jueves, 22 de mayo de 2008

GASTRONOMIA MOLECULAR




Cocina y gastronomía no son la misma cosa. La cocina es el arte y la ciencia de preparar los alimentos humanos; la gastronomía es una disciplina contemporánea interesada en el conocimiento de todo lo que tenga que ver con la nutrición humana. De tal forma: la gastronomía molecular es un aporte de la gastronomía al sistema de la(s) cocina(s). Es un salto tan grande como el que va en el rock de Elvis Presley a Grateful Dead.
La gastronomía no tiene que ver nada más con modas alimentarias, ni con preparar comida lujosa. Es más bien el entendimiento humanista radical de la comida.
Y la “gastronomía molecular” es el conocimiento de la química y la física que se encuentran detrás de la preparación de cualquier platillo. Saber por qué se transforman los productos cuando se les calienta o enfría, por qué se vuelve firme una mayonesa o por qué cuaja una tortilla de huevo. Para aprovechar mejor esa información y hacer mejor el trabajo y el placer de la cocina.
La humanidad se transforma de modo sorprendente como resultado de los cambios alimentarios que hemos vivido durante los últimos tres siglos; de modo que pasamos de ser mil millones de habitantes del planeta a principios del siglo XIX, hasta ser ya casi siete mil millones a comienzos del siglo XXI. Nunca antes se dio un aumento tan significativo en la población del mundo, por ello se habla de una revolución demográfica. Y en ello ha sido decisiva la cuestión de la comida, pues constituye el fundamento fisiológico de la existencia humana.
Hoy día no sólo comemos mejor que antes, sino que mucha gente lo hace de modo excesivo. Y esto no quiere decir de ningún modo que las cosas estén bien o mal, sino que hay más gente en el mundo porque estamos comiendo más y mejor.
Aunque, entonces, los procesos culinarios de la humanidad se han mantenido muy uniformes desde hace unos tres mil años. Se cocina con fuego, poniéndole sal a la comida y con cazuelas, morteros, cuchillos y cucharas. Hay recetas que se cocinan igual desde hace mil años cuando menos. Por supuesto, se han ido agregando muchos ingredientes y las combinaciones de recetas parecen infinitas, del mismo modo en que ahora empleamos gas para cocinar. Sin embargo, lo esencial de la cocina se conserva constante desde hace mucho tiempo.
De ahí, la novedad trascendente de esta cocina molecular. Cambia todo. Sus productos pueden ser falso caviar hecho con alginato de sodio y calcio, sorbetes flameantes, espagueti hecho con vegetales, y helados instantáneos, congelados por medio de nitrógeno líquido.
Pero esta nueva figura de la práctica de la cocina no se reduce únicamente a cuestiones de élite y de restaurante de autor; tiene más que ver con la voluntad de mejorar la alimentación real de todo mundo. Una cuestión donde resulta crucial la voluntad de emplear nuevas fuentes de energía, como la electricidad en los hornos de micro-ondas. Más la infinidad de productos de laboratorio que ya hoy día consumimos en la comida diaria, como los cereales de maíz tostado, el chocolate en polvo y el café instantáneo.

Historia

La disciplina universitaria que plantea esta gastronomía molecular comenzó a tener vigencia mundial hace poco tiempo. Quienes se consideran sus creadores base, Nicholas Kurti y Hervé This, comenzaron a impartir su enseñanza en 1988. Pero en muy poco tiempo ya tiene repercusiones mundiales, sobre todo en lo que refiere a la comida del futuro, una cuestión central para la existencia humana.
Aunque desde hace siglos hay gente dedicada a la ciencia de los alimentos, la novedad de esta gastronomía molecular se manifiesta en los procesos culinarios. La cocina se transforma efectivamente en un laboratorio de química avanzada, ya nada tiene que ver con el fogón de los abuelos. Se cocina con nitrógeno, en tubos de ensaye y empleando sopletes, pipetas, hielo seco y jeringas.
Los naturalistas orgánicos y los ecologistas verdurita, lo mismo que los grandes chefs de la cocina clásica a la francesa, desprecian por completo esta gastronomía molecular, dicen que hace comida para astronautas de película de ciencia-ficción pero no para el gusto de los seres humanos, también dicen que la cocina molecular hace comida para gente que no tiene hambre. Sin embargo, cada vez hay más y más gente comiendo productos de esta gastronomía molecular, tanto en los restaurantes más caros como en las cocinas familiares, por ejemplo: como cubitos de caldo de pollo o como café instantáneo.

Fuente:
tecege.blogspot.com/2007/03/gastronomia-molecular


Mixología Molecular
Así como existe la tendencia en gastronomía conocida como “Cocina Molecular”, en estos días leía como a la hora de la preparación de cócteles y bebidas espirituosas hay toda una nueva corriente que inglés han denominado Molecular Mixology (Mixología Molecular).
Al igual que en el caso de la cocina molecular, la idea es hacer preparados valiéndose de técnicas y análisis químicos para obtener un resultado. En la coctelería en general siempre ha habido algo de ciencia y un buen ejemplo serían preparados como el pousse café en donde la viscosidad y densidad de los líquidos involucrados logran la apariencia de la bebida.
En el New York Times hay un artículo publicado recientemente que habla de algunos bartenders y chefs en los Estados Unidos que están utilizando espumas y técnicas como la esferificación en el preparado de cócteles, sin embargo es una corriente que apenas comienza y donde nuevamente la influencia del chef Ferran Adrià está presente.


Pousse Café
El arte de la coctelería es la parte artística de cualquier bar, así como lo pueda ser el diseño gráfico en la informática, o la pintura decorativa en el mundillo de las brochas y pinceles. Y si en alguna bebida el barman ha de ser más habilidoso que en otras, esta es sin duda el Pousse Café. Una mezcla que consiste en formar capas de distintos colores con los diferentes licores a modo de arco iris. Algo a simple vista impresionante e impactante.
¿Quieren saber como hacerlo? Es realmente fácil…

Pero primero de todo no se librarán de leer la historia de esta famosa y exhuberante copa.
El Pousse Café, data del último tercio del siglo XIX cuando los barman poco a poco fueron descubriendo las maravillas que podian crear con sus modernas mezclas. Sin embargo no fue hasta la llegada de los años 20, esa década de felicidad y “sueño americano”, cuando las señoras bebían con pajita (popote) este cocktail a modo de elegancia en al hora del café. La pajita servía para seleccionar el licor que preferían y beberse solo esa capa sin estropear las demás. Con el crack del 29, la ley seca y la llegada de la crisis, el Pousse Café decidió hibernar hasta tiempos mejores como los actuales donde es utilizado sobretodo a modo de exhibición.
La técnica utilizada es muy sencilla. Se basa simplemente en la lógica de la densidad de líquidos. Así cuanto más espeso y viscoso sea uno, normalmente más pesará e irá a parar al fondo de la copa y al contrario con los menos pesados. Habitualmente los licores o aguardientes con mayor grado alcohólico pesan menos que los más suaves. Así en la parte baja se trata de utilizar jarabes, la parte media licores de colores vivos de baja graduación y la parte alta reservada para aguardientes o líquidos poco pesados.
La mezcla debe realizarse con una cuchara de bar o algún utensilio que permita vertir los líquidos con suavidad. Además también se puede realizar algún truco como el que se hace en el café irlandés donde se realiza un almíbar de whisky (wisky + azúcar y hervirlo) para que pese y vaya a parar al fondo y el café flote por encima.
Aplicando la nueva ¨ciencia de la mixología¨ se logra un trago idéntico, pero de textura granulada.
Es un cocktail para impresionar a cualquiera.

Receta (damos solo una de las existentes, elaborada en forma tradicional, no aplicando la mixología)

Éste es un cóctel que se hace directamente en vaso; es alcohólico y puede ser de trago corto, medio o largo en función del criterio del establecimiento y de los gustos del cliente. La escuela propone ésta receta como un cóctel de trago corto.
Mise en place: Preparamos la estación central con las bebidas necesarias para elaborar el cóctel (Granadina, Crema de Kiwi y curaçao azul); Además del material necesario para su preparación: los biteros, copa de licor con pie, platillo o posavasos, medidores y cucharilllas de moka.
Elaboración y servicio: En una copita de licor vamos añadiendo las diferentes bebidas, con la ayuda de una cucharilla de moka, para evitar que se mezclen las diversas bebidas que iremos añadiendo; se deberá tener muy en cuenta las diferentes densidades de las mismas.

Fuente:
http://www.directoalpaladar.com/2005/09/08
http://www.gastronomiavasca.net/recipes/recipe

dp

3 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

Comí en el restaurante del Bulli, en Barcelona, y te seguro que no disfrute de esa comida, debo tener un paladar muy plebeyo, porque no le sentí sabor a nada.
Ale Caamaño

Anónimo dijo...

Con todo respeto, esta forma de gastronomía es como un cuadro diseñado por una computadora, es algo perfecto y equilibrado, pero le falta lo que tiene el artista: sentimiento, alma, vida . un plato de comida primero es la parte visual (quizás ahí gana la molecular) luego sigue la olfativa, y en ese momento la memoria trae sensaciones inexplicables que al fusionarse con el gusto explotan placeres y recuerdos que dan una sensación de felicidad. Creo que esto no es un tema de gustos culinarios, detrás de esta comida de mentira, hay intereses de poder.
Walter Notrica