Entre el bosque y el olvido: el caso de Vasily Rambowski y la persistencia del cautiverio más allá de la Segunda Guerra Mundial.
El hallazgo en marzo de 1947 del prisionero de guerra ucraniano Vasily (Vasyly) Rambowski, oculto durante casi tres años en los bosques de Trøndelag, Noruega, constituye uno de los casos más singulares de supervivencia prolongada e involuntaria tras el colapso del Tercer Reich. A diferencia de otras historias de combatientes que permanecieron escondidos por convicción o desconocimiento —como los célebres soldados japoneses Hiroo Onoda o Shoichi Yokoi—, la prolongada clandestinidad de Rambowski se explica por la combinación de trauma extremo, desarraigo lingüístico, miedo fundado a la repatriación forzosa a la URSS y una excepcional capacidad de supervivencia desarrollada desde su infancia en la Ucrania del Holodomor.
La Segunda Guerra Mundial generó millones de desplazados, prisioneros y combatientes desarraigados. Si bien la capitulación alemana en mayo de 1945 marcó el cierre formal del conflicto europeo, para muchos individuos el fin de la guerra fue un proceso discontinuo, condicionado por fronteras cambiantes, estructuras represivas como el NKVD y el temor —a menudo justificado— de persecución política. El destino de Rambowski ilustra cómo la victoria militar no significó necesariamente la reintegración inmediata de quienes habían sido absorbidos por la maquinaria bélica.
Vasily Rambowski nació en Rybky, Ucrania, región azotada por el Holodomor (1932–1933). La hambruna forzada no solo configuró un trauma temprano sino también habilidades de supervivencia en condiciones ecológicas y sociales extremadamente adversas, elemento clave para entender su resistencia posterior en los bosques noruegos.
En 1939, Rambowski se incorporó al Ejército Rojo, y fue hecho prisionero durante la ofensiva alemana de 1941. Su paso por campos de prisioneros en Polonia y Alemania se inscribe en la política genocida aplicada por la Wehrmacht y las SS contra los prisioneros soviéticos, cuya tasa de mortalidad superó el 50%. Haber sobrevivido a ese circuito de violencia biopolítica ya situaba a Rambowski en un grupo reducido.
En 1944 fue trasladado al campo Moan, cerca de Levanger (Noruega), uno de los varios enclaves destinados a prisioneros soviéticos utilizados en trabajos forzados bajo supervisión alemana.
En otoño de 1944, Rambowski escapó del campo sin mapas, sin lengua común (no hablaba alemán ni noruego) y sin conocimiento del territorio. Las circunstancias explican que la huida no derivara en una búsqueda de contactos locales o resistencia organizada, sino en una desaparición literal en el paisaje.
Durante dos inviernos, Rambowski vivió casi en completa soledad en los bosques del área de Trondheim, sobreviviendo mediante, recolección de alimentos, refugio improvisado en cobertizos o graneros abandonados, ropa improvisada y extremadamente deteriorada (lachmans), robos ocasionales en granjas cercanas.
Su resistencia fisiológica y psicológica resulta excepcional, comparable a la de otros individuos sometidos a aislamiento prolongado —pero sin el apoyo logístico o cultural que caracterizó a los soldados japoneses ocultos en el Pacífico.
Rambowski fue encontrado por casualidad en un granero en Bymarka, cerca de Trondheim. Las fuentes describen a un hombre, aterrorizado, extremadamente demacrado, con percepción alterada del tiempo y firmemente convencido de que la guerra continuaba.
La fotografía tomada por la policía —donde se observa cómo se le entrega un ejemplar de Pravda para demostrarle que la guerra había terminado— simboliza el encuentro entre dos temporalidades: la del mundo ya en reconstrucción y la del soldado que aún vivía en un estado de supervivencia bélica.
El temor de Rambowski ante una posible deportación a la URSS no era irracional. El gobierno soviético consideraba a la mayoría de los prisioneros de guerra como potenciales traidores bajo la Orden Nº 270 y posteriores regulaciones del NKVD. La deportación a campos de filtración o incluso al Gulag fue habitual.
Por ello, Rambowski afirmó ser polaco y se negó a la repatriación. Su negativa coincide con decenas de miles de casos de prisioneros soviéticos que buscaron evitar el regreso forzoso.
Una posguerra difícil: marginalidad, institucionalización y fragilidad psicológica.
Establecido en Noruega, Rambowski nunca logró una plena inserción social. Su vida osciló entre: periodos de indigencia auto voluntaria, internamientos psiquiátricos forzosos, ataques de paranoia, pequeños delitos como robos y momentos de mayor estabilidad en los que incluso formó una familia y tuvo una hija.
Su progresiva desorientación social es coherente con el trastorno traumático complejo que afectó a numerosos supervivientes de campos de prisioneros soviéticos y alemanes.
En 1962, compareció ante la justicia por fugas, robos y hurtos en las zonas de cabañas de los alrededores de Levanger. Fue condenado a cinco años de prisión. Durante el juicio, conoció a Birgitte, con quien se casó y tuvo una hija, Anita. La familia vivía en Lillehammer. Rambovski quedó traumatizado por las experiencias de la guerra y sufrió problemas de salud mental. El matrimonio terminó.
Después de cuatro años, regresó a Levanger y trabajó en una granja. Quienes lo conocieron lo describieron como un hombre inteligente y amable. En 1970, Rambovski recibió la ciudadanía noruega y una pensión de guerra. Compró una pequeña granja en Nesset, Levanger, y comenzó a criar conejos.
Con la independencia de Ucrania en 1991, Rambowski finalmente confesó su verdadera nacionalidad. Inició los preparativos para volver a su pueblo natal, pero falleció poco antes de su viaje en 1992. Solo una hermana menor, residente cerca de Odesa, sobrevivía en Ucrania.
El caso de Rambowski pertenece a un grupo heterogéneo de individuos cuyo aislamiento posbélico se prolongó durante años. Entre los ejemplos más conocidos se encuentran.
Soldados japoneses del Pacífico
-Hiroo Onoda, encontrado en Filipinas en 1974, convencido de que la guerra continuaba.
Aunque sus motivaciones diferían —obediencia al código militar y falta de información—, comparten con Rambowski el elemento de desconexión temporal prolongada.
Miles de ex-prisioneros del Ejército Rojo intentaron evitar la repatriación entre 1945 y 1947 debido a la represión del NKVD. Algunos se ocultaron durante años en Europa occidental, integrándose en comunidades campesinas o de desplazados.
En Francia y Alemania se documentaron casos de soldados errantes que vivieron como vagabundos durante años después de 1945, incapaces de reintegrarse o temerosos de represalias.
Un caso particularmente similar es el de Johann Scheer, un soldado alemán que vivió oculto en Baviera hasta 1951 por miedo a represalias aliadas.
Estos paralelos permiten situar el caso Rambowski en un espectro más amplio de desajuste bélico prolongado, donde la frontera entre guerra y paz se difuminó en la experiencia individual.
La historia de Vasily Rambowski evidencia cómo la experiencia de la guerra puede extenderse más allá del conflicto armado y transformarse en una condición vital que altera identidades, percepciones y trayectorias biográficas. Su prolongado aislamiento en los bosques noruegos, su resistencia a la repatriación, sus dificultades de adaptación y su muerte justo antes de reencontrar su hogar reflejan una vida marcada por la violencia estructural del siglo XX.
El estudio de casos como el suyo —y de otros soldados que permanecieron “fuera del tiempo”— permite comprender que la Segunda Guerra Mundial no terminó realmente en 1945 para todos. Para ciertos individuos, como Rambowski, la guerra continuó en el interior de su mente y en los márgenes de la sociedad durante décadas.
Fuentes y lecturas:
https://s2pu.com/.../the-history-of-ukrainian-prisoner-of...
https://digitaltmuseum.no/021016.../pagripelse-av-losgjenger
-Lowe, Keith. Continente salvaje: Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2014.
(Profundiza en el caos social y la violencia que persistió en Europa entre 1945 y 1947.)
-Judt, Tony. Posguerra: una historia de Europa desde 1945. Madrid: Taurus, 2006.
(Análisis estructural del continente en los años de desmovilización y reconstrucción.)
Fuente: @Vientos de Guerra: Segunda Guerra Mundial
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