miércoles, 23 de diciembre de 2020

AVELLANEDA CAPITAL NACIONAL DEL FUTBOL




Mucho dudé en publicar este artículo, porque no terminaba de entender las implicancias del mismo. Pero leyendo sobre como el periodismo trató el tema, decidí hacerlo, pero recopilando lo que el propio periodismo dijo.

Rescato el valor cultural y de trascendencia nacional del acontecimiento y sus repercusiones en el futuro, al poner en un plano de jerarquía indudable algo que era visto, pero cuestionado o no asumido completamente.

Avellaneda es lo que es y al tener tanto fútbol circulando por sus calles, tanta pasión que se muestra todos los fines de semana, tanto folclore popularizado, que proviene de un sentimiento condensado en una ciudad mediana en tamaño, pero enorme por lo que representa.

A continuación hago mención sobre varios de los fundamentos que se emplearon para lograr esta ley, mencionando a la propia y a los medios de comunicación de alcance nacional.



El Senado de la Nación convirtió en ley este viernes el proyecto presentado en 2018 por la Cámara de Diputados, que tenía como autora a la representante de la provincia de Buenos Aires por el Frente de Todos, Magdalena Sierra, en el cual se declara al partido de Avellaneda como la Capital Nacional del Fútbol. La votación fue unánime, con 66 votos positivos. 


"Avellaneda cuenta con más equipos en primera división que cualquier otro partido bonaerense, provincia argentina o barrio de la Ciudad de Buenos Aires individualmente. Y es la ciudad más pequeña del mundo en tener dos clubes campeones mundiales. Independiente y Racing", declaró Magdalena Sierra.


En sus considerandos, el proyecto recuerda que “en el partido Avellaneda, apenas separados por 300 metros, se alzan dos estadios, emblemas y símbolos de la ciudad pertenecientes a los Clubes de Racing e Independiente, entidades que hicieron de Avellaneda la ciudad más pequeña del mundo en tener dos clubes campeones mundiales”.


Además, reseña que “en la segunda mitad del siglo llegaron los títulos internacionales” y que las “máximas expresiones del futbol mundial pasaron por el césped avellanedense: Pelé, Cruyff, Beckenbauer, Di Stéfano y Maradona”.


”Los potreros fueron cuna de una larga lista de futbolistas que brillaron en otros países, incluso en selecciones extranjeras: Roberto “Toro” Acuña, Humberto Maschio, Raimundo Orsi, Raúl Bernao, el Polaco (Vladislao) Cap, Abel Herrera, Pedro Catalano y Adrian Czornomaz”, remarca el proyecto.


Además, enumera que tanto en Racing como en Independiente triunfaron futbolistas de la talla de Néstor De Vicente, Alberto Ohaco, el Mariscal Roberto Perfumo, Norberto Raffo, Diego Milito y Rubén Paz, así como Roberto “Pipo” Ferreiro, Osvaldo Mura, Miguel Angel Santoro, Gabriel Milito, Sergio Agüero y Ricardo Bochini.



Racing, Independiente, Arsenal, Dock Sud, San Telmo, El Porvenir y Victoriano Arenas, como entidades que compiten en los torneos de AFA, llevan con orgullo la nueva denominación que ayudaron a construir.


Avellaneda tiene más de 300 clubes de barrio, y es ahí donde los chicos disfrutan de jugar al fútbol. Son los lugares donde, con gran esfuerzo y compromiso, se fomenta el juego y desde donde se construyen valores, compañerismo y solidaridad.


El fútbol, como ningún otro deporte, constituye una actividad de gran importancia para las personas en general y representa una de las fuentes de mayores emociones y pasiones para los argentinos.





La jerarquía que posee el fútbol ante otros deportes, supera las cualidades del juego y se relaciona con la importancia simbólica, económica y cultural junto a la trascendencia que alcanza en el espacio social donde la actividad se desarrolla.


Así, el fútbol es en nuestro país, aún más que en otras partes del mundo, es una fuente de identidad a nivel nacional, provincial y local, así como un lugar prioritario desde donde se genera comunidad a partir espacios  de contención y sociabilidad.


"Creo que Avellaneda, incluso, debería ser declarada como la 'capital mundial del fútbol' por una simple razón: hay dos clubes que fueron campeones del mundo en una ciudad de 300 mil habitantes", expresó Fernando Iglesias, diputado nacional de Juntos por el Cambio, que votó a favor del proyecto.


"No encuentro, más allá de Capital Federal, una ciudad que reúna tantos logros deportivos, tantos clubes y tanta gente en este deporte", afirmó otro Diputado pero del peronismo, Facundo Moyano.




FUENTES: ole.com.ar, inbobae.com, tycspots.com, racingclub.com.ar, magdalenasierra.com.ar, 442.perfil.com




Documental hecho por la Universidad de Avellaneda (copia y pegar en nueva página): https://youtu.be/CyWyv6wJ5qA




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lunes, 21 de diciembre de 2020

FUIMOS...TAMBIEN EN ELECTRONICA

 

La industria electrónica argentina, la de Brasil, y el Mercosur que no fue








Hace algunos años Daniel Arias desarrolló en un blog personal de este editor una crónica en muchos capítulos: la historia de la energía nuclear en Argentina (En AgendAR pensamos en editarla en formato de libro en un futuro no muy lejano).

Necesariamente, también fue una historia de la política tecnológica (y la falta de ella) en Argentina. En estos dos capítulos no escribió de lo nuclear, sino de otra de las tecnologías que formaron nuestro mundo actual: la informática. De lo que los argentinos logramos en ese campo, y de lo que se habría podido hacer con Brasil.

Más importante, es también una indicación de lo que tuvimos, quizás todavía tengamos, la capacidad de hacer.


Oportunidades perdidas junto con Brasil

El matemático Manolo Sadosky, poco antes de su muerte en 2005. Abajo, la primera calculadora CIFRA 211, sobria, bella, irrompible y diseñada por sus alumnos. Entre 1969 y 1976 hizo de la Argentina uno de los 10 mayores fabricantes mundiales de electrónica de oficina.

«1986 pudo haber sido el año de boom de un “Mercosur Informático”. Ventana de oportunidad, la hubo y grandota: el mercado se había reinventado y disparado en los suburbios de Los Ángeles en 1981 con la aparición de las computadoras de escritorio, y Brasil –bajo su gruesa coraza aduanera- se había trepado con solidez a esa rampa. Y nos invitaba a subirnos.

Y no por filantropía. Desde 1979, literalmente entre gallos y medianoche, Brasil había devenido en la gran subpotencia informática regional: partiendo de un 27% de dominio de mercado propio, llegó al 60% en 5 años, los últimos 2 bajo paraguas de una ley de reserva de mercado. Habiendo devorado sus recursos humanos por exceso de éxito, las empresas brasucas, junto con los palacios de Planalto e Itamaraty, pedían urgentemente de la vieja baquía de la UBA en Computación Científica, carrera creada por el clan de Manolo Sadosky en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Y eso era historia vieja: había sucedido en 1962, con la instalación de la primera supercomputadora de la región, la célebre “Clementina”.

Sadosky fue a los números lo que Sabato a los átomos, pero sin ningún paraguas naval, cuando todavía servían. Echado de la UBA por Onganía y luego del país por la Triple A, el irrompible don Manolo volvía en 1983 como Secretario de Ciencia, a recoger los pedazos del sistema científico y juntarlos sin Poxipol, porque el cemento epoxy no estaba en el presupuesto. De todos modos, aunque don Raúl Alfonsín no le diera jamás un mango, Manolo era pasajero inevitable en el avión presidencial.

Los nuevos empresarios informáticos brasileños tenían por fin con quién hablar.

Pero además tenían tema. No sólo querían asociarse a Sadosky y a la UBA, querían sobre todo a sus hijos intelectuales, los dispersos ingenieros argentos de FATE Electrónica, con su extraordinaria experiencia en materiales, electrónica, diseño, fabricación y exportación. Estaban dispersos en el sistema científico, en las industrias o en el exterior.

Esta historia tiene una prehistoria. Desde 1967, los empresarios Manuel y Adolfo Madanes, fabricantes de impermeables desde 1935 (FATE= Fábrica Argentina de Telas Engomadas) y desde 1945, de neumáticos, dominaban el mercado automotor argentino.

En 1967 los Madanes aprovecharon la dispersión de cráneos (en más de un sentido) que desató Onganía en la UBA con su “Noche de los Bastones Largos”. Con la diáspora de renunciantes, los Madanes armaron otra empresa, “un aguantadero electrónico de tecnozurdos”, como la definen con nostalgia incrédula los memoriosos.

Los Madanes eran millonarios y contrataron a los próceres matemáticos e informáticos criados por Sadosky, entre ellos Humberto Ciancaglini y el radioastrónomo Carlos Varsavsky. Los que entonces eran muy jóvenes siguen en la brecha y recuerdan: Alfredo Moreno, que desde ARSAT diseñó en 2014 el software de la plataforma de cine argentino “Odeón”, o el maestro criptógrafo Hugo Scolnik, que dirigió hasta 2014 el Data Center de la firma.

Desde la citada noche de cachiporrazos y hasta la llegada de Martínez de Hoz, durante 9 años, “aquella chusma valerosa” (por decirlo a lo Borges) de Exactas y de Ingeniería, con Varsavsky como Jefe de Nuevos Proyectos, logró implantar la marca CIFRA en casi toda oficina privada o pública argentina y latinoamericana. “Implantar” minimiza todo. CIFRA barrió con la competencia. La pisoteó y pulverizó.

¿Quién era la competencia? La italiana Olivetti ante todo, que tenía el 90% del mercado. Lo perdió. ¿Y Corea del Sur no aprovechó para colarse? Ni pintaba. ¿Qué sabían esos de electrónica? Las firmas a vencer eran la mencionada, más las yanquis Remington, Monroe, Hewlett Packard y Victor, más las emergentes japonesas Toshiba y Sharp. Y derrotadas fueron, desde Tierra del Fuego al Río Grande.

Años de oro de la electrónica argentina: otros fabricantes de calculadoras se sumaron al malón argentinos: CzerwenyDreanTalent. Los equipos de audio Audinac y Holimar eran MEJORES que los japoneses, y sólo les pisaba el poncho alguna marca “very high end” como la yanqui Marantz, la nipona Luxman o la inglesa NAD. Pero lo de FATE-CIFRA era un vendaval. ¿Qué quedó de eso?

Diez años y 30.000 muertos más tarde, en 1986, la de FATE-CIFRA era ya otra épica industrial olvidada en el Gran Alzheimer Argentino, pero los brasileños la recordaban bien.

Sabiendo en peligro su Política Nacional de Informática escrita de apuro en 1984 para decirle “vade retro” a Bill Gates y a sus obras, el presidente Jose Sarney trataba de prolongar el momento de gloria de sus propias marcas. Hablo de Modulo en software, e IGB, Itautec y Bravox en hardware, y varias más que aquí no pintaron nunca.

En 1986, los brasileños habían chocado contra un techo interno: necesitaban no solo de nuestros recursos humanos como de nuestra capacidad de formarlos. Cuando tuvieran que sobrevivir fuera de su corralito, debían salir matando, mandarse “la gran blitzkrieg” brasuca. De modo que decidieron hablar con expertos en invasiones electrónicas fulminantes.

Sí, tal cual, no mire alrededor. Hablo de nosotros.




La gran electrónica argenta

El hombre y la obra: el astrofísico Carlos Varsavsky y las Microcifra 10 científicas, que en 1975 ya se exportaban a Europa. Como concesión a los EEUU, usaban punto decimal, en lugar de coma.

Y así los brasileños le hicieron a Manolo Sadosky la propuesta de la ESLAI, la Escuela Latinoamericana de Informática, para ir formando una mejor base de profesionales en el subcontinente entero. Como les sucedía con los asuntos atómicos, los primos tenían plata y la gastaban a espuertas en abrir y ampliar universidades. Ya empezaban a cosechar ingenieros, y buenos.

Pero eran esclavos de su pasado: les faltaba un siglo entero incubando un sistema educativo público de excelencia de punta a punta. Sadosky era Mariano Acosta + UBA, matemático, físico e informático. Varsavsky era Nacional Buenos Aires + UBA, astrofísico por una parte, y organizador industrial experto en prospectiva. Los propios ingenieros Madanes, una luz para la política y los negocios, jamás habían pisado un aula privada. Eran gente muy polivalente y de un nacionalismo nada declamatorio.

La historia de CIFRA entre 1969 y 1976 todavía eriza la piel. Bajo protección aduanera puesta por Aldo Ferrer durante la presidencia del general Roberto Levingston, y con Julio Broner, líder de la entonces potente Confederación Económica Argentina(CGE) – como para que se mantuviera en tiempos del general Alejandro Lanusse-, aquellos Madanes estaban inventando otra Argentina. Con tecnología 100% salida de la Universidad de La Plata, sin pagar un dólar de royalties a ningún consultor externo, acababan de fundar ALUAR en Madryn. La idea era transformar bauxita importada en aluminio nacional en lingotes. Lo quería la Fuerza Aérea quería para su Fábrica Militar de Aviones de Córdoba, por si había pesto con vecinos y pintaba boicot de proveedores externos.

Como reducir bauxita a metal es un proceso electrolítico que consume barbaridades de energía, a ALUAR Lanusse le construyó “gratarola” la central hidroeléctrica de Futaleufú, en la lejana cordillera, y un electroducto de 330 KV que cruzaba 300 km. de la estepa chubutense. El 99% de la electricidad se la “bebía” la inmensa ALUAR y con el 1% restante, sobraba para iluminar Trelew y Madryn. Paradójicamente, aunque ALUAR refundó Madryn y la hizo lo que es hoy, el único enclave patagónico de valor agregado, después de Bariloche, la Fuerza Aérea nunca le pidió “dural”, aleación de aluminio aeronáutico. No sé por qué razón, lo siguió importando (siempre le gustó importar). Pero el país empezó a exportar aluminio en lingotes a lo pavote, y como sobraba capacidad instalada, además se llenó de cerramientos, autopartes y matricería de aluminio argentino.

En el cenit de su poder económico, político e intelectual, aquellos Madanes y los discípulos de Sadosky hicieron de CIFRA uno de los 10 mayores fabricantes de calculadoras del mundo. Sí, leyó bien. Y la firma, conste en actas, no era un armadero fueguino: tenía tecnología propia integrada verticalmente: impresoras, memorias, carcazas… ¡Diseñaba sus propios chips con sistemas CAD en 1970! ¡Y los fabricaba, junto con los “leds” de las pantallas, en una planta de 1400 personas!

¡Y qué innovación! De 1973 a 1974, las CIFRA pasaron de tener 150 circuitos integrados a sólo 7, y mayor potencia de cálculo.

Aquellas máquinas tenían una impecable belleza y no había modo de romperlas. Literalmente hidrolavaron y rasquetearon del mercado nacional a Olivetti, IBM y Phillips, para luego inundar el latinoamericano hasta el Río Grande. Mientras en casa CIFRA era dueña del 50% de las ventas, en México, capturó el 30% en las barbas mismas del Tío Sam. En la orilla norte del Río Grande, Texas Instruments, «encantada». El único mercado donde las “multis” del Hemisferio Norte le lograban armar una especie de Línea Maginot era… je, Brasil. ¿Cómo nos iban a olvidar, los vecinos?

En 1975 las CIFRA ya cruzaban el Atlántico rumbo a dos países de Europa, gracias a la “MicroCifra”, la segunda calculadora de bolsillo de la historia después de la Hewlett Packard 35, y la primera con capacidad de operaciones científicas y financieras. Aquí copó la región de movida, para desconcierto de Japón, que estaba llevándose puesto el resto del planeta con Casio, Canon, Sharp y Sanyo.

Cuando se quisieron acordar, los Madanes tenían 400 distribuidores en Argentina, unos 100 más afuera, y las maquinitas criollas pintaban hasta en la República Federal Alemana. El 30% de la producción se exportaba. El 15% de las utilidades se invertía en Investigación y Desarrollo.

La craneoteca de FATE Electrónica tramaba ya la serie 1000, una proto-PC de escritorio, sin teclado gráfico o pantalla independiente. Ahora el rival a barrer era IBM y el nicho computacional, el de las máquinas “mainframe”. La FATE 1000 tenía la potencia de cálculo de una IBM 370, la cual en comparación, por tamaño y forma, parecía una heladera adosada a un piano. La maquinita criolla intentaba una revolución conceptual: subir todo ese mazacote a un escritorio, e intentar la transformación de la computadora como bien de capital en otro de consumo.

Y ahí quedó. En la búsqueda de ese cambio de paradigma, la CIFRA 1000 no llegó a enfrentarse jamás con IBM. Tampoco pudo batirse con un adversario aún más elegante, avanzado y temible, un artilugio modular con pantalla, teclado y mouse, que dos hippies de nombre Steve y apellidos Jobs y Wozniak respectivamente, pergeñaron en un garaje de Los Altos, suburbio de Los Ángeles. Hoy el lugar es sitio histórico: fue la cuna de la Apple II, que vendió unas 6 millones de unidades y cambió la historia de Jobs, de Wozniak y del mundo.




La Apple II y la CIFRA 1000 coincidían en ser aparatos difíciles de imaginar para los ingenieros en sistemas, y casi amigables para quienes no sabemos un comino de computación. Jobs y Wozniak sacaron su producto sin el respaldo financiero e industrial de Madanes, pero en un ecosistema económico y tecnológico de inmensa potencia: el californiano, protegido y mimado de mil maneras directas e indirectas por la DARPA y el Pentágono. A los Madanes, en cambio, se les estaba incendiando el país. Varsavsky se tuvo que rajar a los EEUU cuando mataron a su sobrino David, y con muchas amenazas de muerte encima. Murió allí como lo que había sido antes: un radioastrónomo académico.

Jobs dejó este mundo en 2011 sin haber siquiera oído de la marca CIFRA. El diseño de la ya antideluviana 211 tenía ese minimalismo “cool” de Apple. Pero esa firma (hoy la más valiosa del mundo) nunca pasó por el Rodrigazo y trascartón, por el industricidio traccionado a genocidio de aquel otro hijo de su madre, para quien era lo mismo producir aceros o caramelos, esquelético señor con apellido de hoz pero guadaña de Parca, quien con su apertura de de aduanas, de chupaderos y de financieras exterminó no sólo a miles de personas y empresas, sino también la noción misma de capitalismo tecnológico en Argentina.

Lector@s, no me fumé nada raro. Cualquiera que supere los 60 vio y usó las máquinas CIFRA. Quien conserve alguna, que la cuide: son objetos de culto en Internet. Cuando en 1978 las primeras Apple II llegaron a la Argentina, más como chiche de ricos que otra cosa, los restos mortales de FATE Electrónica fueron comprados por la firma japonesa electrónica NEC. Para su entierro.

Pero quién nos saca la copa del Mundial ’78, eh?


Autor: Daniel E. Arias

Fuente: https://agendarweb.com.ar/2020/12/20/la-industria-electronica-argentina-la-de-brasil-y-el-mercosur-que-no-fue/

20 diciembre 2020


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domingo, 20 de diciembre de 2020

ENTREVISTA EN RADIO KESHET DE ISRAEL

 



Programa 48:

Charla con DANIEL PENA

Periodista, Escritor, Investigador Historico y Especialista en Simbología sobre  el mundo de los símbolos y la historia Argentina


Escúchalo en www.radiokeshet.com


MARTES 22/12

19 hs Israel

18 hs España

14 hs Arg y Urug

13 hs Bolivia

12 pm Miami NY


Conducido por Eduardo Seleson


Para escuchar esta emisión copiar y pegar en una nueva página el siguiente link:

https://www.mixcloud.com/RadioKeshet/el-rincon-de-eduardo-p48/



Muchas gracias a Radio Keshet y al querido amigo Eduardo Seleson por permitir publicar esta grabación.


#RadioKeshet #radioenisrael #monicayalon  #eduardoseleson #radioonline #danielpena

Radio Keshet Israel en español y portugués



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sábado, 19 de diciembre de 2020

TEORIAS DE LA CONSPIRACION





¿Por qué triunfan las teorías de la conspiración y negacionistas?


Autor: Miguel Pastorino  18/12/2020



Que si el COVID no existe, que si el Papa Francisco es masón, que si la tierra es plana y nos han engañado, que si oscuras fuerzas gobiernan el mundo...

Todo el tiempo me llegan consultas de personas para saber si es verdad que el Papa Francisco es masón; o si es verdad que un científico norteamericano dijo que el Covid no existe, y si es verdad; porque “hay un video en internet” que dice que “las vacunas se hacen con embriones humanos abortados” [Es cierto que en algunas, en la fase de investigación, se han utilizado líneas celulares procedentes de abortos realizados en 1970, y de ahí la reserva de la Iglesia, N.d.E.]. Y la verdad, no nos da la vida para responder al tsunami de noticias falsas, sobre todo respecto al Covid, que saturan nuestras redes sociales.


Las teorías conspirativas ofrecen explicaciones simplistas y reduccionistas para comprender fenómenos complejos que generan una gran incertidumbre, angustia y ansiedad en la población. Por ello son muy seductoras en tiempos de crisis.

Es mucho más fácil si todo es parte de un plan, sea de parte de Dios, de la Virgen María, de los Illuminatti, de la Masonería, del demonio, de los extraterrestres o de un grupo de magnates que dominan la tierra en las sombras. Si es así, todo es más fácil de entender.

En una sociedad donde se estimula la rapidez en la información, la brevedad y la mayor simplicidad, van desapareciendo los matices, los grises donde las cosas no son blanco o negro, buenas o malas.



Saturación de información

La complejidad del mundo en el que vivimos, donde la información disponible no solo es indigerible e inabarcable, sino que no es fácil corroborar su veracidad, predispone al escepticismo por saturación.

Y a su vez, provoca la necesidad de crear relatos simples, donde los males tienen una sola causa y donde el enemigo está perfectamente identificado y es el culpable de todo. La pereza para pensar simplifica la realidad.

La sospecha sobre las propias raíces y tradiciones, la sospecha sobre la ciencia y las instituciones abre la puerta a una gran ingenuidad y credulidad a discursos que simplifiquen los problemas, sin importar la fuente. Si alguien habla mal de las voces “oficiales”, debe tener razón, se piensa.

Y para completar el cuadro, la inteligencia artificial a través de las redes sociales nos muestra lo que es más atractivo y lo que más se consume, por lo cual las noticias falsas y las teorías conspirativas tienen más presencia que la investigación seria y la formación crítica que surge desde la producción académica.


¡Pero el que lo dijo era doctor!

Hoy uno puede encontrarse con personas formadas, profesionales de todas las áreas imaginables, que adhieren a teorías conspirativas, con un discurso paranoide, que llegan a negar la evidencia científica con el pretexto de que “estamos siendo engañados por un complot de dimensiones globales”.

Sin embargo, aunque todos sus colegas estén siendo supuestamente “engañados o sean parte del engaño”, solo ellos, los nuevos profetas que quieren liberar a la humanidad de su ceguera y “mostrar la verdad”. Se apoyan en su formación y ciencia para afirmar una interminable lista de absurdos que antes uno solo podía escuchar de un líder sectario con delirio paranoide.

Hay conferencias de profesionales de la salud diciendo que una vacuna “va a modificarnos genéticamente”, o que “van a instalarnos un microchip para controlarnos”, o promoviendo el consumo de sustancias tóxicas como la supuesta cura del Covid19 e incluso de cualquier otra enfermedad.

Si ya había una larga lista de pseudociencias y pseudoterapias, dietas milagrosas y sanadores mágicos, la crisis creada por la pandemia del Covid19 los ha multiplicado en ambientes hasta ahora impensables. He leído y escuchado a médicos, abogados, sacerdotes católicos, pastores evangélicos, gurús, psicólogos y profesores, adherirse a estos relatos. E incluso repetirlos sin el más mínimo sentido crítico, sin investigar las fuentes.

Y es que, en momentos críticos y complejos, que todo tenga una explicación sencilla da tranquilidad y se construye fácilmente un enemigo identificable. Además, estas teorías ahora pueden amplificarse a través de las redes sociales, llegando a un público impensable hace tan solo unas décadas.


Conspiraciones apocalípticas

A esto se le agregan relatos con teorías extraterrestres, profecías astrológicas, y una conspiración global que incluiría al Vaticano, la Masonería y la OMS.La inmanejable cantidad de información falsa que circula en las redes sociales, sobre los temas más variados, permite que se llene de contenidos delirantes presentados como la última investigación científica o la revelación de un secreto que “los poderosos del mundo no quieren que se sepa”.

Lo más aburrido para los “conspiranoicos” es la realidad, porque es siempre más compleja que las teorías de “buenos y malos” y seguro menos atractiva para explicar, por eso menos creíble cuando escasea el pensamiento crítico.

Nadie va a negar la existencia de personas y grupos que se benefician de desgracias ajenas, ni la existencia de organismos internacionales que presionan a los Estados con determinadas políticas públicas, ni de que existan agendas que quieren imponerse. Pero eso no es evidencia de una conspiración mundial de dimensiones apocalípticas. Parece una novela de Dan Brown, pero lo viven como real.

En el ambiente New Age y sus derivados de pseudoterapias mágicas, son también incontables las personas que predican contra la medicina; y que nos invitan a optar por frenar el virus con ejercicios de meditación y pensamientos positivos, evitando así el contagio “gracias al poder de la mente”.

En este tipo de literatura o conferencias se alimenta la desconfianza en los tratamientos médicos, se promueve la desconfianza en las vacunas y se prometen “secretos” que vencen cualquier mal. Porque en general enseñan que todos los problemas vienen solamente de nuestros pensamientos, de la falta de fe o de un desequilibrio de nuestro mundo emocional.



La construcción de la teoría del complot

La fascinación y el dramatismo que tiene la historia se sostienen en su imprevisibilidad. De hecho, planes preparados durante años pueden fallar por las circunstancias y los incontables factores que entran en juego en situaciones impensables. Incluso incidentes insignificantes y no planeados pueden cambiar el curso de los acontecimientos históricos.

el desconcierto que generan fenómenos imprevisibles o situaciones dramáticas difíciles de comprender, les llevan a pensar que las cosas no son como nos las cuentan y que no nos están contando la verdad de los acontecimientos.

Los constructores de teorías del complot entienden que todos los acontecimientos aparentemente imprevistos fueron cuidadosamente preparados por personas que viven en las sombras, organizando la historia como un verdadero complot.

Siempre el relato será fácil de explicar, encontrando analogías con otras historias, coincidencias extrañas y siempre se hace en forma reduccionista, porque todo se reduce a pocos elementos ocultos y simples, que solo un pequeño grupo de valientes sale a comunicar. Pero obviamente ya anuncian que “no les van a creer”.

En la investigación histórica no pueden negarse los microcomplots, donde acontecimientos como la Revolución Francesa o la Revolución Bolchevique, no fueron espontáneos. Pero aún así, siempre tienen sus límites y los acontecimientos terminan yendo más lejos de cualquier plan orquestado, ya que el juego de libertades humanas tiene grandes márgenes de imprevisibilidad, que incluso ni la inteligencia artificial puede predecir.

Aunque los complots existen, la historia de la humanidad no es la historia de un plan programado donde todos están involucrados como dominadores y el resto como ciegos que no saben que son manipulados.


El complot es atractivo

Lo que es cierto es que es mucho más atractivo pensar que la historia se explica mediante grandes complots que hacer el duro trabajo de comprender la complejidad de los hechos que no responden a una sola causa. Los conspiranoicos quieren creer sus teorías y todo lo que vean o escuchen les confirmará su versión conspirativa.

Ejemplos abundan: Todavía hoy hay documentales sobre los Protocolos de los Sabios de Sión, documento que demostraría que hay un movimiento judío sionista cuyo plan es dominar el mundo entero. Pero lo cierto es que este falso documento fue creado en los ambientes antisemitas rusos y fueron ellos mismos quienes lo crearon y difundieron entre 1902 y 1903.

Hay también incontables “documentales” de teorías falsas sobre la Iglesia Católica y la vida de los Papas, como verdaderas novelas de ficción, pero que se consumen como historia.

Otro caso famoso es el de los Illuminati, que en realidad ya no existen hace tiempo, porque pertenecieron al siglo XVIII. Ahora serían los nuevos dominadores que en la oscuridad manejan a la Masonería y los grandes poderes mundiales. Y así podríamos seguir incluso con historias sobre la CIA y los Rosacruces. Incluso hay quienes llegan más lejos y ponen detrás de estas organizaciones a entidades espirituales, seres sobrenaturales o extraterrestres.

¿Será que, bombardeados por tanta información superflua, ya no queda tiempo para pensar con cierto nivel de reflexión y análisis crítico?



Fuente: https://es.aleteia.org/2020/12/18/por-que-triunfan-las-teorias-de-la-conspiracion-y-negacionistas/


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