martes, 5 de enero de 2010

¿OBAMA NOBEL DE LA PAZ?


Business is business

¿Barak Obama premio Nobel de la paz?, cuando Estados Unidos tiene dos países invadidos en estos momentos y prisioneros detenidos en forma ilegal y bajo tortura en la base de Guantánamo. ¿Qué criterio de elección aplicaron los responsables de la entrega de tan importante premio?
¿Es que solo somos incoherentes los argentinos o los incivilizados tercermundistas?. Parece que no.
Abundan los ejemplos por todo el mundo, pero llaman más la atención las incoherencias de aquellos países que se autoproclaman desarrollados y hasta civilizados, defensores de la libertad, de la democracia, de la ética en la práctica de los negocios.
Esos mismos países luego invaden a otros en defensa de los valores occidentales y hasta cristianos.
No dudan en aliarse a un criminal como Stalin para enfrentar a otro como Hitler. Abastecen de armas a enemigos asumidos para enfrentar a otros enemigos potenciales, caso de la guerra entre Irak e Irán, cuando Israel, aliado y abastecido por Estados Unidos, tomó partido por el primero de los contrincantes. O el caso de Bin Laden, apoyado por Estados Unidos cuando la invasión soviética a Afganistán.
Van a Colombia con el argumento de combatir el narcotráfico, cuando lo fomentan en estos momentos en Afganistán, previo paso de hacer caer al régimen talibán, que desterró casi por completo el tráfico de heroína. A Colombia no fueron a preservar la salud mundial, solo fueron a cuidar su negocio, como principales consumidores y traficantes del mundo.
De esto aprendieron mucho de los ingleses, único estado del mundo que fue a la guerra, contra china en el siglo XIX, para imponer el monopolio del opio. El banco HSBC se fundó sobre los cadáveres de este episodio.
Muchos industriales primermundistas, hoy respetables hombres de negocios, son los continuadores de aquellos que practicaron actos comerciales, con unos u otros, según las conveniencias del momento.
Coca Cola y Ford, durante la 2da. Guerra Mundial en Alemania, se reconvirtieron y continuaron trabajando al servicio del dinero, no de los intereses patrióticos. Mercedes Benz, empleaba trabajadores esclavos que cuando dejaban de producir eran mandados a los campos de exterminio alemanes. Hugo Boss, con todo su glamour, creció fabricando los uniformes de las SS.
Los intereses son los intereses. Los negocios son los negocios. Frases que justifican todo, para algunos.
Mandan veedores a las elecciones de otros países, pero hacen la vista gorda cuando Bush hijo es elegido fraudulentamente en la primera elección de este.
Fiscalizan la economía a través del Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, pero se tragan la quiebra de Enron o la estafa más grande del mundo perpetrada por Bernard Madoff. Explotan sus bancos ante la crisis inmobiliaria o quiebran sus empresas más emblemáticas, como General Motors, pero le dicen a todos que son unos corruptos o no saben manejar sus economías.
Estados Unidos e Inglaterra invaden países falsificando los argumentos para hacerlo, como la existencia de armas de destrucción masiva en Irak. Mienten, pero matan. No pagan las consecuencias por la mentira y mucho menos por los muertos.
Son aliados en la guerra de las Malvinas y buscan a un dictador como Pinochet para intentar dar una escocada por la espalda a la Argentina.
No importa con quien estoy ni a quien apoyo, siempre y cuando me sirva, para ser la consigna.
Derrocan gobiernos, instauran democracias o dictaduras, según las conveniencias.
No tienen moral, solo intereses o negocios, pero se atreven a señalar y reprender a todos.
Ahora en nombre de una posible paz o inclinaciones hacia la paz, según los suecos, le dan el premio Nobel a Obama, como cuando a Churchill le dieron el de Literatura, cuando escribió una sola obra en toda su vida.
Premio de anticipación, le llamaría, o por sus intenciones. Pero no sea cuestión que el día de mañana Obama mande a matar nuevamente, ahora creyendo que le darán otro premio o directamente la llave del cielo.

dp