ella en 1908. Entre 1918 y 1920 fue asignado a distintos destinos en la región de Cuyo, zona Andina. Estudió en la Escuela Superior de Guerra y realizó cursos de especialización en Italia. En 1943, cuando tenía el grado de general, colaboró con el General Pedro P. Ramírez (que combatió en la Primer Guerra Mundial en el ejército alemán) en el golpe de estado que derrocó el presidente Ramón S. Castillo. Ocupó sucesivamente los cargos de Ministro de Guerra y de Vicepresidente de la República. En 1944 desplaza de facto a Ramírez y asume la Presidencia hasta 1946.
Su gobierno fue de marcado tono populista, surgido de una revolución con abiertas simpatías por el fascismo y el nazismo, a tal punto que resistió las presiones de los aliados durante toda la Segunda Guerra Mundial colocándose en una falsa actitud neutral. Solo le declaró la guerra al eje faltando pocos días para la rendición del mismo (27 de marzo de 1945).
Del golpe de estado de 1943, de clara tendencia ultra derechista, surgen varias medidas de gobierno que lo pintan perfectamente desde el punto de vista ideológico, como ser: disolución de la Federación Universitaria y los partidos políticos, reimposición de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas y privadas, implantación de una severa censura de prensa, prohibiendo, entre otros medios, la estadounidense TIME que había criticado duramente la neutralidad argentina en la Segunda Guerra. Estableció la veda radiofónica del lunfardo, nuestro argot popular. por considerarlo de origen criminal y moralmente repugnante. Debido a ello las letras de tango debieron modificarse para su transmisión pública. Se nacionalizó la Compañía de Gas, disponiendo inmediatamente una reducción importante en las tarifas, en clara medida demagógica.
Bajo su Presidencia se creó el municipio de Lanús, en ese momento denominado como "4 de Junio", en honor al golpe de 1943 que terminó encumbrándolo, dividiendo así el municipio de Avellaneda, y lo que es peor aún, la unidad barrial de Gerli, que hasta el día de hoy sigue dividido tan artificialmente. Su barrio de nacimiento pasó a jurisdicción del nuevo municipio.
El gobierno de Farrell incluyó al entonces joven coronel Juan Domingo Perón, en la Vice Presidencia de la República, y antes en la Secretaría de Previsión Social y el Ministerio de Guerra, desde donde éste construye su carrera pública y arma la estructura sindical que lo lleva al poder posteriormente. A raíz del crecimiento político desmesurado de Perón, Farrel ordena su arresto y reclusión en la Isla Martín García, dando con esto el pretexto para que los sindicatos reaccionaran y se movilizaran, originando así el movimiento del 17 de Octubre de 1945.
En las elecciones celebradas en 1946 triunfó Perón con el apoyo, ahora oportunista, de Farrell.
Se retiró posteriormente de la vida política en 1947 y murió en la ciudad de Buenos Aires el 31 de octubre de 1980 los 93 años de edad.
En 1998 fue inaugurado un monumento a Farrell en Lanús ubicado frente al edificio del Palacio Municipal. Este Municipio fue gobernado ininterrumpidamente por el peronismo desde 1946 hasta hoy en día.

dp

Fuentes:
http://www.entradagratis.com/DatoMuestra.php?Id=30322&pagina=9
http://www.lanusweb.com/Historia, Museo y Archivo Histórico Municipal «Juan Piñeiro» - Bibliografía:
Del Pago del Riachuelo al Partido de Lanús - De Paula, Alberto S.J. Gutiérrez, Ramón. Partido de Lanús - Nuestro Habitat- Hipoliti María D. Nueva Historia de Lanús - José Levitan
http://www.lmneuquen.com.ar/08-01-23/n_especiales
http://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Pablo_Ramirez


Intervención en el programa "En la Mira", de FM SECLA 104.7, el 6/6/2017: