domingo, 29 de agosto de 2010

INDEPENDENCIA DE UCRANIA


Discurso brindado en Avellaneda, con motivo del 19no. Aniversario de la Independencia de Ucrania, el 28 de Agosto de 2010, ante la presencia de autoridades de la Colectividad y de la Embajada ucraniana en la República Argentina.

Venimos hoy a conmemorar los diecinueve años de la Independencia de Ucrania del yugo soviético, en el año del Bicentenario argentino y de los 160 años del fallecimiento del Libertador Gral. San Martín.

Nos unen similitudes geográficas y productivas, donde extensas llanuras fértiles bautizan a Ucrania como el “granero de Europa” y a la Argentina como el “granero del mundo”.

Otras cosas unen a ambos países, sobre todo el lazo eterno de gratitud hacia la Argentina por haber cobijado a decenas de miles de inmigrantes ucranianos que escapaban de la pobreza, la persecución política, el Hambre Artificial (Holodomor) y las guerras.

También la gratitud al gobierno argentino que reconoció la Independencia de Ucrania de 1918, primer país de Latinoamérica en hacerlo, aún bajo riesgo de quedar enemistado con el imperialismo comunista que triunfaba en la U. R. S. S.

El coraje de los argentinos que reconocieron la independencia de un país que iba a sucumbir en 1921, que décadas más tarde nos dio esta plaza como pedazo de tierra en el exilio y homenaje a los inmigrantes laboriosos que llegaron, marca en páginas de oro la historia de un país que ha festejado 200 años de vida independiente.

Pero aquí en nuestra Avellaneda, debemos de resaltar que hubo un gobierno municipal que nos adjudicó esta plaza, en 1988, cuando Ucrania aún estaba sometida por la cortina de hierro. Nada le importo a las autoridades de nuestro municipio lo que pudiera decir y hasta protestar la Embajada Soviética.

También debemos dar las gracias al actual Intendente Municipal, Sr. Ferraresi, por haber encarado la modernización de esta plaza y por habernos recibido en su despacho hace algún tiempo, cuando visitó Avellaneda la llama eterna conmemorativa del Holodomor (Hambre Artificial) que asoló a Ucrania entre finales de la década del 20 y los años 30.

El 23 de Mayo pasado miles de ucranianos desfilaron en la Av. 9 de Julio en el marco de los festejos del Bicentenario argentino, como muestra de sincera gratitud por poder estar aquí, trabajar, crecer y morir en tierra libre.

Nuestra Ucrania vive momentos políticos y sociales difíciles, con un país sumergido en una crisis institucional que hace poner en peligro su bienestar, en parte rusificado y jaqueado por las mafias foráneas y los errores propios.

Pero conmemoramos en libertad, aquí y allá, en Argentina y en Ucrania, reafirmando votos para lograr el pleno goce humano, en democracia, con fraternidad.

Al gran Pueblo Argentino Salud…. Slava Ukraina (Viva Ucrania)

dp

jueves, 26 de agosto de 2010

CAMPANOPOLIS: EL SUEÑO DE UN ILUMINADO




En muchas oportunidades la vida de una persona marca un patrón distinto.
Esto hace a la teoría de que la vida misma es una síntesis de valores humanos y no es un camino artificialmente creado por los iluminados.
De ahí la conexión con la realidad, un virtual antidogmatismo, porque la racionalidad gobierna y asume comportamientos éticos que se vierten sobre la sociedad y son asumidos por esta en forma natural.
La obra que se ve en Campanópolis (www.campanopolis.com.ar), obra del genio artístico, soñador y elevado de un hijo de inmigrantes, que como tantos otros que hicieron a la Argentina moderna, es el rescate del espíritu creativo, dinámico y transgresor.
Antonio Campana, el cristalizador del sueño, al verse condenado a morir víctima de una enfermedad terminal, decide dar un vuelco total a su existencia y consagrarse a un sueño.
Se desprende de sus empresas y construye esto para él y su gente, familia y amigos, sin sentido comercial, apostando a la ilusión y al placer de crear algo sobre terrenos recuperados a un basural y empleando materiales de demoliciones, con amplio espíritu ecológico y regenerativo.

Edifica una aldea, con mezclas de estilos, de reminiscencias medievales, en medio de bosques sembrados por él mismo, lugares de magia.
Rompe los moldes de la construcción, porque hace lo contrario de todo arquitecto. En base a lo viejo construye lo nuevo.
Del Caos de un demolición crea un Orden, creando vida desde la muerte o haciendo nacer después de morir.
Campanópolis es la concreción de una verdadera Iniciación, muriendo a una vida, para ver la luz en otra.
John Lennon, el popular músico inglés, dijo: “Muchos creen que soy un soñador…pero no soy el único”, y Antonio Campana así lo demuestra. Es otro de los soñadores.
Se inscribe en la categoría de aquellos que se atrevieron a volar y concretaron su obra en vida, trascendieron, crearon de la destrucción y alumbraron con Luz las tinieblas de un páramo convertido en basural.
Supo pulir la piedra bruta y le dio el brillo del diamante, legando en sus hijos un amor a la obra y un respeto a la memoria, como pocas veces se ve en la actualidad.
A los visitantes se le despiertan los sentidos a pleno, se les agudizan, porque se deben emplear a la mayor capacidad para entender lo que se ve y se siente en ese lugar fantástico.
Le dieron apenas 5 años de vida…pero vivió 20 más, producto de la dedicación amorosa a su obra. El trabajo le alargó la vida, el sueño le alegro el alma, así la enfermedad pospuso su triunfo ante la alegría del espíritu.
La vieja obra de la civilización, que edificaba los templos con sus torres dirigidas al cielo, como brazos implorantes ante lo divino, tapizó el suelo, rompió la chatura del horizonte, elevo los espíritus, pero también le dijo al Hombre que éste podía más, que podía crecer, que podía aspirar a “divinizarse un poco”.
Así el Hombre salió de al oscuridad. Esta es la historia de la Humanidad y una síntesis es Campanópolis.
El altruismo, al no hacerlo con sentido comercial, también es un hecho destacable, porque no todo gira en torno al rédito económico, más en épocas como las actuales, donde una ecuación económica hasta decide sobre la vida o la muerte.
Un ejemplo que debemos rescatar, para así no dejarnos devorar por el materialismo ni la globalización que nos impone lo aparente, por sobre lo real y ético.
Nos tenemos que reservar el derecho al asombro ante la “locura” de los transgresores útiles, los que despiertan la imaginación, el halago de la hazaña y los cultores de lo bello. Esto bien vale una vida.
Ser parte de esto y de esta categoría de Hombre es solo para iniciados y elegidos.
Antonio Campana encalleció sus manos, dejó que su cerebro desbordara de ideas y su espíritu volara con las alas que le da la libertad, llevándolo a la Luz.



Publicaciones:
1. Este artículo fue tomado como editorial principal por la página de Campanópolis: www.campanopolis.com.ar
2. Publicado en http://ar.groups.yahoo.com/group/archivowalrey/message/680

dp


lunes, 16 de agosto de 2010

PRESENTACION DE INVESTIGACIONES EN CONGRESO DE HISTORIA




El pasado 13 de Agosto presenté y expuse dos de mis trabajos en el VII Congreso de Historia de Avellaneda, de la Provincia y de la Ciudad de Buenos Aires y II Congreso de Historia Eclesial de la Diócesis de Avellaneda-Lanús, llevado a cabo en el Teatro Roma de Avellaneda.
Los mismos se refirieron a: “EL CADAVER DE ARAMBURU EN AVELLANEDA” y “CEMENTERIO DE RUFIANES Y PROSTITUTAS”.

El primero de ellos rompe con la versión oficial sobre el asesinato del Gral. Aramburu, perpetrado en verdad en el Hospital Militar y llevado luego a Avellaneda, donde fue entregado a los “Montoneros” para ser sepultado en la localidad de Timote, Provincia de Buenos Aires.
La investigación está basada en el libro, ya agotado, “Z Argentina: el crimen del siglo”, de Prospero Germán Fernández Alvariño, o “Capitán Gandhi” como popularmente se lo conoció.
Este asesinato sumergió a la Argentina en la década más violenta que nos tocó vivir y desenmascara una serie de intereses que se enfrentaron.
Podrán encontrar esta investigación en este blog, en el Archivo correspondiente al mes de Abril de 2008.

El segundo trabajo es sobre el “CEMENTERIO DE RUFIANES Y PROSTITUTAS”. Trata sobre la historia de la explotación de mujeres perpetrada por una empresa, con inmigrantes de Polonia en su mayoría de religión judía, desde comienzos del Siglo XX y que tuvo su sede en Avellaneda.
A medida que transcurría el tiempo, estás mujeres y los hombres que las explotaban, iban muriendo y al ser considerados “impuros” por su religión, se vieron obligados a crear un cementerio propio donde ser sepultados.
Este cementerio existe al día de hoy, aunque está cerrado y en estado de abandono.
Una historia que concluye con la ilegalización de la prostitución en los años 30.
Podrán encontrar esta investigación en este blog, en el Archivo correspondiente al mes de Noviembre de 2007.


dp